Resumen Zenshin Cap VI-X

Capítulo VI

Malasia: La creación de ventajas competitivas

El impulso inicial en el proceso de industrialización se derivo de las ventajas comparativas obtenidas por los bajos costos de la mano de obra o por la disponibilidad de recursos naturales. Las primeras etapas de su industrialización se concentraron en el suministro al mercado mundial de recursos naturales y productos de regular calidad con bajos precios, provenientes de industrias intensivas en mano de obra. La mano de obra barata y la propiedad de recursos naturales daban ventajas comparativas para competir internacionalmente.

Con la nueva dinámica de la economía mundial, es más importante la incorporación de valor agregado a la producción, mediante el uso de tecnología aplicada y de mano de obra calificada, que tener recursos naturales o mano de obra barata. Este es el nuevo fenómeno de las ventajas competitivas, que consiste en alcanzar niveles de productividad que aseguren competitividad en los mercados internacionales.

La sociedad malaya

Los activistas más extremos pretenden incluso que la ciencia y la tecnología se subordinen al Islam. En Malasia son visibles las grandes diferencias que existen entre estas tres razas milenarias que, desde 1969, han encontrado un equilibrio social y político después de haber sellado un “pacto” satisfactorio estable. Es la combinación entre Londres, El Cairo y Yakarta.

El éxito de la economía malaya durante los últimos decenios

El desarrollo de la economía malaya ha sido sorprendente. Entre 1965 y 1980 el PIB de Malasia creció, en términos reales, a un promedio anual del 9,8%. Y en los últimos decenios se ha mantenido con tasas similares. Estas altas tasas de crecimiento hicieron posible el pleno empleo y un ingreso per cápita de más de 3000 dólares.

El elemento fundamental ha sido el acelerado crecimiento de las exportaciones, especialmente de exportaciones de manufacturas. Las exportaciones tienen ya una participación que supera el 50% del PIB.

Las industrias más dinámicas y de mayor participación dentro del sector manufacturero han sido las de productos eléctricos y electrónicos, equipos de transporte, productos metalmecánicos, textiles y confecciones y productos manufacturados de caucho.

Durante el proceso, el sector agropecuario fue protegido con altas barreras para atender las necesidades nacionales, al mismo tiempo que se modernizo para desplazar trabajadores hacia las zonas urbanas.

El sector agropecuario sirvió de trampolín para una utilización más eficiente de recursos humanos en los sectores urbano y manufacturero.

Las ventajas competitivas son dinámicas.

La naturaleza de la competencia económica no es el equilibrio sino un estado permanente de cambio. En este contexto, las ventajas competitivas son dinámicas y es posible crearlas en el tiempo.

Las naciones que han entendido la naturaleza dinámica de la competencia y de las ventajas competitivas han podido estructurar sus economías con altos grados de flexibilidad en la producción y en el manejo de la información, lo cual les permite hoy navegar en los mares cada vez más difíciles de los mercados mundiales.

En el mundo actual la existencia de recursos naturales no asegura ventajas competitivas

La gran mayoría de países desarrollados han tenido éxito en la medida que han sido capaces de estar a la vanguardia tecnológica y de comerciar productos que constituyen una gran porción del consumo internacional y tienen un alto valor agregado.

La existencia de recursos naturales da ventajas estratégicas pero no asegura necesariamente ventajas en la competencia internacional.

Permanente modernización del aparato industrial progreso tecnológico.

En los últimos decenios la competencia internacional ha sido cada vez más fuerte. Países del A-P han entendido que la prosperidad nacional depende de la capacidad de modernizar permanentemente su industria; es decir, de asegurar una dinámica de progreso tecnológico.

Transferencia de tecnología.

Es fundamental la capacidad para trazar y ejecutar una estrategia de adquisición y negociación de tecnología, que garantice los intereses del país comprador. Tal estrategia debe tener entre sus componentes esenciales la identificación del tipo de estructura industrial, las tecnologías requeridas para sostenerla, la selección de las industrias potencialmente competitivas en el ámbito internacional, los canales de transferencia de tecnología y los mecanismos para su financiación.

Productividad, la clave del crecimiento sostenido.

La productividad de la economía es el factor que determina a largo plazo los niveles de vida de una nación. Es aquella la que determina el nivel del ingreso per cápita. Las economías deben tener la capacidad para asegurar el flujo tecnológico y la modernización de su aparato industrial en forma permanente. Esto incluye, por supuesto, el desarrollo de mano de obra capacitada en el manejo de la tecnología.

Al poner en práctica las anteriores consideraciones estratégicas, la economía malaya puede mostrar múltiples casos exitosos en la creación de ventajas competitivas, como las siguientes:

Creación de ventajas competitivas en el caucho.

En este sector de la producción del caucho, donde ha ocupado el primer puesto mundial, Malasia esta moviéndose rápidamente hacia la manufactura de productos derivados. La ventaja comparativa en la producción de caucho le ha facilitado ser fuertes inversiones en innovaciones tecnológicas para aumentar su productividad y rendimiento. El caucho es el ejemplo más ilustrativo del afán de crear ventajas competitivas en sectores donde se tienen ventajas comparativas. El objetivo malayo es continuar el desarrollo solido de nuevos productos derivados del caucho que permitan abrir nuevos y lucrativos mercados. Se proyecta convertir a Malasia, en los próximos años, en el centro mundial del caucho procesado y en el primer productor de artículos de látex.

Creación de ventajas competitivas para el aceite de palma.

El aceite de palma es el aceite vegetal mas consumido en el mundo después del aceite de soya. El 52% de la producción mundial y el 75% de las exportaciones mundiales se originan de Malasia. A fines de los años 60, el gobierno estimulo deliberadamente el cultivo de la palma para reducir la dependencia del caucho. Es de señalar que solo el 2% se exporta en su estado natural. El resto es refinado en oleína de palma, en destilados de acido graso y otras formas procesadas de mayor valor agregado.

La tecnología desarrollada en Malasia, junto con la que se ha importado gracias a alianzas tecnológicas con compañías extranjeras, le ha permitido mantenerse como líder en productividad,

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