ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Los afectos intuitivos y el comienzo de los sentimientos interindividuales


Enviado por   •  9 de Junio de 2016  •  Informe  •  2.787 Palabras (12 Páginas)  •  762 Visitas

Página 1 de 12

             

CUARTO ESTADIO: “Los afectos intuitivos y el comienzo de los sentimientos  interindividuales”

Este es el segundo período del desarrollo denominado “Período B” el cual empieza alrededor de los 2 años; en éste período distinguiremos tres estadios desde el punto de vista cognitivo, el de la inteligencia verbal y desde el punto de vista afectivo, el de los sentimientos interindividuales.

Características del cuarto estadio

La función simbólica tiende a ser fundamental en la vida psicológica del niño. Ya que ésta permite al niño evocar una situación ausente por medio de un significante cualquiera.

La imagen mental y el lenguaje, van a constituir numerosos significantes que permiten extender indefinidamente el ámbito de la inteligencia; por otro lado, el lenguaje al mismo tiempo constituye un elemento esencial de la representación, hace posible la socialización del pensamiento.

En cuanto al plano afectivo, encontraremos transformaciones paralelas. Representación y lenguaje van a permitir a los sentimientos adquirir una estabilidad y una duración que no podían conocer hasta este momento. Veremos entonces como van desarrollándose los sentimientos interindividuales, al mismo tiempo que aparecen los sentimientos morales que constituirán progresivamente los sentimientos normativos y las escalas de valores.

La simpatía y la antipatía

Pierre Janet los diciendo que podemos ver que en las acciones intraindividuales intervienen sentimientos de presión y de depresión, así también encontramos en nuestro alrededor individuos “cansadores” cuyo comportamiento nos cuesta esfuerzo y que nos son antipáticos; por otro lado estaban individuos “económicos” que nos estimulan, y la simpatía no es otra cosa que esta regulación interindividual de las fuerzas.

Janet solía apoyarse sobre la observación de los comportamientos psicasténicos; sin embargo, debido a que la economía interna del comportamiento no explicaba todos sus aspectos, la explicación de Janet parece insuficiente a este respecto, ya que podría como máximo servir para simpatías y antipatías superficiales y ocasionales; pero  en el estadio en el cual estamos, tales sentimientos son más durables, menos ligados a la acción del momento.

Nos enfocaremos en la clásica tesis Utilitarista la cual se apoya en dos     postulados que vamos a discutir:

“Todo comportamiento tiene como base el interés”. La palabra interés tiene un doble sentido. Cuando designa la activación de un comportamiento, el interés se opone al desinterés pero no a desinteresarse. Si entonces, en un sentido, es muy cie4rto que todo comportamiento responde a un interés, no se podría prejuzgar el carácter egoísta o no de este interés.

“Los comportamientos egoístas preceden a los altruistas”. Este postulado en una cierta psicología admitía que la conciencia del yo es primitiva, lo cual sabemos que no es así, que existe al principio una indiferenciación del yo y del otro, y a partir de este estado inicial la conciencia del yo y la conciencia del otro se construyen correlativamente.

Esto nos lleva a considerar que en la simpatía se da, no tanto el enriquecimiento que puede obtener cada compañero, como la reciprocidad de las actitudes y los elementos de valorización. Por ejemplo:

Imaginemos dos sujetos 1 y 2, uno en presencia del otro. El cual nos guiaremos del siguiente gráfico.

[pic 1]

 

El sujeto 1 ejerce con sus actos, sus palabras, etc. Una acción sobre el individuo 2. Sea R1 esta acción, representada por un gasto negativo. Como hay contacto, esta acción va a ser apreciada por el compañero.

A R1 le corresponderá entonces S2, satisfacción sentida por el Sujeto 2. Por otra parte, los roles pueden estar invertidos. Hasta aquí estamos en presencia de valores reales, que corresponden a los afectos perceptivos.

Pero, en la etapa representativa, valores virtuales vana agregarse a los anteriores. Si en efecto, en el nivel sensorio motor, los intercambios no dejan ningún recuerdo, y si los sentimientos desaparecen como desaparecen las sensaciones,  la satisfacción sentida es duradera.

Los intercambios, cuyo esquema acabamos de dar, pueden ser desiguales: puede darse más de lo que se recibe, o incluso dar sin recibir.

La simpatía, supone una correspondencia entre las escalas de valores de cada uno de los partenaires y un intercambio que no sea deficitario. El enriquecimiento es siempre una cuestión de reciprocidad en las actitudes.

La auto valorización y los sentimientos de superioridad e inferioridad

Hay auto-valorización cuando una persona es capaz de juzgarse superior o inferior a otro. La importancia de estos sentimientos es debido a que permanecen más allá de las circunstancias que los hicieron nacer y que se constituyen en sentimientos permanentes de inferioridad o de superioridad, lo cual es importante estudiar su origen y su construcción.

  1. El sentimiento de inferioridad: tesis clásica

Adler considera a la voluntad de poder como una tendencia a la afirmación del yo que puede llegar hasta el deseo de dominación; por otro lado Claparéde vincula la tendencia dominadora a la tendencia de crecimiento. Para Adler  la voluntad de poder atraviesa por dos obstáculos: uno es el mundo adulto y el otro es las insuficiencias orgánicas. Entonces el sentimiento de inferioridad nace delos fracasos de la voluntad de poder.

Claparéde distingue cuatro actitudes ante la inferioridad: Compensación heroica; compensación protectora; las compensaciones ficticias y la aceptación.

  1. La autovaloración

Para Odier el sentimiento de inferioridad se debe a la falta de amor inicial, una frustración afectiva del niño, y el de superioridad debido a un exceso de amor. Por otro lado, es conveniente, en la génesis de los sentimientos de inferioridad, tener en cuenta también sucesos y fracasos sociales.

Sin embargo, la autovaloración puede ser conferida por la actitud del otro y como éste me ve. Si me desvaloriza,  afectivamente puedo no hacer caso, pero esta actitud es difícil de mantener tomando en cuenta que la necesidad de aprobación es una de las más profundas en el hombre; también podría desvalorizar mi propio concepto y por ultimo aceptar el juicio del otro y desvalorizarme.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (18 Kb) pdf (209 Kb) docx (28 Kb)
Leer 11 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com