PEQUEÑO CERDO CAPITALISTA

PEQUEÑO CERDO CAPITALISTA

CAPITULO 1 – AHORRAR

Un problema que tiene mucha gente es que no ahorra dinero. Independientemente de cuánto dinero ganen. Conforme aumentan sus ingresos incrementan sus gastos.

Muchos jóvenes viven con sus papás para ahorrarse la renta en lo que ahorran para mudarse pero en lugar de ahorrarla terminan gastándose el dinero, de manera que se vuelve más difícil independizarse.

Identificar en qué estamos gastando el dinero es indispensable para poder ahorrar.

Es importante aprender a manejar el dinero y ordenar las finanzas personales para poder tener una mejor calidad de vida. Esto aplica tanto para jóvenes como para gente más grande, se puede empezar a cualquier edad pero obviamente entre más pronto empieces es mejor.

Hay cuatro estrategias básicas para ahorrar:

1. No dejarlo hasta el último – Decidir el monto que vamos a ahorrar y separarlo en cuanto recibamos nuestro sueldo en lugar de gastar primero y luego ahorrar lo que nos sobre.
2. Hacer el hábito – Empezar en este momento. Planear exactamente las fechas en que vamos a guardar el dinero. Tienen que ser periódicas y con una frecuencia por lo menos mensual.
3. Que te quiten el dinero antes de que te lo gastes – Si no tienes fuerza de voluntad le puedes pedir a tu jefe que te apliquen el descuento por nómina. Otra opción es un mecanismo que se llama domiciliación, el cual puedes solicitar en tu banco. Por último también autorizar al fondo de inversión, pagaré o lo que elijas que hagan cargos automáticos y retiren el monto que quieres ahorrar.
4. Tener un cómplice – Contarle a una persona de confianza que quieres ahorrar para que te apoye y te ayude a ahorrar.

Que una persona gaste mucho no significa que tenga mucho dinero. Lo importante es tener libertad financiera, esto es poder tomar las decisiones sin depender del dinero ni que te detengan las deudas.

La meta es convertir los ahorros en activos que produzcan dinero sin necesidad de trabajar. Así no tienes que depender de un  empleo para pagar las cuentas.

Algunas veces es necesario adquirir deudas, pero es importante detectar cuáles deudas son productivas y cuáles son sólo gasto.

Hay que tener cuidado con los descuentos para no dejarse llevar por ellos y terminar gastando de más creyendo que estamos ahorrando. Si no teníamos pensado comprar algo antes de verlo con descuento, al comprarlo no estamos ahorrando, estamos gastando con descuento.

También hay que tener cuidado con las asociaciones libres, que son los hábitos de compras que tenemos porque pensamos que al comprar algo o hacer alguna actividad automáticamente tenemos que comprar una cosa que va con lo que acabamos de comprar o hacer. Por ejemplo el cine y las palomitas.

A veces gastamos dinero yéndonos de comprar para sentirnos mejor, como una manera de tratar de resolver nuestros problemas o hacernos sentir mejor pero esto es contraproducente porque luego acabamos simplemente añadiéndole problemas financieros a los problemas que ya teníamos. Mejor en todo caso sería gastar ese dinero en una terapia psicológica o simplemente buscar alguna otra actividad que nos  haga sentir mejor sin despilfarrar, como salir a correr.

Puede ser necesario cambiar nuestros hábitos diarios para ahorrar el dinero que se nos va en nuestras compritas del diario, como en la comida, transporte, teléfono, internet, luz, agua, gas, etc.

Tener mejores hábitos de compra como comprar con tiempo, investigar y comparar precios antes de hacer compras fuertes nos puede ayudar a ahorrar dinero. Antes de comprar algo preguntarnos si es algo que en realidad necesitamos.

Mucho dinero se puede ir en pagar los intereses de las deudas de las tarjetas de crédito.

Revisar que nuestras inversiones nos den el mejor rendimiento posible.

Hay que checar también cuáles de nuestros gastos pueden ser deducibles de impuestos.

Si ya recortamos todos los gatos que pudimos pero todavía nos falta dinero tenemos que generar ingresos extras, una buena opción es trabajar de FreeLancer en el tiempo libre.

CAPÍTULO 2 – METAS

Ahorrar es importante para poder hacer frente a las eventualidades que se nos presentan en la vida, para poder aprovechar las oportunidades que surjan, pero sobre todo para poder lograr los sueños que tenemos para el futuro.

Es importante vivir dentro de nuestras posibilidades pero no hay que ajustar nuestros sueños a nuestras posibilidades, sino al revés.

Para poder realizar esto necesitamos tener orden y planeación.

Para que una meta funcione tiene que ser específica, tiene que incluir el monto exacto que vas a necesitar, tiene que tener una fecha fija de término, explicar exactamente cómo es que vamos a lograrla (Ios cambios de hábitos que vamos a tener que hacer).

CAPÍTULO 3 – ¿EN QUÉ SE TE VA EL DINERO?

Al hacer un presupuesto podemos darnos cuenta de cómo usamos nuestro dinero, también de cuál es nuestra capacidad real de ahorro y de las áreas en las que podemos recortar nuestros gastos.

Para saber cuánto podemos ahorrar tenemos que saber cuánto ganamos, cuánto gastamos y la diferencia entre las dos.

Para que el presupuesto sea lo más apegado a la realidad tiene que realizarse anualmente.

Para entender mejor en qué se va el dinero podemos ordenar los gastos de acuerdo a un nivel de prioridad o dividir los conceptos entre fijos y variables.

Es importante anotar todos los gastos, desde los más pequeños hasta los más grandes. Esto lo puedes hacer también pagando todo con tu tarjeta de débito para asegurarte que no se te olvidó anotar ningún gasto.

Después de tener registrados todos los ingresos y gastos se tiene que hacer una tabla de equilibrio. Si los gastos son iguales o mayores que los gastos se tienen que hacer recortes y reducciones en los gastos.

Para encontrar potenciales ahorros hay que detectar fugas. Estas pueden estar en las cositas baratas que compramos sin pensar, en los productos financieros que podemos tener repetidos o que no son útiles para nosotros, en las membresías que no usamos.

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