Resume of Presidential Address: Debt and Money: Financial Constrains and Sovereing Finance
Enviado por Lluvia Patricia Maya Ortega • 21 de Junio de 2017 • Práctica o problema • 1.261 Palabras (6 Páginas) • 269 Visitas
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Resume of Presidential Address: Debt and Money: Financial Constrains and Sovereing Finance
Este artículo escrito por el economista Patrick Bottom, nos habla sobre la similitud de las finanzas corporativas y las finanzas públicas. Utilizando diversas comparaciones el autor nos lleva hacia un enfoque donde utiliza la teoría de las finanzas corporativas como técnica para obtener ideas valiosas dentro de la administración de las finanzas del Estado.
Como primer punto Bottom habla sobre la estructura de capital de las naciones, donde establece el dinero fiat como el equivalente a el capital de una sociedad y al dinero como el derecho del poseedor de mismo a una parte de la producción. Con esta idea se realiza una primera comparación en paralelo entre los costos de dilución y los costos de inflación, donde los accionistas titulares de una empresa ven diluida su propiedad cuando la empresa emite acciones a nuevos accionistas a un precio inferior a su valor intrínseco. Del mismo modo, la impresión de más dinero puede dar lugar a la inflación y la pérdida de poder adquisitivo de los residentes nacionales si el aumento de la oferta de dinero es mayor que el aumento de la producción. Pero, al igual que con las nuevas emisiones de acciones y la dilución, la impresión de más dinero no necesariamente conduce a la inflación y una degradación de la moneda.
Otra observación importante que se desprende de esta analogía es que el costo de la inflación, al igual que el costo de la dilución, es en última instancia un costo de redistribución de la riqueza. El costo de la inflación es la transferencia de la riqueza de los antiguos a los nuevos titulares de dinero. Del mismo modo, si se emitiera nuevo dinero a todos los tenedores en proporción a sus tenencias, entonces no habría costo de inflación. Otra forma de hacer el mismo punto es que un cambio en la denominación de la moneda no debería afectar el valor del PIB real de una nación, así como una división de acciones no debería afectar el valor de la empresa.
El autor también nos indica que siempre se da por supuesto que todos los países, excepto los más económicamente avanzados, pueden emitir únicamente deuda en moneda extranjera, situación que no es diferente de las restricciones con que se enfrentan muchas firmas emergentes, cuya única fuente de financiamiento externo es la deuda. Sin embargo, a medida que las economías y las empresas crecen y establecen una reputación de solvencia crediticia, sus opciones financieras se expanden hasta el punto en que la compensación clásica descrita anteriormente entre la deuda y el financiamiento de capital se vuelve significativa.
Hablando de la teoría monetaria se habla de que la cantidad óptima de dinero depende de un sutil equilibrio entre la inflación y los costos esperados de morosidad, de tal forma que esta puede entenderse como el resultado dependiente de la historia de una sucesión de cambios en las expectativas de inflación, los tipos de cambio y las oportunidades de crecimiento, en conjunto con la evolución de los trade-offs a los que el país se enfrenta con respecto a sus mejores fuentes de financiación en el tiempo.
En el marco de financiación empresarial se explica una opción donde también las finanzas corporativas pueden aportar nuevas implicaciones para la gestión de las reservas de divisas en los países. Nuevamente el autor parte de señalar al costo marginal de construir reservas como el costo de dilución asociado con la impresión de más dinero o la emisión de más deuda en moneda nacional.
En la medida en que los inversionistas extranjeros son más pesimistas que los residentes domésticos sobre la inflación esperada en el futuro, infravalorarán la moneda nacional hasta el punto de que las compras de divisas implican un costo de oportunidad. Para algunos países, este costo puede ser demasiado grande para que valga la pena acumular reservas sustanciales. Es importante, sin embargo, que este costo puede ser pequeño para otros países (o incluso negativo en circunstancias especiales). Este es el caso de los países con expectativas de baja inflación (o posiblemente incluso de deflación). De hecho, puede haber un rendimiento estrictamente positivo asociado con las compras de activos en moneda extranjera mediante emisiones en moneda nacional para esos países. hay una diferencia importante entre la gestión de efectivo corporativo y la gestión de reservas de divisas. Cuando las tenencias de efectivo de una corporación llegan al punto en que el valor marginal del valor en efectivo de la empresa es igual al valor después de impuestos del efectivo a los accionistas, es óptimo para la corporación pagar un dividendo. No existe un análogo exacto para un pago de dividendos para los tenedores de la moneda de una nación, lo que plantea la cuestión de lo que significa un pago para una nación que ha acumulado reservas de divisas excesivamente grandes. La reducción de las reservas de divisas significa una intervención de divisas para apoyar una caída del tipo de cambio, esto es análogo a una recompra de acciones. Participar en tales operaciones de recompra tiene sentido cuando existe el riesgo de que el valor de la moneda nacional se deprecie excesivamente como resultado de las expectativas de inflación potencialmente auto-realizables; sin embargo, la experiencia en este tipo de intervenciones no es alentadora, ya que los países que se encuentran en tales situaciones han encontrado que sus reservas en divisas son insuficientes para financiar intervenciones suficientemente grandes para tener un impacto duradero en el tipo de cambio. La solución según el mismo autor se encuentra en forma de transferencia fiscal.
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