Psicología penitenciaria

La psicología jurídica se ha fundamentado como un campo de estudio multidisciplinario que comprende el análisis, explicación, promoción, evaluación, diagnostico, prevención, asesoramiento y tratamiento de aquellos fenómenos psicológicos y sociales que inciden en el comportamiento jurídico delos individuos en el ámbito del derecho, de la ley y la justicia. (Ortega, 2021)

En México la psicología jurídica surge por medio del programa multidisciplinario de Estudios en psicología y derecho en 1999 dirigido por el Dr. Diego Valdés Ríos en un intento por determinar los procesos psicológicos que intervienen en el comportamiento del individuo en relación con el sistema jurídico mexicano. (Sánchez Galindo, 2017)

En México no hay una unificación entre los profesionales, aunque el punto en común es la participación de la psicóloga en el ámbito de la justicia (Sierra Freire, Jiménez Gonzáles, & Buela Casal, 2013)

Además de que, en México, el trabajo en conjunto entre academia, legisladores y profesionales en el área de Psicología Jurídica sigue siendo un tema nuevo, por lo que el trabajo de la psicología Jurídica es limitada y poco contundente (Córdova Sánchez, 2021), lo cual se ve reflejado en las políticas públicas como ya mencionaré más adelante.

Dentro de la psicología jurídica existen diferentes áreas que se vinculan, cada una con sus campos de actuación definidos, como lo es la psicología policial en el campo de cuerpos y fuerzas de seguridad de los estados, psicología forense en juzgados y servicios administrativos de justicia como familia, menores, etc. y la psicología penitenciaria en el área de las prisiones.

Historia del penitenciarismo

Históricamente la prisión surge como un método de custodia del acusado, posteriormente adquiere una función penal y tras la segunda Guerra Mundial, con el modelo humanista que impera en la sociedad. Juristas, criminólogos y psicólogos vieron la posibilidad de transformar las prisiones, no sólo humanizando la vida de las mismas, sino también y, sobre todo, pretendiendo convertirlas en Instituciones de reeducación y reinserción social. La pena de prisión ya no se justificaría por sus funciones de custodia y castigo, sino por su fin rehabilitador. (Sánchez Galindo, 2017)

Debido a que se identifican los efectos típicamente nocivos de las instituciones totales, se reforman y el interno paro de carecer de casi todos los derechos a ser una persona de derechos definidos.

En México particularmente la ejecución de la pena ha pasado por diversos caminos el de la venganza, el castigo, la retribución, la eliminación, la educación, la corrección, la regeneración, la rehabilitación, la readaptación, la reinserción, intentando humanizar el derecho penal. (Sánchez Galindo, 2017)

Y que los cambios por los que ha pasado tienen implicaciones importantes, como menciona Guerrero Aviña (2020) pasar de la readaptación a la reinserción implica el abandono del discurso psicoterapéutico por un discurso aparentemente más económico y es así que el Estado solo está obligado a darle herramientas de reinserción social pero no de readaptación social o moral y entonces determinados actos se pagan con una determinada cantidad de tiempo.

El papel del psicólogo penitenciario.

Soria define la psicología penitenciaria como “rama de la psicología jurídica que analiza y aplica aquellos procesos de evaluación y tratamientos de personas que se hallan bajo custodia penitenciaria, sean condenados o en espera de juicio, y aquellos procesos posteriores de tipo comunitarios destinados a su reinserción social” (Soria Verde, 2006, pág. 15)

El campo de actuación del psicólogo penitenciario es amplio y abarca prácticamente todas las áreas de la psicología, todas aquellas que tengan una relación directa con la Psicología aplicada, va desde el diagnóstico y clasificación penitenciaria, informes a juzgados y Audiencia, elaboración y ejecución de programas de tratamiento, intervención en las áreas educativas y funciones de dirección e inspección de los establecimientos penitenciarios resultan parte imprescindible en el trabajo diario. Sin embargo, a pesar de llevar a cabo todas estas funciones y en realidad estar presente en prácticamente todo el proceso de institucionalización que un reo conlleva, la función más importante que realiza el psicólogo es la de evaluación que tiene como intención la clasificación penitenciaria, la programación del tratamiento, la evaluación periódica y el tratamiento que son las actividades que van dirigidas a la reinserción social que debe cumplir con ciertos principios como es: la individualización,

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