EL CUERPO EN LA ENCRUCIJADA DE UNA ESTETICA DE LA EXISTENCIA.

CUERPO: SIGNIFICACIONES E IMAGINARIOS

EL CUERPO EN LA ENCRUCIJADA DE UNA ESTETICA DE LA EXISTENCIA.

Es ante todo una potencialidad a ser desplegada, un proceso multidimensional. El cuerpo nos interroga de múltiples maneras; la sexualidad y el dolor, las fuerzas complejas que sostienen la vida, la subjetividad y las identidades, el tiempo y la muerte son algunos de los grandes temas que gravitan sobre una condición de experiencia que llamamos el cuerpo. El cuerpo es representante de nuestra presencia en el mundo, el dialogo de un sujeto deseante con el mundo. Sostenemos que el cuerpo es una inagotable fuente de conocimiento y reflexión sobre los procesos que constituyen la vida humana.

CUERPO HISTORICO, CUERPO SUBJETIVO

Tal vez sea difícil entender que el cuerpo no es solo materialidad, un organismo biológico, sino esencialmente significaciones, el cuerpo es un entorno natural, pero a la vez nada de él es natural, es un proceso que se va construyendo, significado por la cultura. A lo largo de la vida vamos incorporando esquemas que regulan la relación con el propio cuerpo, son hábitos, gestos, manejo del espacio, modos de hablar, de moverse, códigos sexuales, modalidades expresivas de las emociones, ritmos corporales y demás formas del uso y la vivencia del cuerpo. Todos ellos son códigos que conforman un peculiar gobierno del cuerpo sobre una ética fundada en lo aceptable, lo deseable, lo prohibido, las zonas públicas y las privadas: moral acogida en los cuerpos que funciona como una naturaleza. La vida cotidiana está dominada por un sinnúmero de actividades que apuntan al cuidado y mantenimiento del cuerpo.

En las sociedades occidentales el cuerpo tiende a sucumbir a la lógica mercantilista que las caracteriza, misma que promueve un vaciamiento subjetivo. Más allá de la posibilidad de ser reconocido el cuerpo “habla” de múltiples maneras, expresión de una subjetividad que es invariablemente tensión y lucha. El imaginario del cuerpo permea la sexualidad y todo intercambio social. La red de deseos que, jugados en el mundo, van haciendo historia, remiten a un cuerpo que ya no es el anatómico sino el cuerpo subjetivo, es decir, un cuerpo que habita un mundo simbólico, que se crea en el plano imaginario y se abisma en la dimensión de lo real. El cuerpo cumple con tres características que fundan su perfil histórico y subjetivo:

1. Su potencialidad sensible, que significa su posibilidad de apertura al mundo
2. Su condición de reservorio de pulsiones
3. Su capacidad de inscripción de la experiencia

Para Freud el cuerpo es el primer objeto que se impone a la dimensión psíquica, desde el proyecto puede observarse como el problema que representa lo corporal en su carácter de otra cosa para lo psíquico fue uno de los ejes de reflexión continuos en la obra freudiana. Freud establece claramente que el yo se deriva en última instancia de las experiencias corporales principalmente de aquellas producidas en la superficie del cuerpo por lo que puede considerarse al yo ante todo un ser corpóreo y no solo un ser superficial sino incluso la proyección de una superficie.

Las primeras experiencias corporales ancladas en la sensorialidad múltiple del organismo y aunadas a la imprescindible indeterminación del entorno maternante, constituyen un primer fundamento en la emergencia de sentimiento de la propia existencia, la experiencia sensorial múltiple y compleja es decisiva para el surgimiento del yo.

El cuerpo no es un instrumento de la conciencia, sino una lógica vivida. El cuerpo es para Freud, “un reino enigmático ligado por representación al aparato psíquico. La anticipación y la evocación del objeto que calmaría la tensión, abren el espacio psíquico de la fantasía y del símbolo.

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