Liderazgo

El liderazgo es la principal base para dirigir y formar gente, hay que hacerlo a partir de ejemplos basados en valores, actitudes y conductas positivas. Solo así se adquiere moral, sostén básico del auténtico liderazgo ético.

El liderazgo se puede considerar como un aprendizaje continuo sobre como dirigir y desarrollar personas, grupos u organizaciones. Como también como un arte cuya práctica se rige por unas pocas reglas fijas, pero se requiere de mucha inspiración, voluntad y pasión del dirigente, pero indiscutiblemente ser líder responde a un compromiso social moral concientemente sostenido, con uno mismo y con los demás.

El líder es la persona con capacidad de mando, dominio de los métodos de dirección, carisma, buena presencia personal, conocimiento de psicología humana, destreza oratoria, carácter fuerte, honestidad, facilidad para relacionarse con la gente, simpatía, capacidad de comunicación. Pero el principal elemento de un líder es tener el deseo de ser líder, y lleva además trabajar y esforzarse por aprender y crecer y convertirse en líder, puesto que el líder se forma y el liderazgo se conquista. Esto significa que conducir gente no es una cuestión que esté al alcance únicamente de elegidos por algún designio divino, o de superdotados por naturaleza.

“Ser líder supone manejarse con conceptos tales como: capacitar, educar, ayudar a crecer, orientar, entusiasmar y movilizar, implantar valores y modelar conductas. De hecho un verdadero líder es un maestro, un guía, una fuente de inspiración y un ejemplo a imitar.

Una de las carencias más notorias en el liderazgo político y empresarial es, precisamente, su falta de voluntad para formar otros líderes que sean capaces de asumir el relevo y llevar y llevar adelante en forma exitosa las tareas emprendidas. Tal vez se deba a la falta de visión de futuro; quizá sea por excesivo personalismo o temor a ser desplazado; también puede ser debido a su desmesurado afán de centralizar y controlarlo todo. Lo cierto es que muchos procesos quedan truncados cuando por una y otra razón, desaparece el líder que los impulsa” .

El liderazgo es la brújula y el motor de la organización. Pero el liderazgo no es un cargo, un rótulo en la puerta de una oficina o una posición jerárquica en las estructuras organizativas. El liderazgo es al arte de relacionarse constructivamente con otras personas y lograr que se movilicen para alcanzar determinados objetivos comunes.

Podemos decir que el liderazgo ético es aquel en el que se arte de relacionar lo valores y la conciencia en el dirigente para llevar a un fin común. Dado que la práctica del liderazgo ético se basa en ejemplo personal, es necesario que el dirigente haga una revisión honesta de su forma de pensar, de sentir y de hacer, para después modificar lo que estime conveniente. La conciencia y la voluntad juegan un papel fundamental en este proceso.

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