Empowerment Organizacional
Enviado por Chentoky • 24 de Octubre de 2013 • 4.993 Palabras (20 Páginas) • 324 Visitas
INTRODUCCIÓN
El trabajo juega un papel crítico como actividad central de la vida, la cual ocupa gran parte del tiempo y esfuerzo del hombre. No solo es la mejor forma de obtener satisfacciones materiales o económicas, exclusivamente sino también es fuente importante de interacción social que permite satisfacer necesidades de ésta índole. Así mismo proporciona la posibilidad de recibir información útil al hombre, para apoyar o rectificar el concepto que de sí mismo posee.
La presente consulta muestra conceptos de algunas necesidades del ser humano, así como algunos estilos de liderazgo, teorías de motivación y proceso de manejo de las emociones.
Esto para conocer algunos aspectos de autoevaluación como persona y como trabajador de alto nivel en el desarrollo organizacional.
AUTOESTIMA
Autoestima es un constructo complejo que indica el valor social-emocional y afectivo que uno se da a sí mismo en diferentes aspectos vitales de las relaciones personales e individuales. El aprecio o desprecio, que se adjudica en aspectos importantes de la vida y de sus aptitudes.
La autoestima puede percibirse de forma positiva, una imagen positiva de uno mismo, o de forma negativa, una imagen negativa de uno mismo. En general se considera que la autoestima puede valorarse como: alta, normal o baja.
La autoestima alta y normal produce sentimientos positivos y de confianza en uno mismo, de estar orgulloso con uno mismo.
Una autoestima baja produce sentimientos de insatisfacción, actitudes negativas sobre las aptitudes que uno tiene y falta de confianza en sí mismo.
En definitiva, la autoestima es el valor que nos damos como personas y es el resultado de las valoraciones que realizamos sobre nuestras habilidades y cualidades.
Las autovaloraciones son producto de nuestra propia evaluación que a su vez pueden estar mediatizadas por las diferentes percepciones de otras personas sobre nuestras características y habilidades, el valor que otras personas significativas nos dan y como nos perciben forma parte de la autovaloración que se suele realizar, las percepciones y expectativas de los demás influyen sobre nuestras autovaloraciones, especialmente durante la infancia y adolescencia.
EL SENTIDO DE PERTENENCIA
Es sentirse parte de un grupo, una sociedad o de una institución, esto tiene su origen en la familia ya que es el primer grupo al que pertenecemos.
Al serle fiel al grupo y siguiendo sus normas se da una identidad y una seguridad, mientras más segura se sienta la persona, más elevado será su sentimiento comunitario y estará más dispuesta a seguir normas de convivencia.
Cada logro, es un granito de arena para la institución y también es la construcción de nosotros mismos y de nuestra sociedad. Cuando tenemos sentido de pertenencia y satisfacción es posible que logremos vivir en un mejor ambiente, ya que nadie cuida lo que no valora. En cambio, lo que más valoramos merece todo nuestro cuidado y atención.
Si miramos nuestro entorno, y vemos que está en buen estado, eso nos invita a cuidarlo y mantenerlo. Esto hace que los lugares y las herramientas que usamos estén en condiciones óptimas, así se nos facilita las tareas y nos hace más fácil cumplir con nuestras metas.
Cada uno de nosotros debe cuidar todo lo que representa la institución porque tiene un significado importante, una filosofía; de lo cual hacemos parte. El sentir orgullo nos da valor como personas.
Quien no tenga desarrollado el sentido social de la pertenencia, está en un lugar equivocado, se encuentra donde no le nace estar. La pertenencia nos da seguridad y autoestima; quien no tenga este valor debe hacerse un auto evaluación.
COMPETENCIA PERSONAL.
Es la convicción de que se está lo suficientemente capacitado y preparado para poder hacer frente a cualquier situación que se nos presente aunque sea imprevista. Es la convicción de que, aunque no se conozcan todas las respuestas, uno puede buscarlas y encontrarlas. Es una <<sensación de poder>> que se consigue de los propios conocimientos y experiencias positivas.
El niño adquiere este sentimiento de poder cuando aprende a resolver él solo el mayor número de problemas y conflictos que se le presenten. Es la consecuencia de tomar decisiones que le lleven a resultados satisfactorios, de averiguar dónde encontrar los recursos que necesita, de aprender a utilizarlos, de cómo conseguir las necesarias informaciones y de cómo hacer buen uso de ellas.
Hay que tener cuidado de no proteger demasiado a los niños en situaciones conflictivas. Hay que animarlos a enfrentarse a riesgos razonables y a superarse a sí mismos. De los padres depende muy a menudo que los niños consigan hacerse independientes lo antes posible.
Un camino desafortunado muy usual es el de no preocuparse o no tomar interés en lo que hace el niño y abandonarlo a su propia iniciativa; otro es el de sobre protegerlo demasiado, sin hacerlo sentir el necesario afecto, apoyo moral, reconocimiento y feedback que le permitan enfrentarse a posibles errores como parte del aprendizaje en lugar de considerarlos como fracasos.
Una gran parte de los niños, los más débiles, renuncian y pierden interés. Otros los más dotados, llegan a motivarse aunque desarrollen un sistema de supervivencia desde la separación y la renuncia a la colaboración y apoyo de los demás.
Un tercer camino, igualmente negativo, es el de pretender de los niños objetivos y tareas que desbordan su capacidad. A menudo los padres que tienen estas exigencias ni siquiera están disponibles para ayudar a sus hijos en el cumplimiento de estos objetivos.
Hay un camino que permite el pleno desarrollo de la competencia, seguridad, motivación, y auto-concepto del niño. También en este caso hay varios caminos para los padres. Uno es el alentarle haciéndole ver que está capacitado para aprender y actuar de la forma correcta si se lo propone. Le apoyan, le dan retro-alimentación y le animan .
El niño se siente capaz e independiente pero sabe que si pide apoyo de sus padres, ellos están dispuestos a ayudarle en cualquier momento que se lo pida.
Aprender a pedir es otro factor de crecimiento. Es necesario saber decir no, si pensamos que es lo mejor para el niño. Si se da el caso, hay que hacerlo de forma abierta y alegar razones concretas con un diálogo para que él lo comprenda. Así el niño
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