EL PAPEL DEL ADMINISTRADOR EN NUESTRO TIEMPO

Así como las tecnologías, un buen administrador hoy en día también debe estar en constante invasión y actualización, ya que las necesidades del cliente y algunos otros aspectos están experimentando cambios cada vez más significativos y más frecuentes. Esto debe implementarse sin dejar atrás el objetivo, misión y visión de la empresa. Con esto no quiero decir que eso es suficiente para llegar al éxito. Así que es indispensable que cada uno de los departamentos, quienes también son parte fundamental de nuestro proyecto, vayan de la mano con el administrador, ya que es el quien tiene el deber de guiar a la satisfacción del cliente, por lo tanto nuestro éxito.

A lo largo de su historia laboral se encontrara con diversos fenómenos económicos, políticos y sociales; los cuales deberá conocer a fondo para no tropezar en el camino.

Mencionando algunos ejemplos, podemos decir que en el aspecto económico es necesario construir e implementar nuevas estrategias tanto de venta como de ahorro de producción, pero sin descuidar las bases importantes que estructuran nuestra empresa. Con esto me refiero al valor humano y la calidad de nuestro producto o servicio. Establecer alianzas con otras marcas o empresas. Tener una visión para crear nuevos negocios o servicios que podríamos ofrecer.

En cuanto al fenómeno político, ampliar las fronteras a donde se quiere llegar. Por ejemplo, mediante firma de acuerdos con las secretarias correspondientes de los estados o países. Y también distintas formas de operar en los nuevos destinos, para lo cual hay que estar preparados con distintas estrategias en el nuevo mercado.

Socialmente hablando, es indispensable dejar atrás los métodos y necesidades clásicas e integrarse a lo actual. Sin embargo se debe tomar en cuenta el impacto que podría provocar nuestro producto o servicio, y así contar con la aceptación de gran parte del consumidor y posible consumidor.

De este modo concluyo que en mi opinión, un buen administrador hoy en día no es quien da ordenes firmes y no cambia de opinión respecto al cómo llegar a nuestro objetivo, si no quien ve más allá de los paradigmas tomando siempre en cuenta los valores de la empresa y el equipo con quienes se llega al éxito.

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