Ambientes De Aprendizaje
Enviado por stefaniacerino • 27 de Septiembre de 2013 • 1.531 Palabras (7 Páginas) • 224 Visitas
En este capítulo* se discuten las implicaciones de los nuevos conceptos
sobre el diseño de ambientes de aprendizaje, especialmente en escuelas.
La teoría no proporciona una simple receta para diseñar ambientes
de aprendizaje efectivos; al igual que la física explica pero no dicta cómo
construir un puente (por ejemplo, Simon, 1969). Sin embargo, los nuevos
hallazgos en la ciencia del aprendizaje generan preguntas importantes
acerca del diseño de ambientes de aprendizaje, que sugieren repensar lo
que se enseña, cómo se enseña y cómo se evalúa. El enfoque de este capítulo
se orienta a las características generales de los ambientes de aprendizaje
que necesitan ser examinadas a la luz de nuevos desarrollos de la
ciencia del aprendizaje; el capítulo 7 proporciona ejemplos específicos de
instrucción en las áreas de matemáticas, ciencia e historia, ejemplos que
ayudan a que los argumentos de este capítulo se aprecien de manera más
concreta.
Iniciamos nuestra discusión de los ambientes de aprendizaje revisando
un punto expuesto en el capítulo 1, esto es: que las metas educativas de
las escuelas han tenido grandes cambios durante el último siglo. Todos
esperan mucho más de las escuelas hoy en día de lo que se esperaba hace
100 años. Un principio fundamental de la teoría moderna del aprendizaje
es que distintos tipos de metas de aprendizaje requieren diferentes métodos
de instrucción (capítulo 3); nuevas metas para la educación requie-
* Este es el capítulo 6 del libro y el único que se reproduce en este cuaderno, los demás
capítulos que se citan deberán consultarse en la obra original o en la dirección electrónica
[n. del ed.].
La creación de ambientes
de aprendizaje en la escuela
ren cambios en las oportunidades de aprender. Después de discutir los
cambios en las metas, exploramos el diseño de ambientes de aprendizaje
desde cuatro perspectivas que parecen ser particularmente importantes
dados los datos actuales acerca del aprendizaje humano, específicamente,
nos referimos al grado en el cual los ambientes de aprendizaje
se centran en quien aprende, en el conocimiento, en la evaluación o en
la comunidad. Posteriormente, definimos estas perspectivas y explicamos
cómo se relacionan con las discusiones precedentes de los capítulos 1 a 4.
Cambios en las metas educativas
Tal como se discutió en el capítulo 1, las metas educativas para el siglo
xxi son muy diferentes de las metas de tiempos anteriores. Es importante
mantener esto en mente cuando consideremos los señalamientos actuales
en el sentido de que las escuelas “están empeorando”. En muchos casos
parece que las escuelas están funcionando como nunca, pero los retos y
las expectativas han cambiado dramáticamente (por ejemplo, Bruer, 1993;
Resnick, 1987).
Consideremos las metas de la educación al inicio de 1800. La instrucción
sobre la escritura estaba enfocada en el mecanismo de hacer anotaciones
tal como dictaba el maestro, transformando los mensajes orales en
mensajes escritos. En la mayoría de los países europeos no fue sino hasta
la mitad o al final del siglo xix que la escritura comenzó a ser enseñada a
nivel masivo y que a los alumnos se les comenzó a pedir que escribieran
sus propios textos. Sin embargo, la enseñanza de la escritura se orientaba
principalmente a que los niños tuvieran la capacidad de imitar formas
de textos muy simples. En 1930 surgió la idea de que los estudiantes de
primaria se expresaran a través de la escritura (Alcorta, 1994; Schneuwly,
1994) y sólo recientemente el análisis y la interpretación de los estudiantes
sobre lo que leen se consideró como una habilidad de lectura. La definición
de alfabetización funcional cambió desde el ser capaz de firmar con
La creación de ambientes
de aprendizaje en la escuela
el propio nombre hasta la decodificación de las palabras y a la lectura de
información nueva (Resnick y Resnick, 1977); véase cuadro 1.
Los colonizadores eran suficientemente letrados si podían escribir su nombre o
hasta una X en los documentos legales. Con la llegada de grandes cantidades
de inmigrantes, durante el siglo xix, los educadores presionaron a las escuelas
para que enseñaran “recitación” a los alumnos extranjeros. La capacidad
de leer y escribir consistía en sostener un libro y recitar partes memorizadas de
textos básicos.* Al inicio de la Primera Guerra Mundial y ante la expectativa
de que muchos hombres tendrían que manejar nuevos equipos en países extranjeros,
los examinadores del ejército redefinieron el concepto de lectura.
De pronto, para sorpresa de los hombres acostumbrados a leer pasajes conocidos,
aprobar ahora un examen de lectura en el ejército significaba ser capaz
de entender un texto que nunca antes habían visto. Hoy en día, ese tipo
de “extracción literaria”, revolucionaria en 1914, parece insignificante: descubrir
quién, qué, cuándo, dónde y cómo simplemente no proporciona las inferencias,
preguntas o ideas que, ahora pensamos, definen a una lectoescritura
completa o “superior”. La idea de un salón de clases en donde las mujeres jóvenes,
los estudiantes pobres o pertenecientes a las minorías, o los estudiantes
discapacitados, todos, leen (y no recitan) y escriben acerca de (y no copian)
grandes autores literarios (Shakespeare o Steinbeck) es un cambio radical y
prometedor sobre una extendida concepción de la lectoescritura, que la considera
una habilidad útil para la mayoría y como habilidad de lectura y escritura
productiva y reflexiva para unos cuantos (Wolf, 1988: 1).
* Se refiere a los Estados Unidos, con textos tales como el párrafo inicial de la Declaración
de Independencia,
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