Ensayo sobre depresión
Adrian MijaresEnsayo1 de Septiembre de 2020
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En el siguiente ensayo se hablará acerca de la depresión en los niños y adolescentes, se busca definir la patología y explicar los síntomas que se pueden presentar en este trastorno, además de definir las causas que provocan el mismo, con el fin de comprender los antecedentes y el origen de dicho trastorno, además se busca tener una mejor comprensión de la depresión en los niños y adolescentes.
La información recabada en este ensayo puede resultar de ayuda para el psicólogo pues ayudara a ver y comprender los factores que pueden desencadenar el trastorno de depresión en los niños y adolescentes, y así generar estrategias favorables para abordarlo, de igual forma es importante saber acerca de los tratamientos que resulten más convenientes y con mayor tasa de éxito, esto con el fin de evitar conductas o impulsos autolesivos, esto se refiere a las conductas no suicidas provocadas en el propio cuerpo. Una conducta autolesiva se define como toda conducta deliberada destinada a producirse daño físico directo en el cuerpo, sin la intención de provocar la muerte.
Es importante señalar que este ensayo no está dirigido únicamente a psicólogos sino también a la población en general, puesto que puede resultar de mucha ayuda a la hora de comprender la etiología (causas), la sintomatología, los tratamientos e incluso los efectos adversos que pude producir la medicación farmacológica. El fin de este ensayo es proporcionar el conocimiento para comprender la depresión y también tratar de prevenir desenlaces fatales como lo es el suicidio, además de poder discernir si es mejor recomendar otro tipo de terapia e incluso la hospitalización psiquiátrica.
La Depresión en niños y adolescentes
Sintomatología
Los trastornos depresivos en jóvenes constituyen una importante preocupación en el ámbito de la salud pública, debido a su prevalencia ya que a largo plazo provocan efectos adversos en el desarrollo cognitivo, social y psicológico del individuo, aproximadamente afecta a un 2% o 3% de los niños y un 8% de los adolescentes. Es fundamental identificar los de manera anticipada y aplicar intervenciones basadas en la evidencia, como fármacos antidepresivos y terapia cognitivo-conductual. (Sadock, Sadock, & Ruiz, 2015)
La depresión mayor tiene componentes hereditarios y el mayor riesgo es para niños cuyos padres experimentaron depresión de inicio precoz las características básicas de la depresión mayor son sorprendentemente parecidas en los niños adolescentes y adultos; no obstante, el cuadro clínico depende en su mayoría del nivel del desarrollo del niño o del adolescente. El DSM-5 presenta los mismos criterios diagnósticos para él trastorno depresión mayor en jóvenes y adultos, pero a los niños y adolescentes sustituye el estado de ánimo irritable por estado de ánimo deprimido. (Sadock, Sadock, & Ruiz, 2015)
La mayoría de los niños y adolescentes con trastornos depresivos no tienen tentativas de suicidio, sin embargo, los jóvenes con una depresión grave a menudo tienen ideaciones suicidas y es el suicidio el riesgo más importante de la depresión mayor. Existen pruebas epidemiológicas que indican que los jóvenes con depresión e ideación Suicida activa y recurrente, que disponen de un plan o que ya lo han intentado, corren un mayor riesgo de consumar el suicidio en comparación con jóvenes que sólo expresan la ideación suicida. (Sadock, Sadock, & Ruiz, 2015)
Los niños muy pequeños con depresión mayor a menudo se muestran tristes o apáticos, también es posible que no puedan articular estos sentimientos verbalmente. Es sorprendente, qué niños jóvenes con depresión mayor se observan con cierta frecuencia alucinaciones auditivas que son congruentes con el estado de ánimo y estas se deben a su desarrollo cognitivo. Las quejas somáticas, como las cefaleas y las gastralgias, el aspecto retraído y triste y la autoestima baja son los síntomas más habituales.
En los adolescentes con depresión muestran anhedonia generalizada, retraso psicomotor grave, delirios y sensación de desesperanza. La ideación suicida, el estado de ánimo deprimido o irritado, el insomnio y la disminución de la capacidad de concentración son los síntomas que generalmente aparecen con la misma frecuencia independientemente de la edad o el estado del desarrollo. Aunque el aspecto del desarrollo interviene en la exteriorización de todos los síntomas. (Sadock, Sadock, & Ruiz, 2015)
Un ejemplo, sería que los niños pequeños tristes que llegan a presentar una ideación suicida recurrente suelen ser incapaces de concebir un plan de suicido realista o de llevar a la práctica sus ideas. El estado de ánimo de los niños es muy vulnerable a influencias externas como discusiones familiares recurrentes, malos tratos, abandono, factores estresantes sociales y el fracaso escolar.
La mayoría de los niños pequeños con trastorno de depresión mayor tienen antecedentes de malos tratos o de negligencia, y familias con una carga psicosocial significativa, como progenitores con trastornos mentales, abuso de sustancias o pobreza. Los niños que desarrollan trastornos depresivos en el seno de factores estresantes familiares tóxicos pueden presentar emisiones de los síntomas depresivos cuando disminuyen los factores estresantes o se les introduce en un ambiente familiar más protector. (Sadock, Sadock, & Ruiz, 2015)
Según el artículo “Disfunción familiar y depresión en niños de 8-12 años de edad” esta enfermedad puede producir asilamiento social y en casos muy severos puede culminar en suicidio, en los factores ambientales, la depresión infantil se relaciona principalmente con el núcleo familiar, esto debido a que es el primer ámbito de interacción social y es el entorno donde se desarrolla el individuo. también se documenta que en el 80% de los casos existen antecedentes de depresión en la familia. (Garibay Ramirez, Jiménez-Garcés, Vieyra-Reyes, & Hernández González, 2014)
Los trastornos depresivos suelen ser episódicos, si bien duran cerca de un año, aunque su inicio a veces es gradual y pueden pasar inadvertidos hasta que se deterioran las relaciones con los compañeros, el rendimiento académico queda afectado o se abandonan las actividades deportivas. el rendimiento académico queda afectado o se abandonan las actividades deportivas. El TDAH, el trastorno negativista desafiante y los trastornos de la conducta no es raro que se presenten comórbidos con un episodio depresivo mayor. En algunos casos, se dan alteraciones o trastornos de la conducta en el contexto de un episodio depresivo mayor, que se resuelven con la remisión del episodio depresivo. (Sadock, Sadock, & Ruiz, 2015)
Etiología
Existen muchas pruebas que indican que los trastornos del estado del ánimo en la infancia son fundamentalmente las mismas enfermedades que sufren los adultos, y sus fundamentos neurobiológicos parecen ser una interacción entre la vulnerabilidad genética y factores estresantes ambientales. Diferentes pruebas indican que la interacción entre la susceptibilidad genética y los factores de estrés ambiental también ayuda a la aparición de la depresión mayor, esto se relaciona con el volumen cerebral sobre todo con la región del hipocampo. (Sadock, Sadock, & Ruiz, 2015)
Estudios con gemelos demuestran que la depresión mayor es hereditaria en aproximadamente un 40% o un 50%. Se constata un mayor riesgo de depresión en hijos de individuos que padecen el trastorno, y ducho riesgo aumenta si los padres presentaron un trastorno depresivo a una edad temprana. Los estudios en familias sugieren que tener un progenitor con historia de trastorno de presión mayor duplica el riesgo de desarrollarlo en la descendencia, y si ambos progenitores están deprimidos, se cuadruplica el riesgo de que el trastorno aparezca antes de los 18 años. De modo similar, los niños con más episodios graves y en mayor número a edades más jóvenes muestran las historias familiares más graves de trastorno de depresión mayor. (Sadock, Sadock, & Ruiz, 2015)
Los estudios neuroendocrinos han investigado el eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal, la somatotropina hipotalámica y los ejes hipotálamo-hipófiso-tiroideo e hipotálamo-hipófiso-gonadal con el objetivo de demostrar la existencia de marcadores en los jóvenes con depresión, pero han proporcionado resultados poco coherentes. Por ejemplo, los niños prepúberes deprimidos secretan una cantidad significativamente mayor de hormona del crecimiento (GH) durante el sueño que los niños normales o con otros trastornos mentales. (Sadock, Sadock, & Ruiz, 2015)
Estudios del sueño en niños y adolescentes con depresión no son concluyentes. La polisomnografía muestra ocasionalmente cambios característicos de los adultos con trastorno de depresión mayor: latencia del período de movimientos oculares rápidos (REM) reducida e incremento del número de estos períodos. El trastorno del estado de ánimo inducido por sustancias puede resultar difícil de diferenciar de otros trastornos del estado del ánimo hasta después de la desintoxicación, en el trastorno depresivo pueden coexistir los síntomas de ansiedad y las alteraciones de la conducta. (Sadock, Sadock, & Ruiz, 2015)
Estudios de neuroimagen en jóvenes con depresión demuestran un menor volumen de la sustancia blanca frontal, y mayor volumen de sustancia gris frontal incluyendo los ventrículos laterales. Se ha observado que los jóvenes con depresión manifiestan una respuesta amigdalina debilitada ante caras que expresan temor en comparación con los niños sin depresión, y que en los niños deprimidos el volumen de la amígdala es menor que en los niños de control sanos. (Sadock, Sadock, & Ruiz, 2015)
Tipos de trastornos
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