Análisis de la película La clase

Puntos fuertes:

• No imparte clases magistrales centradas exclusivamente en el profesor, sino que intenta que los alumnos participen y sean agentes activos y autónomos en sus aprendizajes, por ejemplo, respondiendo con preguntas a las propias preguntas de los alumnos para que sean ellos mismos los que piensen, razonen y se contesten. También les proporciona oraciones para que ellos descubran significados por el contexto.
• Flexibilidad en ciertas tareas para lograr incentivar y motivar a los alumnos, como en el caso del autorretrato con Suleyman, a quien permite la realización de una exposición fotográfica.
• Refuerza positivamente los buenos trabajos y actitudes de los alumnos: “lo has hecho bien”, “te/os felicito”, “está muy bien que hayas leído eso” (La república, de Platón), etc.
• En ciertas ocasiones, reconoce sus errores ante los alumnos.
• Se relaciona directamente con ellos en ambiente distendido, jugando a fútbol.

Puntos ciegos:

• Se centra demasiado en los alumnos más conflictivos y deja algo más de lado a los que, quizá por vergüenza, no destacan tanto, no se muestran participativos y pasan desapercibidos.
• En ocasiones, ciertas situaciones y conflicto en el aula se le “escapan de las manos” y actúa fuera de control. Como cuando empuja a Suleyman al llevarlo al despacho del director, cuando tacha a dos alumnas de golfas, o cuando discute con un numeroso grupo de alumnos en el patio tras el incidente con Suleyman.
• Podría haber aprovechado más algunos temas tratados por los alumnos para generar debates interesantes entre ellos: racismo, patriotismo, identidades propias…
• A veces se muestra demasiado sarcástico con los alumnos. Por ejemplo, cuando habla con Esmeralda y Kumba sobre si salen de su barrio alguna vez.

• Claves derivadas de la curiosidad y manipulación. La veo claramente reflejada en Suleyman. François se percata de que la fotografía le atrae, así que intenta fomentar y desarrollar esa curiosidad e interés por ella animándole a realizar una exposición con sus fotografías, tratando las imágenes y sus comentarios con el ordenador…
• Claves derivadas de la utilización de refuerzos. Felicita a los alumnos por los trabajos bien hechos y por sus buenas respuestas, intenciones y actitudes. Algunos ejemplos concretos son los refuerzos positivos y ánimos a Suleyman por sus trabajos fotográficos, a Wei por sus trabajos o tareas, a Esmeralda por interesarse de manera voluntaria por la lectura de La república de Platón, etc.
• Claves derivadas de la utilización de una metodología operativa y participativa. Enfoca sus clases de manera participativa y cooperativa entre los alumnos, no en tareas y enfoques individuales. Genera debates con la intención de que se rebatan y argumenten, aunque no siempre tienen los efectos deseados.
• Claves derivadas de las características del profesor. En principio, François tiene buenas intenciones y tiene esperanza y confianza en sus alumnos. Intenta incentivar y crear un clima adecuado de comunicación y motivación en el aula. No obstante, ante ese grupo tan problemático, en ocasiones, no puede controlar las situaciones y “se le va de las manos”.

Creo que, sabiendo de antemano lo conflictivo y problemático que es ese grupo de alumnos, desde el principio intentaría acercarme a la situación personal de cada uno de ellos, conocerles mejor individualmente para quizá, conociendo mejor sus capacidades, puntos débiles, opiniones, situaciones familiares, etc., poder sobrellevar mejor las clases, sus aprendizajes, los debates, y los conflictos con ellos y entre ellos.

Puesto que es un aula es la que se mezclan estudiantes de procedencia, culturas y actitudes muy diferentes, no sólo me restringiría, como François, a que elaborasen su propio autorretrato, sino que se podrían propiciar unas narraciones, debates e intercambios sobre las características de sus culturas y países, e intentar aprovechar esas diferencias para fomentar la interculturalidad y una sociedad en la que el respeto, la igualdad y la tolerancia sean las notas predominantes.

Al igual que Marant, me alejaría de los tradicionales métodos de lecciones magistrales e intentaría hacer partícipes a TODOS (también a los que pasan más desapercibidos) de sus aprendizajes sin que se den cuenta. Una metodología participativa, basada en el diálogo entre y con los alumnos, generadora de aprendizajes propios y autónomos.

Y como último apunte, intentaría ser lo más cauta posible con mis palabras y comentarios hacia los alumnos, ya que, como hemos visto en la película, esto puede desembocar en graves conflictos y malas interpretaciones difíciles de solventar.