GESTIÓN DE CALIDAD EN LA EDUCACIÓN ASPECTOS BÁSICOS SOBRE LIDERAZGO

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GESTIÓN DE CALIDAD EN LA EDUCACIÓN

ASPECTOS BÁSICOS SOBRE LIDERAZGO

José Manuel Vargas Cruz (compilador)

INTRODUCCIÓN

En los espacios educativos se presentan de manera natural y recurrente un conjunto de condiciones que nos obligan a modificar nuestro actuar. La necesidad de responder exitosamente a esas demandas, significa otorgar sentido a las exigencias sociales para con la escuela. Dichas exigencias han llevado a las organizaciones educativas a realizar grandes esfuerzos de mejoramiento hacia el logro de la calidad, instrumentando acciones, reestructurando la organización interna y adoptando nuevos conceptos y esquemas teóricos válidos, que contribuyan a orientar dicha reestructuración funcional a implementar estrategias de solución.

Todo ello se ha manifestado como un nuevo reto para directivos, así como sus apoyos, asistentes y colaboradores, y las relaciones que de ellos se derivan. Es necesario aprender a trabajar efectivamente en un proyecto de grupo, aprender además cuál es la manera más efectiva de apoyar en la solución de problemas, de qué manera desarrollar un estilo de liderazgo entre nuestros compañeros, y en qué sentido ha de ser el manejo del equipo de trabajo.

El futuro de la organización escolar es poco probable sin excelencia individual, y la excelencia individual requiere del estudio, capacitación y profesionalización del líder y gestor de que se trate (con cualquier función en la institución).

En la administración se reconoce como demanda mucho más que una competencia técnica un tipo de destreza social específica: se le llama “Liderazgo”, un liderazgo que capacite para movilizar a nuestros compañeros, que nos permita lograr importantes objetivos a pesar de los obstáculos. Un liderazgo que contribuya y sea la punta para “mover” a las personas de nuestra institución entorno a la consecución de un propósito significativo, a pesar de las fuerzas que lo separan, y en definitiva un Liderazgo académico y administrativo que nos ayude a liberar a nuestras organizaciones educativas de la mediocridad caracterizada por conflictos de variada índole.

Para lograr ese tipo de liderazgo que requiere la escuela del Siglo XXI, es requisito modificar el grado de influencia que muestran los conceptos de eficiencia y eficacia en la administración educacional. Las nuevas teorías, desde la perspectiva de la administración explican, el concepto básico que orienta el nuevo enfoque, expresando que la efectividad, es la capacidad de respuesta que los aparatos educativos deben brindar ante las exigencias de parte de la comunidad. Con esto se enfatiza como indispensable condición, la capacidad de producir, por parte del sistema, soluciones efectivas y respuestas deseadas por la población.

Si reconocemos que el control administrativo está enmarcado en patrones tradicionales, en recursos humanos con falta de capacitación y formación profesionalizante, donde la mayoría del personal no conoce a fondo los principios del proyecto educativo y pastoral de nuestra congregación, se evidencia pues la imperiosa necesidad de una política coherente en materia de formación de líderes que permita la formación sistemática de cuadros y la actualización permanente de los profesionales que deben ejercer influencia significativa sobre los educadores a fin de lograr que se desempeñen eficiente y eficazmente en sus roles técnico–pedagógicos-administrativos y se alcancen las metas educativas.

Ahora bien, ser líder en esta esfera de la educación, no es tarea fácil; todos sabemos que la función de dirigir una institución educativa representa un gran compromiso desde la perspectiva profesional y personal y precisamente por ello, se evidencia la falta de percepción en relación con el rol de líderes. Por esta razón, durante el presente bloque trabajaremos temáticas que contribuyan a capacitar, actualizar y profesionalizar la labor del gestor educativo como un verdadero Líder de la institución, en el nivel de mando que cada uno sostenga. Temáticas tales como: la toma de decisiones, el apoyo y el estímulo que debe poseer un gerente líder para conseguir las metas organizacionales, el clima laboral y cómo impulsarlo, qué es trabajar en equipo y el liderazgo institucional son algunos que se trataran durante las siguientes sesiones, bajo la siguiente interrogación:

¿De qué manera y en qué sentido es posible modificar la relación entre el tipo de liderazgo prevaleciente en los directivos educativos y el nivel de desempeño de la  institución en que laboro para beneficiar la consecución de la calidad de la educativa?

Los resultados que se obtengan permitirán establecer en la mirada del directivo un estilo de liderazgo que le permita incrementar en un alto porcentaje el índice de participación de los participantes tanto en la planeación de un proyecto de mejora como en la ejecución y desarrollo del mismo y las diferentes actividades de la institución. De la misma forma, se requiere reflexionar acerca de la relación entre el estilo de liderazgo del líder y la participación del “otro” (Padre de familia, alumnos, docente, director, encargado, etc.). Es común en las instituciones educativas encontrar estilos autocráticos de liderazgo.

Para apoyar el desarrollo de competencias y aprendizajes será imprescindible establecer  redes de liderazgo, desde el liderazgo estudiantil, el académico (profesores) hasta los niveles directivos y de la supervisión. Las escuelas y sus líderes tendrán que reflexionar radicalmente sobre su manera de funcionar. Algunas de las cuestiones a las que deberán referir es aquella que toca a la educación tradicional, la escuela, el grupo, la clase, la lección, los recursos didácticos, los profesores y por supuesto, la gestión y el liderazgo. Todos los recursos disponibles –profesores, padres, ayudantes, compañeros, tecnología, tiempo y edificios– tendrán que ser utilizados con más flexibilidad que en el pasado. Uno de esos recursos lo podemos observar en la preparación para la Gestión escolar de los directivos de la institución. El liderazgo eficaz es un proceso colectivo que atraviesa –por lo menos- cinco fases:

1. Motivación
2. Iniciación
3. Desarrollo
4. Mantenimiento y
5. Sostenibilidad.

Por ello, podemos diferenciar algunos indicadores que modificarían las prácticas de la gestión hacia condiciones educativas de mayor calidad (Kilpatrick et al., 2001), entre ellas podemos citar:

• Los directores escolares están comprometidos a promocionar más integración entre escuela y comunidad;
• Los directores escolares muestran un estilo de liderazgo de cambio que da poder a otros dentro de la escuela y la comunidad y facilita una visión colectiva;
• La escuela y la comunidad comparten una visión de futuro, centrada en sus jóvenes;
• Se ve el liderazgo en la colaboración entre escuela–comunidad como la responsabilidad colectiva de la escuela y la comunidad; y,
• El personal de la escuela y la comunidad ven a la escuela como un centro de aprendizaje para toda la comunidad que aglutina los recursos físicos, humanos y de capital social.

Es pertinente ahora reconocer que dentro de todos los factores relacionados con la escuela, el liderazgo es el segundo factor (Leithwood y Riehl, 2003; Leithwood et al., 2004) en importancia para la construcción de los aprendizajes de los alumnos en la escuela. Su contribución radica en la influencia que el líder ejerce hacia otras personas, además de la asertividad en la toma de decisiones sobre los factores que afectan a la planeación, la organización de las instituciones. Por ello para establecer un adecuado liderazgo, la atención se centra en cuatro conjuntos de acciones que podemos considerar como las “bases” de un liderazgo con éxito:

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