EL DIRECTIVO ILUSO O ILUSIONADO
Enviado por alexandris299 • 24 de Septiembre de 2014 • 903 Palabras (4 Páginas) • 235 Visitas
Directivos ilusos o ilusionados
Una cosa es hacerse ilusiones y otra muy diferente es estar lleno de ellas. El buen directivo debe tener prudencia, persistencia y ánimo a la hora de desarrollar su trabajo para no acabar siendo un iluso
Miguel Ángel Alcalá García-Rivera
Jefe del servicio de estudios de Deloitte&Touche
El punto de partida del coaching es el hecho indudable de que para poder gobernar empresas los directivos deberían mejorar sus hábitos operativos y sus relaciones interpersonales, y aunque son conscientes de ello, pocos saben cómo conseguirlo. Es ahí donde surge la figura del coach, para estructurar y potenciar las habilidades que necesita un buen director. La capacidad de desarrollar una mente abierta necesita contar con consejo ajeno. Otro juzgará con objetividad las circunstancias en las que se juegan los intereses, mientras que a uno mismo le es más difícil alcanzar una visión objetiva de la realidad en la que se encuentra.
Mejorar hábitos y virtudes, pasa por la etapa de montaña de conocer cuáles son las carencias que se tienen y que impiden adquirir las habilidades necesarias para ser un líder. El objetivo del coaching es sacar de cada uno la parte de líder que llevamos. Es formar directivos. Al fin y al cabo no es más que un ejercicio de conocimiento de uno mismo, utilizando para esto el entendimiento de los colaboradores.
Los hábitos en las personas son garantía de efectividad durante la ejecución de un trabajo. Representan el orden interno que todo profesional necesita. Así como veamos el mundo, serán nuestros hábitos y valores, por lo tanto, de la misma manera que podemos cambiar nuestra forma de entender y comportarnos ante las cosas, podemos cambiar nuestras costumbres; la gestión del tiempo, la reflexión, la empatía, la confianza, la sinceridad, la esperanza, son cualidades en las personas, que realizándolas con constancia se convertirán en prácticas y consecuentemente en virtudes. Al respecto, la ilusión funcionará como el motor de arranque para la búsqueda de unos correctos hábitos operativos.
Optimismo ante el futuro.
Pilar Gómez-Acebo, presidenta de la Federación Española de Mujeres Directivas y Empresarias (Fedepe) y experta en comportamiento organizacional -una de las asignaturas pendientes de los directivos hoy día-, en sus ponencias y documentos escritos ha revelado siempre su inquietud por el presente y su optimismo para el futuro -si conseguimos esto que se ha venido a llamar gestión del cambio-. En el recorrido que hace sobre la historia reciente del panorama empresarial en España deja clara la necesidad urgente de crear entornos adecuados, con organizaciones que desarrollen fines y medios sólidos, coherentes, que consideren a las personas, que perduren en el tiempo sin desplomarse con los ciclos económicos y, por supuesto, que sean rentables.
La falta de ilusión
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