FUNCIÓN SOCIAL DE LA EMPRESA
Enviado por Estefany Calla • 23 de Septiembre de 2015 • Ensayo • 1.387 Palabras (6 Páginas) • 295 Visitas
FUNCIÓN SOCIAL DE LA EMPRESA
La empresa nació para atender las necesidades de la sociedad creando satisfactores a cambio de una retribución que compensará el riesgo, los esfuerzos y las inversiones de los empresarios.
La empresa es un elemento básico para la economía del país, produce los bienes y servicios que la sociedad demanda. En el caso de la empresa privada, además tendrá que obtener el beneficio suficiente para retribuir adecuadamente a sus empleados y accionistas, garantizándoles, en la medida de lo posible, un futuro estable.
Decimos suficiente y no máximo, porque nunca sabremos bien cuál es su límite, y porque buscando la mejora del beneficio llegan a producirse daños sociales. Tal sería el caso de la empresa que contamina para no ver reducido su beneficio económico, o la que con beneficios suficientes reduce su plantilla formando despidos, ocasionando serios problemas a los trabajadores que pierden su empleo.
También podemos decir que toda empresa que se dedica a actividades lícitas cumple una extraordinaria función social. Como es el comercio, los transportes, la prestación de servicios, la agroindustria, el turismo, las comunicaciones, etc. Cuya función es satisfacer necesidades vitales, generar y sostener empleos, además son el soporte de los gobiernos y constituyen el principal motor del progreso de una nación.
Obviamente, actividades que van en contra de la ley, que se basan en el crimen y socavan los fundamentos morales y legales de un pueblo son todo lo contrario. No llenan ninguna función social. Como lo es el narcotráfico, la trata de blancas, el lavado de dinero, el contrabando, el cuatrerismo, etc.
Un narcoterrorista destruye a su país y corrompe a aquellos que caen en sus garras. Lo mismo ocurre con el contrabando de armas y las asociaciones ilícitas que aparentan ser negocios normales.
Como decíamos anteriormente las empresas crean empleo y pagan salarios, además ayudan a incorporar nueva tecnología al trabajo de un país, se esfuerzan por competir y ser eficientes, sostienen con sus impuestos la labor pública y son un enlace con el mundo. Son raras las empresas que comienzan grandes; en su mayoría, las empresas líderes inician con pequeños negocios donde padres, madres e hijos trabajan con ahínco en dura competencia con otras. Lo más significativo es que pocas empresas que fueron hace medio siglo sobreviven, lo que comprueba que hay una enorme movilidad empresarial y humana.
En un artículo de John Kay en el Financial Times en la edición del 13 de junio dice ‘‘La empresa con fines de lucro es, debe ser y seguirá siendo la institución central de la economía moderna. Pero esto no significa que el objetivo de la empresa con fines de lucro sea obtener un beneficio, del mismo modo que nosotros necesitamos respirar para vivir, pero respirar no es el objetivo de nuestra vida’’
Y continua diciendo: ‘‘El objetivo de la empresa es producir bienes y servicios para satisfacer necesidades económicas y sociales, para crear un empleo satisfactorio y remuneratorio, para obtener rendimientos para sus accionistas y otros inversores, y para hacer una contribución positiva al entorno social y físico en el que opera” no puedo estar más de acuerdo pero agregaría que se debe conseguir todo eso con eficiencia. Y garantizando la continuidad donde aparece no solo la sostenibilidad económica, social y medio ambiental, sino también la ética.
En el siglo XXI las empresas se han convertido en un factor de cambio e influencia para la sociedad. Lo que las compañías hacen o dejan de hacer afecta de manera significativa a su entorno y al medio más directo, sus propios empleados y trabajadores. En diversos países, principalmente Estados Unidos, Francia y Japón, el papel de la compañía fue criticado y se le señalaron recriminaciones de que no solo no contribuía al bien de la sociedad sino que lo lastimaba por su afán desmedido de lucro.
La función social se describió a partir de dos grandes tendencias. La primera señalaba que la empresa tenía que ser altruista, que era importante que se contara con recursos que podían ser distribuidos con generosidad entre los sectores más desfavorecidos de la comunidad. La segunda tendencia no la interpretaba como generosidad, sino como obligación y responsabilidad primordial de las organizaciones.
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