Informe "Aerolineas Argentinas"

Durante el mandato de Cristina Fernández de Kirchner, Aerolíneas Argentinas fue devuelta al Estado, pensando de que eso iba a ser la solución a todos los males que atravesaba la empresa. Sin embargo, en los últimos meses nada de esto ocurrió, ya que funcionarios K se ven en vueltos en actos de corrupción y sobreprecios.

Durante la década del 90, cuando Carlos Saúl Menem era el presidente de la Nación, la premisa que se utilizaba para todos los servicios que administraba el Estado es que no funcionaban como debían. Por tal motivo, y luego de concientizar a la población con la ayuda de los medios masivos de comunicación, comenzaron a privatizarse varias empresas estatales.

Una de ellas fue Aerolíneas Argentinas. La compañía estaba valuada en 636 millones de dólares, contando únicamente sus bienes físicos, ganaba unos 90 millones de dólares anuales y se enorgullecía de poseer uno de los máximos estándares de seguridad en el nivel internacional. Para favorecer su venta, el Estado absorbe la deuda. En el momento de la licitación, en 1990, sólo había un interesado: el consorcio español Iberia-Cielos, que ofreció pagar US$ 260 millones en efectivo y US$ 1.610 millones en títulos de deuda para quedarse con el 85% de las acciones, y así fue como pasó a manos privadas.

Aerolíneas Argentinas, se estatizó el 17 de diciembre de 2008. El proyecto se presentó en el Congreso, primero lo trató Diputados, para que finalmente lo apruebe la Cámara de Senadores, con 46 votos a favor y 21 en contra. En ese momento se puso al frente del directorio al actual Ministro de Seguridad y ex-intendente de La Plata, Julio César Alak. Desde ese momento comenzaron los inconvenientes.

La Justicia decidió profundizar la investigación sobre los manejos en Aerolíneas Argentinas, una empresa que está en el ojo de la tormenta desde que pasó a manos del Estado. Por decisión del juez federal Sergio Torres se están realizando allanamientos en la compañía, a fin de determinar si existieron coimas en la compra de aviones a la brasileña Embraer.

Según informa el Centro de Información Judicial (CIJ), la suma pagada en sobreprecios la calculan en 65 millones de dólares. El mismo medio confirma, además, que se detectó un correo electrónico de un alto funcionario de Aerolíneas, en el que se alerta a un grupo de funcionarios acerca de que el precio de los aviones era mayor al adecuado. Y que allí mismo se recomendaba, remarcado en negrita, no realizar la compra.

La causa, según publicó el diario La Nación, se inició con un anónimo que llegó a esa redacción y a Torres. Ahí se habla de un papel relevante de Manuel Vázquez, un hombre cercano al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, en la adquisición de 20 aviones a la firma brasileña. Por consecuencia, la empresa fue allanada.

Durante los allanamientos, realizados por la Unidad de Investigación Técnica del delito de la Policía Federal en las sede de Informática y de Directorio de la empresa, se efectuaron copias de todos los correos electrónicos.

Pero la situación de Aerolíneas Argentinas, más allá del supuesto pago de sobreprecios a una empresa brasileña. Casi la mitad de la flota de no vuela, pero varios de los pocos aviones que vuelan siguen afectados a vuelos charter. A pesar de lo que dicen el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, y su presidente, Mariano Recalde, la situación de AA dista de parecerse a la de una empresa eficiente. Hoy tiene el 45% de sus aviones fuera de servicio y pierde, según Recalde, un millón de dólares diarios.

El dato surge del memorando interno “Situación de la flota”, fechado el último viernes y al que tuvo acceso este diario. Allí se detalla que de las 53 máquinas que conforman la flota de Aerolíneas, sólo 29 están volando.

De las 24 máquinas fuera de servicio, según surge del memo mencionado, hay cuatro en Inspección Mayor, entre las cuales se cuenta el Airbus 340 matrícula LV-BIT de la cuestionada revisión 1C en los talleres de TAP en San Pablo.

La actualidad de la empresa no es la mejor, sobre todo para el Gobierno Nacional que fue el que promovió la iniciativa de devolverla al Estado y que cuando se logró fue anunciada con “bombos y platillos”. Pero no toda la basura se puede esconder debajo de la alfombra, los sobreprecios y mal funcionamiento de la empresa están en el centro de la escena, en la cual los principales actores son funcionarios kirchneristas.

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