El BArquero
Enviado por fdelano • 13 de Mayo de 2014 • 1.229 Palabras (5 Páginas) • 422 Visitas
Estudio de Caso:
EL BARQUERO
Autora: Celina Urbietis
1º MOMENTO:
Tengo un barco pequeño, suficiente para acomodarme y con bastante espacio para guardar los peces que pesco con mi vara de carretilla y una pequeña red.
Debido a mi cualidad de pescador que no sé si lo atribuyo a una habilidad, a la suerte o al sexto sentido, vengo ganando un buen dinero. Siempre consigo pescar peces grandes, de buena calidad, que me rinden unos buenos pesos.
2º MOMENTO:
Con el dinero que gané, me fue posible comprar un barco más grande, pero hay un detalle: es más difícil ir solo al mar. Tuve suerte pues encontré un buen pescador que es también un muy buen amigo. Ahora él y yo salimos al mar y ha sido muy productivo. No estoy más solo, tengo con quien conversar mientras trabajo, divido mi trabajo, y el rendimiento ha sido más de lo esperado. El pescador, por su parte, tiene garantizado un dinero que no tenía antes. Nuestra relación es sensacional y debe ser como consecuencia de nuestra personalidad semejante y porque estamos en un mismo ambiente físico, como se dice, estamos en un mismo barco (es lo que yo creo).
Con la compra del barco más grande y la división del trabajo, conseguí ganar más dinero, que debe ser invertido de alguna forma.
Con el barco más grande comencé a pescar de forma profesional, lo que, sin duda, contribuyó para los resultados que obtuve hasta ahora.
3º MOMENTO:
Para invertir el dinero que gané, compré un barco más grande aún y hoy trabajo con cuatro empleados más. Uno de los empleados continúa siendo aquel que me acompañó en el otro barco. Por el tamaño del barco, tuve que dividir las funciones: una persona es responsable por la comida y la limpieza del barco, otra controla la navegación y dos realizan la pesca, función compartida con otros dos, siempre que hay necesidad. Yo comando esas personas y sólo trabajo en la pesca cuando existe una emergencia (y casi siempre hay...).
Mi tiempo lo dedico, casi en la totalidad, orientando el navegador, utilizando los instrumentos de localización de cardumes.
Hoy percibo que mi trabajo ya no se basa más en el sexto sentido, suerte o habilidad; es un trabajo más técnico, que exige que yo piense de forma diferente de aquella que yo pensaba cuando salía para pescar solito.
Mi relación con el grupo es buena. Trabajamos mucho más, en las horas de descanso, charlamos, jugamos cartas, contamos chistes, hablamos de mujeres y de muchas otras cosas.
Si de repente aparece un cardumen, todos entran en acción y yo veo como quedo diferente en ese momento.
Pero, la verdad es que continúo recibiendo mucho dinero, continúo pescando y siento que no da para frenar. Creo que no conseguiría sobrevivir sólo con la pesca que yo hacía de forma tan artesanal.
4º MOMENTO
Adquirí un barco mucho más grande, más equipado, con refrigeradores para peces de muchas toneladas a más. Ahora permanecemos en el mar por un tiempo mayor al de aquella época en que teníamos un barco más chico. Veinticinco personas trabajan conmigo.
Yo permanezco la mayor parte del tiempo en la cabina, controlando, comandando el trabajo de equipo. ¿Recuerdan el compañero que yo tenía cuando yo tenía cuando tuve el segundo barco? El es, hoy, mi brazo
derecho. Es quien me auxilia en el control de mi “casi navío”. Yo lo llamo así, porque es realmente grande.
Tengo una persona controlando los instrumentos de pesca, dos timoneros, un cocinero, un ayudante de cocina,
una persona para controles burocráticos e diecisiete pescadores, que usan redes e arpones. Ahora todo es más
difícil. Aunque la gente aún se reúne en las horas de ocio, yo no consigo estar tan próximo a las personas como
estaba antes. Es más difícil el relacionamiento con veinticinco personas y mucho más difícil conocerlas con
alguna profundidad. Algunas personas de relacionan más y existe la división del grupo. Unos prefieren cantar
y hacer música, otros prefieren jugar cartas, otros prefieren conversar. A veces
...