Los jóvenes y el cuerpo
Enviado por Laiky • 28 de Junio de 2021 • Trabajo • 1.007 Palabras (5 Páginas) • 73 Visitas
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Variables que inciden en la conformación de la construcción del cuerpo
A diferencia de los animales, en el ser humano el cuerpo se construye, no es algo que está dado de entrada. La disponibilidad del organismo para que se constituya un cuerpo, es necesaria, sin embargo no es suficiente. El sujeto humano no nace humano en forma innata, nace como un cuerpo biológico que se constituye humano en un campo que es el de la relación con el Otro. Este campo del Otro es un campo caracterizado por el deseo, por las intenciones y por toda la historia de ese que oficia de Otro para el niño. El cuerpo se construye a partir del modo en el que el sujeto se anuda al Otro, serán las palabras del Otro las que imprimirán sus marcas en el cuerpo del niño, posibilitando u obstaculizando su construcción. De este modo el niño solo se apoyara en el Otro para construir y reconocer su imagen corporal lo que dará lugar a la formación del Yo. El cuerpo solamente se constituirá en un cuerpo organizado si existen palabras que ayuden a que se configure esta organización, ya que las palabras, al nombrar, ordenan el mundo en tanto sirven de separación, a la vez que de intermediación, entre el yo y el mundo: separan e intermedian al niño respecto de sí mismo, respecto del cuerpo a cuerpo con los otros, así como del cuerpo a cuerpo con los objetos.
Importancia del Otro y su reconocimiento en la historia de vida de un sujeto
El sujeto no puede orientarse en el discurso más que a medida de lo que construye de su cuerpo a través de la demanda y deseo del Otro. El discurso que se constituye alrededor del sujeto, viene a ocultar un no dicho extremadamente complejo en el cual se bañan las primeras relaciones. Es a través del contacto con el cuerpo de la madre, de los intercambios libidinales que se producen y de lo que se dice en relación al cuerpo, que este se ira construyendo y delimitando como un cuerpo erógeno.
Manifestaciones de la angustia en la adolescencia
El sujeto adolescente atraviesa cambios radicales: el cuerpo infantil, familiar y conocido, se transforma; pretende independizarse de los padres pero a la vez los necesita; entra en un mundo nuevo: bailes, discotecas, pareja, cambios de colegio, etc., mundo que le resulta fascinante y a la vez amenazante. Todas estas situaciones, y muchas otras, le producen sensaciones de desamparo, de vacío, de pérdida del sostén. Remiten al estado de desvalimiento inicial con el que nace el sujeto humano. Desvalimiento debido al cual, sin el sostén del Otro, el sujeto cae, muere; pero que, a la vez, es la semilla de la constitución y complejización del inconsciente. Este desamparo estructural se hace presente a lo largo de la vida del sujeto. Es posible pensar que la adolescencia y sus cambios son terreno particularmente fértil para estas vivencias. Esto hace que la adolescencia sea un momento marcado por la angustia. y por sus diversas manifestaciones. Para el sujeto adolescente, es precisamente el cuerpo, tan íntimo y familiar, lo que se convierte en extraño, en ajeno, dejándolo frente a la vivencia de lo siniestro. Del mismo modo, y frente al cuerpo que se transforma, el sujeto adolescente asume como propio el cuerpo con cambios en un proceso en que las identificaciones tienen un papel central. Es aquí donde es importante el sostén del Otro, que posibilita u obtura este proceso. Estas patologías pueden tomar diversas formas: trastornos de la alimentación, adicciones, promiscuidad sexual, fugas del hogar, abulia, entre otras. En todos estos síntomas y también en las inhibiciones, de manera más explícita algunas veces, de manera menos explícita otras, el cuerpo siempre está afectado. La angustia no siempre se presenta como sensación o afecto, sino que puede ser objeto de muchas transformaciones como enfermedades o disfunciones corporales: desde diarreas o, al revés, constipación, hasta problemas respiratorios, enfermedades de la piel, cefaleas, migrañas, etcétera. Cuando la angustia se presenta como tal, siempre va acompañada de un correlato corporal, sea un dolor en el pecho, taquicardia, o cierta sensación de que falta la respiracióna a los que ahora llamados “ataques de pánico”.
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