LA PYME Y LA TEORÍA DEL DEVENIR: GESTIÓN DE CAMBIO

LA PYME Y LA TEORÍA DEL DEVENIR: GESTIÓN DE CAMBIO

Como a mí me gusta predicar con el ejemplo hoy no voy a comenzar esta ponencia con la clásica pregunta de ¿qué entienden ustedes por cambio?, no, voy a cambiar y voy a lanzarles una pregunta diferente ¿Qué relación encuentran entre filosofía, física y gestión empresarial? Y claro les he pillado desprevenidos así que yo les dejaría tiempo para pensar pero es que Ramiro si me paso de los 15 minutos me regaña. Así que ¡vamos a ello!

Heráclito de Éfeso no me cabe la menor duda de que cuando este filósofo griego enunció su Ley Universal del Devenir, no pensó ni por un instante que 2.500 años después estaríamos aquí; ustedes y yo tratando de aplicarla a la gestión empresarial. Seguro que no se imaginaría Heráclito que su “todo cambia, nada permanece” iba a ser la clave para tantos gestores y directivos del S. XXI Tenemos 3 traducciones diferentes pero en todas se repiten dos palabras CAMBIO y PERMANENTE. Entonces, si sabemos que el cambio es permanente desde el año 350 A.C. ¿por qué nos preocupa tanto ahora?

Y aquí es donde entra en juego la física, sí señores, la velocidad es la que tiene la culpa de que hoy estemos abrumados por el cambio. Efectivamente el cambio siempre ha existido en nuestro entorno pero hoy en día es muchísimo más rápido. Hemos pasado de un cambio evolutivo y claro, que se veía venir como quien dice y podía preverse; a un cambio acelerado, impreciso y totalmente imprevisible. A todo esto hay que añadir que antes el cambio era intermitente: se acometía un cambio y luego había un periodo de estabilidad. A la tempestad le seguía la calma como solemos decir. Pero ahora no, ahora VIVIMOS (con mayúsculas) en el cambio.

Hoy día el cambio es supersónico por varias razones. En primer lugar las fluctuaciones políticas y económicas ahora son internacionales, aquello de que cuando América se resfría Europa estornuda. En segundo lugar la liberalización de los mercados que todos conocemos. Por otra parte los clientes tampoco son lo que eran, el llamado cliente pelotazo ha desaparecido y el cliente amigo ya tampoco está. Hoy tenemos que enfrentarnos a clientes mejor informados y más exigentes, clientes que saben lo que quieren y saben cómo y dónde buscarlo aunque eso suponga abandonar a su proveedor habitual. Y por último, el impacto de las nuevas tecnologías. Internet y sus desorbitadas posibilidades han revolucionado completamente la forma de comunicarnos y de acceder a información. Hoy en día casi todo está a un CLICK. Pues todo esto, es lo que hecho que las antiguas barreras de tiempo y espacio que suponían ventajas competitivas para nuestras empresas hayan desaparecido.

Y ustedes dirán pues esta chica no ha dicho nada nuevo, efectivamente todo esto ya lo sabemos pero es que ahora tenemos que ASUMIRLO. Y asumirlo implica tomar conciencia de que la estrategia de hace una década hoy no sirve para nada. Hoy tenemos que enfrentarnos a competidores nacionales pero también alemanes, chinos, italianos, japoneses y a todo el mapa mundi. Hoy no vale ser un taller, hay que ser una empresa. Hoy no vale saber mecanizar, hay que saber comunicar y negociar. Hoy no sólo hay que ser bueno es que también hay que parecerlo. La imagen nos guste o no es importante. Si no, piensen por un momento que yo me hubiera presentado aquí esta mañana con raptas y piercing, en chanclas y con unos pantalones globo; hubiera hablado exactamente lo mismo pero ¿hubiese tenido la misma credibilidad? Probablemente no. Pues eso es lo que le ocurre a nuestras empresas. Y por último hoy no vale con el teléfono y el fax, hay que estar en la red, hay que usar el correo electrónico y hay que saber comprar en los portales virtuales de nuestros proveedores. Si no me creen pregunten a sus hijos y verán como lo que no aparece en Google no existe.

Conclusión: Que los factores que aseguraban el éxito en el pasado a día de hoy no nos garantizan el triunfo, lo cual es un problema. Pero es que la cosa es aún peor, porque (aunque siguiendo los consejos de nuestro amigo Vadillo) hoy logremos una estrategia que nos lleve al éxito ésta tampoco va a representar una ventaja competitiva en el futuro. Y eso son muy malas noticias, tan malas que si ahora hacemos como en aquel anuncio de la radio y les digo: ¡piensen en un animal!, probablemente una gran mayoría pensaría en un buitre. Un buitre carroñero sobrevolando su empresa. Pero no, vamos a ser positivos y vamos a apartar los buitres de nuestra mente; vamos a centrarnos en CAMALEONES.

En este animalillo está la clave y ya si es un camaleón arco iris como el de la foto ni les cuento cómo nos va a solucionar la vida, porque la clave de la supervivencia a largo plazo se centra en la adaptabilidad y la capacidad de transformación. Tenemos que conseguir empresas camaleónicas.

A estas alturas tenemos dos cosas claras: primera que el cambio es inevitable y segunda que queremos cambiar; porque si no, entiendo que no estarían ustedes aquí. Entonces sólo nos quedan 3 preguntas por resolver ¿Cómo lo hago? ¿En cuánto tiempo? ¿Y cómo lo trasmito? Y para contestarlas vamos a recurrir nuevamente a la física, en concreto, a las 3 leyes del movimiento de Newton.

Haciendo un poquito de memoria seguro que recuerdan que la primera ley era la de la inercia que decía que todo objeto que no recibe un impulso permanecerá en estado de reposo o de movimiento uniforme. Lo que trasladado al mundo empresarial implica que nuestra empresa permanecerá haciendo lo de siempre a menos que una fuerza actúe sobre ella. ¿Y quién es esa fuerza? Pues nosotros, nosotros o alguien que nosotros elijamos pero lo que está claro es que hay que liderar el cambio. Hace falta un líder, una persona que promueva el cambio y lo dirija hacia donde queremos. Sin liderazgo no hay cambio porque las personas seguirán haciendo lo mismo un día tras otro.

Podemos hacer cambios

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