Un gran Ensayo sobre psicoanálisis y la función materna

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MAESTRIA EN ESTUDIOS PSICOANALITICOS

CUARTO SEMESTRE

“MORDERÁS LA MANO QUE TE DA DE COMER”

ENSAYO SOBRE LA MADRE DE DEVOCIÓN CORRIENTE: UNA CONTRIBUCION DE WINNICOTT

MTRA. GABRIELA GOMEZ

UZIEL MORALES-AMAYA

JULIO 2015                                                GUADALAJARA, JALISCO

Índice de contenidos

Introducción

Ensayo: Morderás la mano que te da de comer

Conclusiones

Referencias bibliográficas

Introducción

Con el presente ensayo intento hacer un cumulo de reflexiones practicas sobre el tema del maternaje, es una experiencia trascendental en la vida de una persona y con ello implica reacciones y adecuaciones que evidencian los procesos psíquicos, hablar de devoción implica meternos en el oscuro mar del inconsciente y el deseo, pero también en el iluminado campo del proceso de convertirse en madre, ocupante de su lugar y dadora de vida.

Al autor se le criticaba por hacer homenaje a las madres, pero como no hacerle un homenaje, al proceso basto y complejo que implica el camino para serlo, tal como ser padre, a diferencia de que el cuerpo está en juego antes, durante y después del hijo.  

No pretendo hacer un ensayo crítico teórico, la idea, es asentar la teoría en un producto propio, reflexivo y con miras a aportar en la formación de personas. Las enseñanzas que plasma el autor me han mostrado huellas muy claras y precisas en mi proceso de estudio y como persona, para seguir un camino apasionante; comunicar y expresar al alcance de todos temas que son abstractos, pero que son bastante necesarios para la vida.

Cuando me plantee hacer el ensayo sobre este tema, me atreví a tomar al pie de la letra una enseñanza de Winnicott, escribir para comunicar, para que entienda quien esté interesado y quien así le convenga, y no escribir para debatir o para analizar lo complejo y hacerlo más enigmático. Así que escribí este ensayo como si fuera un artículo de divulgación para madres comunes y –corrientes-.

MORDERÁS LA MANO QUE TE DA DE COMER

Como si fuera una varita mágica, el abrazo de una madre tie ne el poder para ahuyentar fantasmas; el niño sueña como si estuviera en un cuento de fantasía, protegido por su hada, y cuando despierta sabe que ella estará ahí con esa magia…

(Uziel Morales-Amaya)

La magia de la madre son esas capacidades inmediatas que tiene para conectarse más allá de los sentidos con su bebé. Me lleva a pensar en ese poder invisible que tiene y que usa para descifrar el lenguaje de su hijo, ade más de las múltiples herramientas que debe desarrollar, algo tan complejo en realidad se re-suelve con un aspecto tan sencillo; devoción, entonces la magia es devoción como capacidad y deseo para convertirse y ser madre, recibir al hijo y dar un lugar, una relación devocional desde que el bebé está en el vientre.  

Cuando Winnicott dice que él no puede ocupar un lugar de saber, y que no dirá a las madres del mundo como hacerle en eso de la maternidad, sienta las bases de un psicoanálisis distinto, incluyente, profundo y cercano, haciendo un elemento distintivo; encontrar el tesoro de virtudes de una función que se ha realizado, es decir, comunicar lo que han hecho bien las madres, a partir de ahí pone como centro un psicoanálisis al servicio, pensando que la magia, es devoción y que esto convierte a la madre en tal.

Por el simple hecho de que cada una de ellas realiza con devoción la tarea que tienen de cuidar al hijo.

¿Qué es la devoción?

• La madre con devoción recuerda el horario con sincronía de las tareas que implican el cuidado del hijo, memorizando detalles precisos, así se trate de alimento, medicina, etc.  
• Si se requiere hacer algo en particular, lo hace y lo disfruta, más allá del cansancio, ya que el recién nacido le llama y ella no puede negarse a ir y contestarle, ahí sus manos hablan más que su boca, y su mirada dice mucho, no importa si no ha dormido, algo le ha pasado que todo su cuerpo, toda su mente, están sincronizados con su hijo, sabe a detalle lo que necesita y establece diálogos sin palabras con el cuerpo y la psique del bebé.
• Y si por cuestiones de salud no pudiera hacerlo, pediría alguien que lo haga; si la madre se viera imposibilitada a responder el llamado del hijo, con devoción pediría alguien hacerlo, le suplica a ese alguien de confianza que lo proteja, que lo cuide, que le dé su medicina, así la madre puede expresarse a través de otros, pero es ella, la que aparece.

La devoción no implica liberarse de angustia, o ansiedad, existe un deseo adormecido en algún lugar y cuando llega la hora, se enciende para recordar y actuar, después vuelve a su lugar, quizá es un deseo dilatado, que tiembla cuando hay que abrir camino, un deseo que se encarga de movilizar el cuerpo y la mente para responder y nombrar.

Así Winnicott reconoce una cualidad observada en los casos que estudió, y entonces habla de una parte que parece extraña en este discurso, y que es precisamente el objeto de estudio en este particular documento, y que el autor aprovecha para conectar la experiencia de la devoción con la particularidad que lleva al niño desear dejar la omnipotencia y que su madre con devoción también se equivoque, incluso dice que el hijo necesita que la madre falle. A partir de esto me permitiré hacer un intento de explicación de esta necesidad de falla, a lo que llamaré;

LA ETAPA DE LA MORDIDA

Con el tiempo el bebé necesitará que su madre falle, en adaptarse a él, es una necesidad que contradice lo que nos enseñaron las abuelitas sobre ser madre, decían que había que estar tiempo completo dedicadas a los hijos, ser madre es un trabajo de tiempo completo que implica sacrificio y cargar esa cruz, en un momento se vuelve necesario que la madre falle, pero una falla que no se aprende por enseñanza, se trae o se desarrolla, pero se tiene, se falla en el momento adecuado, usualmente las fallas provocan sentimiento de culpa y eso genera en ocasiones tristeza y cuestionamientos sobre su rol como madre, el simple hecho, de que, se sienta mal por fallar, habla de que es una madre con devoción corriente y que la falla es natural y necesaria, aunque ella no lo sabe.

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