Estrés, ansiedad y depresión en estudiantes universitarios

Estrés, ansiedad y depresión en los estudiantes universitarios.

Introducción.

El proceso de aprendizaje puede verse afectado por diversos factores, provocando cambios en el entorno emocional, psicológico, familiar, educativo y laboral. Cabe señalar que la carga académica del estudiante por ciclo escolar es considerada una fuente de estrés.

Ansiedad: Esta es una condición persistente caracterizada por fatiga, dolores corporales, palpitaciones, miedo a la muerte, sentimientos de incertidumbre, irritabilidad, dificultad para concentrarse o insomnio.

Depresión: Una experiencia subjetiva de angustia manifestada por síntomas emocionales, conductuales, cognitivos, físicos o incluso motivacionales, que incluyen: pérdida de placer en cosas normalmente placenteras, apatía, cambio en el apetito, deterioro sensoriomotor, desesperanza, tendencia al aislamiento o en el peor de los casos, pensamientos suicidas.

Estrés: A diferencia de la ansiedad y la depresión, esta no es una enfermedad, sino la respuesta del cuerpo cuando sentimos que una situación está más allá de nuestras capacidades y creemos que no podemos manejarla.

Es importante poder determinar la prevalencia de estudiantes universitarios que sufren algún tipo de depresión, ansiedad y estrés para que estén conscientes de sus necesidades, nivel de desarrollo de competencias que establecen posibilidad de éxito o fracaso.

Debido a la relación entre el estrés en el aula y los factores de exposición en el aula, las asignaciones y tareas definidas en las unidades de estudio y la gestión de los exámenes obligatorios de los estudiantes universitarios, es necesario desarrollar un elemento de supervisión en los estudiantes.

Justificación.

Los estudiantes universitarios están ganando poco a poco la atención de los profesionales e investigadores de la salud mental porque influyen mucho en su rendimiento académico y social. La salud mental de los estudiantes que ingresan a la universidad puede estar en riesgo, como las dificultades relacionadas con los requisitos académicos, los avances y fracasos en el aprendizaje o la adquisición de habilidades que los lleven al éxito, el ritmo de aprendizaje, la intensidad de la enseñanza, las exigencias de los docentes, la competitividad entre compañeros de clase, los cambios en los tiempos de alimentación y los cambios en los ciclos de sueño pueden alterar estas condiciones de salud.

Según la Organización Mundial de la Salud, la prevalencia de depresión en jóvenes es del 8%, y cada año, alrededor de 100.000 personas sufren depresión en algún momento de su vida. Sin embargo, solo un pequeño porcentaje se diagnostica debido a la formación insuficiente de los profesionales de la salud o la falta de conocimiento de los síntomas de los pacientes.

La prevalencia de la depresión reportada en varios estudios de estudiantes universitarios oscila entre el 25% y el 50% y está determinada en parte por las diferentes herramientas utilizadas para la educación.

Los estudiantes universitarios reportaron falta de tiempo para completar el trabajo escolar, exceso de trabajo escolar, exámenes, clases requeridas y tareas asignadas como eventos estresantes. Los alumnos de primer grado son los más estresados ​​por la falta de tiempo y la presión escolar. Estos factores, aunque todavía se perciben como factores estresantes entre los estudiantes de último año, disminuyeron con el tiempo.

Objetivos.

Para evitar que los estudiantes universitarios desarrollen trastornos de ansiedad, depresión o estrés en general, recomendamos que las universidades tomen las siguientes medidas:

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