Inversion Extranjera

La inversión extranjera tiene tres modalidades definidas: inversión directa, indirecta y de portafolio.

Se consideran como inversiones indirectas todos los actos o contratos por medio de los cuales el inversionista realiza un aporte tangible o intangible a una empresa sin llegar a tener participación accionaria en todo o en parte de ella, siempre y cuando las rentas que la inversión genere para su propietario dependan de las utilidades generadas por la empresa.

Se consideran como inversiones de portafolio, las inversiones en acciones y bonos obligatoriamente convertibles en acciones y otros valores negociables en bolsas de valores.

Se consideran como inversiones extranjeras directas los aportes provenientes del exterior, de propiedad de personas extranjeras, al capital de una empresa; y la adquisición, con ánimo de permanencia, de participaciones, acciones o cuotas en el mercado de valores. Sus formas más generales son: la importación de divisas libremente convertibles para inversiones en moneda nacional como la creación de empresa o como aporte directo de capital a una empresa o adquisición de derechos, acciones u otros valores; importación de maquinaria, equipos u otros bienes físicos o tangibles, aportados al capital de una empresa como importaciones no reembolsables; Importaciones de divisas libremente convertibles para efectuar inversiones en moneda nacional destinadas a la compra de inmuebles para residencia propia o vivienda de funcionarios u oficinas de personas jurídicas extranjeras.

Uno de los factores importantes que dio origen a la inversión extranjera en México y Latinoamérica fue el Consenso de Washington”, el cual surgió debido a una deuda de México y de Latinoamérica, así como de otras regiones subdesarrolladas, tuvo como propósito ayudar a la recuperación de los países afectados por el endeudamiento masivo de los años 8, los cuales simplemente no encajaban en los países y sus instituciones en los que fueron propuestas y además de la exclusión u olvido de las políticas sociales, sobre todo el empleos y salarios.

Estuvo orientado a expandir por ciertos países de Latinoamérica, incluido México, y otras regiones en desarrollo un nuevo modelo, cuyo objetivo era derribar el modelo retrograda de industrialización por sustitución de importaciones y fomentar las novedosas políticas neoliberales, las cuales buscaban que en todo el mundo se abrieran las puertas al libre mercado y se dejara de utilizar al Estado como el dirigente de los mercados y de la economía.

Sus principales puntos reformadores fueron:

1. Disciplina presupuestaria de los gobiernos.

2. Reorientar el gasto gubernamental a áreas de educación y salud

3. Reforma fiscal o tributaria, con bases amplias de contribuyentes e impuestos moderados.

4. Desregulación financiera y tasas de interés libres de acuerdo al mercado.

5. Tipo de cambio competitivo, regido por el mercado.

6. Comercio libre entre naciones.

7. Apertura a inversiones extranjeras directas.

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