SUELDO MINIMO

EL AUMENTO DEL SUELDO MINIMO

Los últimos meses ha vuelto a estar en la palestra el tema del salario mínimo con la propuesta del gobierno en un reajuste de éste; iniciativa que incrementa la cifra en un 6,2% pasando de $193.000 a $205.000, lo cual puede generar efectos beneficiosos y algunos no tantos para la economía de nuestro país.

Cuando se incrementa el salario mínimo, el pensamiento inicial es creer que aumentará el desempleo, dado que las empresas tendrán que incurrir en un mayor pago de salario a sus trabajadores principalmente las empresas PYME, que tienen muchas personas contratadas a salario mínimo; por lo tanto, dado el tamaño de estas empresas, muchas veces les puede ser difícil sostener el aumento de salario de sus trabajadores menos calificados o sin un título profesional.

Por otro lado, si se aumenta el salario mínimo, los trabajadores incrementarán su poder adquisitivo, es decir, podrán acceder a mayor poder de compra, pudiendo consumir una mayor cantidad de bienes, lo cual incrementará la demanda de productos y servicios, generando que las empresas deban producir más bienes, por consiguiente necesitarán mayor cantidad de mano de obra, incrementando el empleo. Ambos efectos resumen en forma muy simple las consecuencias de un aumento del salario mínimo, pudiendo ser uno mayor que otro o por qué no, ser de igual magnitud.

Lamentablemente los efectos descritos anteriormente del aumento del salario mínimo generarán un aumento sí o sí del nivel de precio ya que más personas pueden comprar y las que ya compraban ahora lo harán en mayor cantidad. Este aumento de la demanda generará un aumento de precios y por ende disminuirá la posibilidad que cubrir en su totalidad el abastecimiento en la canasta básica de alimentos en las familias chilenas

En resumen, la política del Salario Mínimo, no está cumpliendo su objetivo (permitir que el trabajador y su grupo familiar cubran sus necesidades básicas) e incluso si en un hogar promedio de 4 personas, madre y padre trabajan y ganan el mínimo, aun así, podrían seguir viviendo en un hogar pobre.

En un país que pretende ser desarrollado, las personas deberían poder gozar de un “buen vivir” fruto de su Salario y sin tener que acudir al endeudamiento, Bonos o la asistencia del Estado. Si Chile no puede asegurar un piso Mínimo que al menos recupere su sentido genuino, entonces ¿qué país estamos construyendo?, ¿hasta cuándo seguiremos chantajeando a nuestros trabajadores con la frase “tener cualquier empleo es mejor que nada”, mientras Bancos, AFP, Isapres, Retail, Mineras, Inmobiliarias o la industria pesquera cada año siguen batiendo récords de utilidades?

“Ya no podemos seguir echando la tierra debajo de la alfombra”

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