Estudio comparativo sobre las percepciones y preferencias en el uso de productos menstruales reusables según la generación

UNIVERSIDAD DEL VALLE DE MÉXICO[pic 1]

MATERIA:

INVESTIGACIÓN CUALITATIVA DE MERCADO

PROFESOR:

JESUS ULLOA YONG

ACTIVIDAD 2. PROYECTO INTEGRADOR ETAPA 1

EQUIPO:

- MICHELLE ELIZABETH SHEPPARD GARRO

- RUTH CARMINA GUTIERREZ GONZALEZ  

- GONZALO EDUARDO RAMIREZ ZEPEDA

FECHA DE ENTREGA:

20/11/2023

 PROYECTO INTEGRADOR ETAPA 1

1. Título de la investigación

 Estudio comparativo sobre las percepciones y preferencias en el uso de productos menstruales reusables según la generación.

1. Problema de investigación: 

La percepción de las mujeres, según la generación a la que pertenecen, sobre el uso de toallas sanitarias reusables, revela una profunda problemática en torno al tabú que rodea la menstruación y la influencia de las grandes compañías en la creación de productos menstruales desechables (Reportajes Vinculando, 2009). A lo largo de los años, se ha fomentado la idea de que la única forma aceptable de gestionar la menstruación es a través de productos desechables, desconectando a las mujeres de su energía y conexión con la Tierra.

A medida que la conciencia ambiental y las opciones sostenibles ganan relevancia, surge la necesidad de comprender las percepciones y preferencias de mujeres de diferentes generaciones (boomer, millennial y Z) hacia el uso de toallas, tampones y copas menstruales reusables. El problema radica en la falta de información detallada sobre cómo estas generaciones abordan la sostenibilidad en sus decisiones relacionadas con la higiene menstrual.

Consecuentemente, resulta de gran relevancia explorar cómo las mujeres de diferentes generaciones perciben y responden a la información sobre los riesgos asociados con productos menstruales convencionales y cómo adoptan o resisten el cambio hacia opciones más sostenibles y saludables, como las toallas sanitarias reusables y la Mooncup.

1. Antecedentes

La historia de la humanidad evidencia cómo las mujeres se han visto compelidas a abordar la menstruación sujeta a contextos socioculturales arraigados a diferentes perspectivas sobre las diferencias entre los órganos femeninos y masculinos. Este fenómeno condujo, a través de diversas interpretaciones, a que la menstruación se convirtiera en un tema rodeado de tabúes y mitos en la sociedad, caracterizados por visiones negativas vinculadas a la muerte, la maldad y la falta de comprensión hacia la mujer (Casado y Botello, 2015).

 En la actualidad, esto ha provocado que las mujeres adopten diferentes ideologías sobre los métodos más efectivos para el cuidado menstrual. Estudios ponderan que la mujer promedio puede utilizar entre 12.000 y 14.000 toallas higiénicas o tampones por año, que se traducen a 65 kg de desechos por mujer (Pérez y Jiménez, 2018).Considerando que el desafío relacionado con los residuos sanitarios, particularmente toallas y tampones, se encuentra en un aumento constante en paralelo al crecimiento de la población mundial; se estima que en México, anualmente, se generan 210 mil toneladas de desechos sanitarios derivados exclusivamente de toallas femeninas, contribuyendo significativamente a los vertederos (Campos Rios, et al. 2017).

Por otro lado, es importante mencionar los riesgos asociados con el uso de tampones y toallas desechables, que contienen componentes dañinos como la dioxina y el amianto, vinculados a enfermedades graves como el cáncer y el Síndrome de Shock Tóxico (Reportajes Vinculando, 2009). Además, se subraya el impacto ambiental significativo de estos productos, generando toneladas de desechos que tardan cientos de años en descomponerse, y que en su mayoría, terminan en los océanos, siendo ingeridos por animales marinos y provocándoles daños en el sistema digestivo, e incluso ocasionándoles la muerte. Este fenómeno plantea una seria amenaza para el medio ambiente y destaca la urgencia de abordar la problemática de los desechos menstruales desde una perspectiva sostenible (Campos Rios, et al. 2017).

En respuesta a esta situación, la incorporación de toallas sanitarias reusables y opciones ecológicas, como la Copa de Luna, se presenta como una alternativa consciente y sostenible. Estos productos no solo proporcionan una solución más saludable para las mujeres, sino que también abogan por la responsabilidad ambiental y la recuperación de la dimensión sagrada de la menstruación. Estos productos no solo constituyen una opción saludable y respetuosa con el medio ambiente, sino que también fomentan que las mujeres reconecten con su propio cuerpo y reconsideren la menstruación como un proceso natural y sagrado (Cubero-Ugalde, 2020).

1. Marco Teórico

• Periodo Menstrual y Medio Ambiente

El uso de toallas higiénicas y tampones en la higiene femenina genera una elevada contaminación, al no ser susceptibles al reciclaje, y se catalogan como residuos biosanitarios peligrosos. En contraste, las copas menstruales, al adaptarse a los músculos vaginales y permitir la recolección del flujo menstrual, son productos higiénicos reutilizables con una vida útil de 5-10 años. Estas propuestas de productos amigables con el medio ambiente y reutilizables se alinean con el concepto de desarrollo sostenible, que busca satisfacer las necesidades actuales sin comprometer las futuras generaciones. La creciente conciencia sobre los impactos del desarrollo económico en el medio ambiente llevó a la reflexión sobre la protección del entorno natural y la creación de alternativas sostenibles y ecológicas (González & Macallister, 2021).

La higiene femenina, como factor de acción en las mujeres, implica el cuidado y protección de la zona genital, incluyendo la higiene menstrual y el uso de productos que resguarden durante el periodo menstrual. Sin embargo, productos como toallas higiénicas y tampones, al ser desechables y contener materiales químicos, pueden provocar contaminación ambiental e infecciones en las mujeres (Ortega Narvaéz & Rodriguez Pinzón, 2022). En contraposición, la copa menstrual se presenta como una opción alternativa y ecológica que reduce la cantidad de desechos generados, mejora la condición de la mujer en términos de beneficios y cuidados, y se vincula con un consumo ecológico (Reportajes Vinculando, 2009).

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