APRENDER A APRENDER
Enviado por • 2 de Septiembre de 2013 • 1.765 Palabras (8 Páginas) • 291 Visitas
1
APRENDER A APRENDER: UNA COMPETENCIA BÁSICA ENTRE LAS
BÁSICAS1
Elena Martín Ortega
Universidad Autónoma de Madrid
¿Qué es aprender a aprender?
La LOE recoge las propuestas de la Unión Europea y propone entre las ocho
competencias básicas la de aprender a aprender, que en cierto sentido subyace a todas
las otras. La Comisión Europea define esta competencia como “la capacidad para
proseguir y persistir en el aprendizaje, organizar el propio aprendizaje, lo que conlleva
realizar un control eficaz del tiempo y la información, individual y grupalmente. Esta
competencia incluye la conciencia de las necesidades y procesos del propio
aprendizaje, la identificación de las oportunidades disponibles, la habilidad para superar
los obstáculos con el fin de aprender con éxito. Incluye obtener, procesar y asimilar
nuevos conocimientos y habilidades así como la búsqueda y utilización de una guía.
Aprender a aprender significa que los estudiantes se comprometan a construir su
conocimiento a partir de sus aprendizajes y experiencias vitales anteriores con el fin
reutilizar y aplicar el conocimiento y las habilidades en una variedad de contextos: en
casa, en el trabajo, en la educación y la instrucción. En la competencia de la persona son
cruciales la motivación y la confianza.”
La competencia de Aprender a aprender, como todas las demás, por otra parte,
implica desarrollar aspectos tanto cognitivos como emocionales. Desde luego, supone
adquirir determinadas competencias metacognitivas, es decir, capacidades que permiten
al estudiante conocer y regular sus propios procesos de aprendizaje. Pero, de nada sirve
conocerse como aprendiz si lo que “vemos” al analizarnos nos desagrada y nos lleva por
tanto a considerarnos poco capaces. La autoestima, la capacidad de aceptar el rechazo
que provoca el error, la tensión que implica mantener el esfuerzo…son algunas de las
1 Este texto retoma parte de un artículo que aparecerá próximamente en la revista del Consejo
Escolar del Estado
2
dimensiones de aprende a aprender que con mayor claridad revelan su naturaleza
emocional.
Destacar esta doble dimensión tiene como objetivo principal enfatizar que los
docentes debemos trabajar ambas. No se trata por tanto de enseñar únicamente
determinados recursos que ayudan a planificar y desarrollar una tarea estratégicamente,
sino de acompañar al alumno desde el inicio de su escolaridad en un largo proceso que
le permita conocerse como aprendiz, aceptarse y aprender a mejorar. Enseñar a
aprender a aprender significa conseguir que los alumnos y alumnas experimenten a lo
largo de su escolaridad el placer que produce entender algo que antes no
comprendíamos, resolver un problema que se nos resistía, sentirnos capaces en último
término.
Enseñar a aprender a aprender puede y debe hacerse desde la Educación
Infantil. El énfasis en las características conscientes del proceso de aprender a aprender
ha podido llevar a la idea de que esta disposición sólo puede recomendarse y
conseguirse a partir de determinado momento en el desarrollo. Sin embargo, esta
suposición es errónea. Los niños de preescolar van de hecho desarrollando sus
capacidades de toma de conciencia de sus procesos mentales y de los de los demás. Por
ejemplo, en sus juegos los niños pasan de jugar solos a incorporar a otros compañeros,
con la necesidad que conlleva de adaptar la propia conducta a la de los otros a través no
sólo de la observación de las acciones externas sino de inferencias sobre sus intenciones
o deseos. Avanzan también en su capacidad de consolar o fastidiar a sus iguales. Y de la
misma manera van apareciendo las capacidades metalingüísticas. Además, el juego
simbólico, las conversaciones con adultos y compañeros aumentan la capacidad de
adoptar el papel del otro. En los primeros niveles podemos comenzar ya a instaurar el
hábito de interrogarse por cuáles son los objetivos, qué pasos hay que dar, lo hemos
hecho bien o mal, qué otra cosa podemos hacer, qué nos gusta más de aprender y qué
nos resulta más difícil. Esto siempre recordando que la acción es lo esencial en estas
edades y que demandas excesivas de explicitación pueden resultar tediosas y
prematuras. Investigaciones y experiencias de aula con preescolares (Lacasa y Herranz,
1995; Real y Tena, 2005) han constatado que niños y niñas de estas edades pueden
llevar a cabo actuaciones estratégicas en situaciones de aprendizaje cooperativo. Por
supuesto, la índole de las tareas o el apoyo de los adultos se transformará en cada etapa
3
escolar pero el hábito de aprender a aprender se construye desde el comienzo de la
escolaridad.
No se puede enseñar a aprender a aprender al margen de los contenidos de las
áreas del curriculum. Aprender a aprender necesita de cada área para su desarrollo. Por
tanto, no abogamos por la introducción de programas generales sobre razonar, observar
o recordar. La utilización de algunos de ellos, como el Programa de Enriquecimiento
Instrumental de Feuerstein o el Proyecto Inteligencia de la Universidad de Harvard,
cuenta ya con cierta tradición en nuestro medio educativo. Aunque pensamos que estos
programas, como otros relacionados, por ejemplo, con la enseñanza de las habilidades
del método científico, pueden ponerse al servicio de prender a prender, no comparten
los mismos objetivos y, lo que es fundamental, alcanzar la transferencia de las
habilidades incluidas en aprender a aprender supone que éstas formen
ineludiblemente parte de las áreas curriculares de Educación Infantil, Primaria o
Secundaria.
¿Cómo se enseña a aprender a aprender?
En el apartado anterior ya se ha contestado en parte a esta pregunta: se enseña desde el
inicio de la escolaridad y es responsabilidad de todos los docentes y del conjunto de las
áreas curriculares. Querríamos ahora referirnos sucintamente a algunos principios
metodológicos especialmente relevantes para este ámbito del conocimiento. El primero
de ellos se refiere a la importancia que tiene explorar las concepciones que estudiantes y
docentes
...