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Desarrollo Humano


Enviado por   •  20 de Febrero de 2013  •  7.260 Palabras (30 Páginas)  •  423 Visitas

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UNIDAD 1. LA LIBERTAD: FACULTAD INHERENTE A TODO SER HUMANO

Propósitos de la unidad

En esta unidad reflexionarás acerca de la libertad e identificarás algunos de los elementos que influyen en tu voluntad como sujeto racional, con el objeto de que valores el alcance de tus decisiones y su impacto en tu contexto inmediato. Para ello, examinarás algunas situaciones de la vida cotidiana que seguramente te serán familiares.

Competencia especifica

• Identifica la libertad como una facultad inherente al ser humano, para estimar la relevancia de las decisiones individuales y el impacto de éstas en el mundo que te rodea, a través del examen de situaciones en las cuales hay un margen de acción.

• Analiza los elementos que intervienen en la justificación de todo acto, así como, sus posibles valoraciones por medio del estudio de distintos contextos y sus consideraciones particulares.

Presentación

Imagina que los seres vivos se clasificaran según sus capacidades cognitivas. En el nivel inferior, estarían sin duda las plantas, desprovistas de todo razonamiento. Enseguida se encontrarían los animales, que actúan guiados por sus instintos, como el pájaro que levanta inmediatamente el vuelo al ver un gato, reaccionando según su instinto natural, que no incluye la posibilidad de actuar de otra manera ante la advertencia de peligro.

El ser humano se hallaría en la cúspide de la clasificación, puesto que posee la facultad de reflexionar y actuar en función de sus gustos o necesidades. A esto se le llama libre albedrío o facultad de elección.

1. La libertad: facultad inherente a todo ser humano

Muchas veces, durante la niñez, el ser humano acepta en forma pasiva las normas y reglas que recibe de los mayores (padres, maestros, ministros de la iglesia, autoridades gubernamentales, etc.), ya sea por imposición o por convicción, pero al crecer, poco a poco la razón busca los fundamentos de dichas reglas. Quizá durante tu adolescencia pusiste en duda algunos de los principios que aprendiste en el seno de tu familia, motivado por tus propias reflexiones y en un afán de formar tu propia personalidad. Pues bien, al ser adulto, te encuentras en el mejor momento para seguir cuestionando lo que sucede a tu alrededor e incluso ir más allá, transformando tu realidad para mejorarla o adaptarla a tus necesidades.

Todo ellos es posible gracias a la razón, que es aquella característica fundamental que nos hace ser humanos, y que nos permite, entre otras cosas:

• Reflexionar antes de actuar

• Postergar

• Planificar

En la película 2001: Odisea del espacio hay una escena en la que el protohumano se da cuenta de que puede utilizar un hueso como una herramienta para modificar activamente su entorno; esta imagen poética representa el momento en el que el humano se separa del resto del reino animal: descubre, analiza, repite, concluye, planea, explica y consigue.

Contrario a lo que pueda suponerse, la razón no es una facultad que nos brinde la solución a nuestros problemas automáticamente, como si se tratara de una computadora. La razón, ante todo, es flexible, y tiene la capacidad de adaptarse a las múltiples situaciones que se nos presentan cotidianamente.

Cabe señalar que, para que la razón sea plena, es necesaria la presencia de la libertad: para poder actuar de acuerdo a lo que cree conveniente, el ser humano tiene que ser libre. Sin embargo, la libertad también requiere de la razón, ya que solo por medio de ella, hombres y mujeres podemos decidir qué hacer ante un mar de posibilidades.

“Gracias al libre albedrío el hombre decide qué hacer y se mueve a sí mismo para alcanzar sus propósitos”.

¡Razón y libertad! Maravillosos dones que permiten a mujeres y hombres ser dueños de sus acciones, escoger entre alternativas, hacer o dejar de hacer y ser responsables de ello, elegir una cosa sobre otra y disfrutar el fruto de su cosecha.

A continuación profundizaras en el tema de la relación que existe entre la razón y la libertad. Pero antes lee el texto “¿Qué es la libertad?”, de Hannah Arendt y reflexiona sobre el tema.

¿Qué es la libertad? (fragmento)1 Hannah Arendt

[…] No hay duda de que la vida humana, situada en la Tierra, está rodeada de procesos automáticos por los procesos naturales de la Tierra, que a su vez, están rodeados de procesos cósmicos, y hasta nosotros mismos somos conducidos por fuerzas similares en tanto somos también parte de la naturaleza orgánica. Más aun, nuestra vida política, a pesar de ser el reino de la acción, también se ubica en el seno de procesos que llamamos históricos y que tienden a convertirse en procesos tan automáticos o naturales como los procesos cósmicos, a pesar de haber sido iniciados por los hombres.

La verdad es que el automatismo es inherente a todos los procesos, más allá de su origen; está es la razón por la cual ningún acto singular, ningún evento singular, puede en algún momento y de una vez para siempre, liberar y salvar al hombre, a una nación o a la humanidad. Está en la naturaleza de los procesos automáticos a los que está sujeto el hombre, pero en y contra los cuales puede afirmarse a través de la acción, que estos procesos sólo pueden significar la ruina para la vida humana. Una vez que los procesos producidos por el hombre (falta terminar la frase para que tenga sentido la oración), los procesos históricos, se han tornado automáticos, se vuelven no menos fatales que el proceso de la vida natural que conduce a nuestro organismo y que, en sus propios términos, esto es, biológicamente, va del ser al no-ser, desde el nacimiento a la muerte. Las ciencias históricas conocen muy bien esos casos de civilizaciones petrificadas y desesperanzada en declinación, donde la perdición parece predestinada como una necesidad biológica; y puesto que tales procesos históricos de estancamiento pueden perdurar y arrastrarse por siglos, éstos llegan incluso a ocupar lejos el espacio más amplio en la historia documentada; los periodos de libertad han sido siempre relativamente cortos en la historia de la humanidad.

Lo que usualmente permanece intacto en las épocas de petrificación y ruina predestinada es la facultad de la libertad en sí misma, la pura capacidad de comenzar, que anima e inspira todas las actividades humanas y constituye la fuente oculta de la producción de todas las cosas grandes y bellas.

Pero mientras este origen permanece oculto, la libertad no es una realidad terrenalmente tangible, esto es, no es política. Es porque el origen de la libertad permanece presente aun cuando la vida política se ha petrificado y la acción política se ha hecho impotente para interrumpir estos procesos automáticos, que la libertad puede ser fácilmente

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