ADOLESCENTES Y SALUD
Enviado por fatiyami • 11 de Noviembre de 2013 • 1.435 Palabras (6 Páginas) • 234 Visitas
ADOLESCENCIA Y SALUD
El cuidado de la salud de las y los adolescentes precisa de aproximaciones técnicas y teóricas determinadas que se ajusten a sus peculiaridades en cuanto a la etapa evolutiva en que se hallan. Los programas de salud diseñados para la o las adolescencias en los últimos años, tanto en nuestro medio como en otros países, responden al intento de posibilitar una atención integral e integradora para este grupo de población. En este trabajo vamos a describir sus principales necesidades y problemas de salud, así como algunas estrategias de intervención.
Seguramente la nota más definitoria de la adolescencia sea su consideración como un proceso de transición entre la infancia y la vida adulta, entre la dependencia/tutela familiar y la incorporación a la sociedad con plenos derechos, proceso que en las sociedades agrarias tradicionales era superado a través de ritos iniciáticos que significaban el paso inmediato de la infancia al sistema productivo mientras que en las sociedades industriales se ha ido prolongando artificialmente hasta llegar a formar la "segunda década de la vida" -cuando no una tercera-, alargando los procesos educativos, y retrasando el momento de adquisición de la autonomía personal. Este espacio y tiempo liminal (y su consideración como una condición social ("ser adolescentes", Funes, 1990), tiene que ver con algunos de los problemas y necesidades que presentan los adolescentes actuales. Es imposible plantearse el análisis de dificultades o conflictos concretos del adolescente, al igual que los remedios a sus males, sin considerar que el eje definidor está en el entramado social que genera la propia adolescencia; así como que la adolescencia no es algo autónomo, sino una realidad que forma parte de un sistema social determinado (Madrid y Antona 2000).
ALGUNOS ASPECTOS A DESTACAR EN EL DESARROLLO BIOLÓGICO Y PSICOSOCIAL DE LOS ADOLESCENTES
El proceso de la adolescencia con todos sus cambios se analiza habitualmente diferenciando tres niveles interrelacionados:
- Biológico. La pubertad.
- Psicológico. Fases y tareas de la adolescencia.
- Social. Independencia, valores sociales.
Los fenómenos biológicos más importantes que marcan el proceso adolescente son dos: el crecimiento y desarrollo corporal, y la aparición de los caracteres sexuales secundarios cuyas manifestaciones más importantes en varones y mujeres se recogen en el cuadro 1.
Si bien la pubertad comienza con cambios biológicos, es su significado psicológico y social el que determina la experiencia adolescente (Silber y otros, 1992). En este sentido, y siguiendo una visión evolutiva de la adolescencia, podemos dividirla en tres etapas (ver cuadro 2) que definen lo que podemos considerar el cambio normal en el desarrollo psicosocial de las y los adolescentes, y que tiene que ver con las "tareas" o "problemas" que se deben resolver en el período que, de una manera amplia o aproximada, abarca la segunda década de la vida humana.
La adolescencia actual aparece como una categoría estirada cronológicamente hacia ambos extremos. Hacia la infancia porque, como consecuencia de las mejoras en el nivel de vida y de la alimentación, la maduración fisiológica hormonal tiende a adelantarse; y hacia la juventud como consecuencia del estiramiento del período de preparación y formación, y por las escasas oportunidades que encuentran los jóvenes para insertarse socialmente en el mundo adulto. Esta demora en el proceso de emancipación puede provocar, en algunos adolescentes, una prolongación de las crisis por las que atraviesan, sobre todo en el proceso de establecimiento de una identidad adulta (que requiere capacidad de autonomía y proyectos personales), y en sus relaciones con el mundo adulto, representado fundamentalmente por la familia y la escuela.
Otro hecho a tener en cuenta es que la adolescencia se produce en un contexto social determinado, que incluye algunas dimensiones configuradoras como pueden ser tanto los valores de competitividad y el consumo, como el vehículo de los medios de comunicación social. Los primeros producen un sujeto acrítico subordinado a la realidad construida y con grandes dificultades para rebelarse, dando lugar a un individualismo adaptativo gobernado por los principios de supervivencia y competencia, y por la búsqueda de refuerzos a corto plazo a través de todo tipo de sucedáneos (objetos de consumo) para satisfacer deseos más "profundos". Los segundos se encargan de fabricar una filosofía de lo que ha de ser la vida adolescente y joven (Contreras, 1997). En palabras de Fernando Conde (1999, p. 223)
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