Liderazgo Formal E Informal

En el siguiente artículo nos propusimos analizar el liderazgo formal y el liderazgo informal en las grandes organizaciones. Estos dos tipos de líderes tienen características muy similares aunque hay una que los diferencia completamente, la autoridad. El líder formal goza de esta característica, es decir, que tiene poder sobre sus subordinados. Pero ¿se puede liderar sólo con autoridad? Claramente no. No se puede liderar solamente imponiendo poder sobre sus subordinados, éste tendrá que buscar la manera de que su equipo de trabajo esté motivado para poder lograr las metas propuestas. Es aquí donde se hace indispensable la presencia de un líder informal, que aunque no tenga autoridad, es capaz de movilizar a las personas para poder lograr dichas metas. El líder informal es un referente para el grupo de trabajo. Entonces, es aquí donde nos preguntamos si se pueden compatibilizar estos líderes o si es riesgoso sintetizarlos en una sola persona. A través de éste artículo y con la bibliografía analizada trataremos de llegar a una conclusión.

En toda gran organización existen grupos y subgrupos que son necesariamente dirigidos por un representante, al cual lo llamaremos líder. Es primordial la figura de éste ya que llevan adelante la gestión del talento, la misma que se encarga de que exista una colaboración eficiente entre los empleados, sin importar los niveles jerárquicos, con el fin de lograr los objetivos planteados tanto los de la empresa como los individuales.

Las personas son los recursos principales y básicos para la eficacia organizacional, las necesitamos para que se cumplan los objetivos de la organización. Para ello, los gerentes “líder” deben dirigir con tacto a los empleados, y de esta manera poder lograr el éxito empresarial.

“Un líder que no sea capaz de crear un ambiente de contención para que la gente se mantenga unida, más allá de los inevitables conflictos; que no soporte la incertidumbre generada por la turbulencia de tiempos caracterizados por la aceleración del cambio; que no entienda la necesidad de encontrar aliados con quienes compartir ideas y sentimientos; y que suponga que para dirigir una organización con éxito basta la autoridad, jamás será reconocido como un verdadero líder” (Luchetti. 2009, p 1). Ete aquí, que el gerente “líder”, llamémoslo líder formal, no será capaz de ejercer el liderazgo solamente imponiendo su poder sobre sus subordinados, sino que tendrá que buscar la manera de que ellos estén motivados y con ganas para lograr los objetivos con eficiencia, que sientan que su aporte es verdaderamente importante para llegar a la meta.

No es fácil ejercer el liderazgo desde una posición de autoridad, es más, muchas personas no lo saben ejercer. Otras lo ejercen sin autoridad por el simple hecho de identificar un problema en un sector determinado y tener las condiciones como para movilizar a las personas a tratar de solucionarlo.

Un líder sin autoridad, al que llamaremos líder informal, puede crear un ambiente de contención en el cual la gente permanezca unida más allá de los conflictos y capaz de resolverlos de forma productiva.

A partir de esta información, nos preguntamos: ¿se pueden compatibilizar el líder formal con el líder informal? No solamente se pueden compatibilizar sino que se deberían compatibilizar. El líder formal necesita aliados, confidentes, personas con las que no existen conflictos de intereses, con las que puede compartir todo lo que piensa y siente; estas personas son los líderes informales, que no sólo aceptan las opiniones de los líderes formales sino que también, es muy importante que las pueden rechazar teniendo el coraje para ayudarlo a descifrar sus puntos oscuros. Para que esto se logre, el líder formal tiene que, principalmente, confiar en el líder informal.

Es cierto que un líder puede ser formal e informal al mismo tiempo, lo que es muy positivo para la empresa y debería ser la combinación

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