Etología en las organizaciones
Enviado por César Llorente • 17 de Diciembre de 2019 • Trabajo • 587 Palabras (3 Páginas) • 129 Visitas
Etología en las organizaciones
Los que me conocéis sabéis de mi interés por la etología. De hecho, en 1993 fundé junto a varios amigos una asociación llamada AUDEA, Asociación Universitaria de Etología Amateur, en la facultad de Psicología de la UB para difundir esta disciplina. La visión de un etólogo al observar una organización es algo diferente a la de un Psicólogo Social, mientras el primero observa a las personas como parte de un ecosistema en lo que compartimos con nuestros primos primates de jerarquías, clanes, y espacios, el segundo, el psicólogo social, se pregunta sobre las relaciones y el porqué de las conductas.
Ambas visiones son interesantes, la humana y la primatológica, ambas nos pueden enseñar cosas, sin embargo, la visión de la etología humana, el análisis de las organizaciones desde el punto de este punto de vista se ha solido obviar.
Hay aspectos organizativos que adquieren especial relevancia cuando los observamos desde el prisma etológico. Ciertas relaciones jerárquicas adquieren otro matiz vistas las personas en la organización como machos o hembras dominantes y/o pasivos o identificando a los espaldas plateadas. Analizar una organización desde el punto de vista jerárquico compartido con otras especies de primates trae a la luz aspectos que suelen pasar desapercibidos, en parte por nuestro interés en marcar diferencias con el resto de animales.
Hoy quiero exponer un caso que me fascina particularmente para hablar de esta similitud con el resto de los primates: En mi etapa universitaria tuve la tremenda suerte de poder asistir a clases con el profesor Sabater i Pí, profesor emérito, ya fallecido de la UB. Recuerdo que el profesor Sabater i Pí, nos explicaba como la inteligencia y algunos aspectos que consideramos sólo humanos se daban de forma espontánea en la naturaleza.
Desde una perspectiva evolucionista, aspectos que creemos que son solo nuestros como la creatividad, el arte, la inteligencia, los sentimientos, aparecen en los primates superiores, diferenciándonos en la especialización en nuestra especie, pero no en la calidad de éstas.
Es el caso de Washoe (septiembre de 1965 - octubre de 2007) un chimpancé común hembra, como parte de un experimento, aprendió a hablar con sus cuidadores mediante el lenguaje de signos americanos (ASL, de sus siglas en inglés), adquiriendo más de 350 signos. Y lo más increíble de esto es que enseñó a su cría de motu propio palabras de este mismo lenguaje.
Recuerdo haber oído en clase que Washoe era capaz de “inventar” nuevas palabras cuando no disponía de un concepto dado. Así, por ejemplo, para pedir una sandía que le habían dado a probar, pero de la que no tenía un singo concreto, les pidió a sus cuidadores que le trajeran una luna que sabía a azúcar.
Recuerdo en una clase del Dr. Sabater i Pí, cómo nos mostró un mapa “no humano de la Tierra, en el que grupos de chimpancés,
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