LA IMPORTANCIA DEL BUEN FUNCIONAMIENTO DE LOS MERCADOS FINANCIEROS PARA EL CRECIMIENTO Y ESTABILIDAD DE UNA ECONOMÍA

JENNIFER ANDREA GUTIERREZ OSORIO

UNIVERSIDAD DE LA SABANA

ENTORNO ECONÓMICO

ALVARO VERNAZZA

01 DE JULIO DEL 2015

LA IMPORTANCIA DEL BUEN FUNCIONAMIENTO DE LOS MERCADOS FINANCIEROS PARA EL CRECIMIENTO Y ESTABILIDAD DE UNA ECONOMÍA

Durante años, la economía como ciencia social responsable de la correcta y eficiente distribución de los recursos que tiene como fin generar bienestar dentro de la sociedad, ha desarrollado cientos de teorías y  modelos que le permitan hacer su tarea de la manera adecuada y garantizar la estabilidad de la misma a través de los años.

Sin embargo, en la mayoría de los países, la mayor parte de las cuestiones económicas se resuelven en el mercado, en donde las personas y las organizaciones intercambian bienes y servicios por medio del dinero. Esto es, las empresas producen las mercancías que generan los máximos beneficios mediante técnicas de producción que tienen menos costos, mientras que por su lado, las decisiones de los individuos sobre la manera en la que gastan sus salarios, derivados de su trabajo, determina el consumo (Samuelson & Nordhaus, 2002).

Por lo anterior, mediante el siguiente trabajo se pretende dar una mirada sobre la importancia del buen funcionamiento de los mercados financieros, como variable fundamental para el crecimiento y estabilidad de una economía. Para esto, en primera medida se realizara una definición de los términos principales a tratar, estos son: el crecimiento económico y los mercados financieros.

En segunda medida se analizaran las condiciones por las cuales ha atravesado el mercado financiero durante los últimos años en la economía de los Estados Unidos, con el fin de identificar los principales problemas, sus efectos en los mercados reales y en las economías emergentes y de alguna manera dependientes de los Estados Unidos, y  las soluciones que se han dado para salvar dichos mercados. Como tercera y última parte se plantean las razones por las cuales resulta necesario el correcto funcionamiento del mercado financiero para lograr un crecimiento estable para cualquier economía.

Conceptos Básicos:

Dentro de la macroeconomía, se utilizan diversas variables que permiten estudiar y medir el comportamiento y el desarrollo agregado de le economía, esto es, la suma de un gran número de acciones individuales realizadas por diversas unidades económicas, las cuales componen la vida económica de un país, en otras palabras, no se estudian las acciones de determinados individuos, sino la tendencia de las acciones de éstos. (Subgerencia Cultural del Banco de la República, 2015).

Una de las principales ocupaciones de la macroeconomía, si no la más importante, es el crecimiento económico, es decir el crecimiento de la producción de un país, reflejado en la cantidad de bienes y servicios que es capaz de suministrar una economía para suplir las necesidades de la población y generar una mayor prosperidad. En este sentido, resulta apenas lógico que se considere como una medida importante para el bienestar de un país y un objetivo de política económica importante de conseguir.

El indicador más amplio e idóneo de la producción total de una economía es el PIB (Producto Interno Bruto), el cual se define como “la producción de bienes y servicios finales, elaborados por nacionales residentes y extranjeros residentes dentro de las fronteras de una país, a unos precios determinados en un periodo establecido” (VERNAZZA, 2015).

En este sentido, el mecanismo más utilizado para que se propicie de manera eficiente y constante la producción de bienes y servicios, ha sido el mercado, que como se mencionó anteriormente, no es más que un intercambio entre demandantes y oferentes por medio del dinero. Dentro de una economía, pueden existir tantos mercados como se quieran, según las necesidades de los demandantes, la disponibilidad de los recursos, la competencia, etc. Sin embargo, estos se enmarcan dentro de dos grandes grupos: a) el mercado de productos (intercambio de bienes y servicios) y el b) mercado de factores (intercambio de trabajo y capital).

El mercado financiero, es entonces, el espacio y conjuntos de reglas que permiten a los participantes realizar operaciones de inversión, financiamiento y cobertura, a través de diferentes intermediarios, mediante la negociación de diversos instrumentos financieros (Banco de México, 2015).

Una mirada al mercado financiero mundial durante los últimos 30 años:

Hasta los años 80’s, la economía de los Estados Unidos, tal vez  la economía más influyente del mundo, se caracterizó por estar muy regulada y garantizar un crecimiento sin una sola crisis económica durante 40 años. Los bancos de inversiones que manejaban acciones y bonos eran sociedades pequeñas y privadas, vigiladas muy de cerca y gerenciados por personas cuyo objetivo era el de tener una vida estable, sin arriesgarse mucho en grandes inversiones (Ferguson, 2010).

Fue precisamente en este año, en el que la industria financiera, bajo el gobierno de Regan empezó un largo periodo de cambios revolucionarios alrededor de todo el mundo, los cuales, según el economista Raghuram Rajan, estaban altamente influenciados por tres fuerzas: 1) El cambio técnico, debido a la disminución de los costos de comunicación, de procesamiento y de protección de datos, gracias a las computadoras, 2) la eliminación de las barreras artificiales, gracias a la desregulación, ocasionando el ingreso de nuevas empresas y alentando a la competencia de nuevos productos, y 3) la creación de nuevas entidades en el sector financiero, nuevas disposiciones políticas y jurídicas, debido al cambio institucional (Rajan, 2005).

La convergencia de todos estos factores, llevó a que finales de los años 90’s, el mercado financiero estuviera fuertemente consolidado y diversificado, y que poco a poco la liberalización financiera en el marco de la globalización, se convirtiera en el mercado más apetecido por corredores, inversores y hasta políticos; debido a los millonarios incentivos que este sector ofrecía.

Sí bien es cierto que por instinto de supervivencia o tal vez por regla general de la vida, los seres humanos actuamos la gran parte del tiempo por incentivos (no necesariamente económicos), en el trabajo, en la universidad e incluso siendo niños; también es cierto que entre más riesgosa sea la actividad que tengamos que hacer, esperamos un incentivo mucho mayor. En este sentido, es posible afirmar, que la razón fundamental para que los corredores y comisionistas, tuvieran incentivos tan altos, podría ser el elevado nivel de riesgo que involucraba  su actividad, riesgo que a pesar de ser advertido en varias oportunidades a los entes regulatorios, no fue tomado en serio y se dejó bajo la completa responsabilidad del mercado financiero.

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