CANALES DE REPRESENTACIÓN DE LA PNL
Enviado por 11336716 • 14 de Enero de 2015 • 3.262 Palabras (14 Páginas) • 307 Visitas
CANALES DE REPRESENTACIÓN DE LA PNL
La PNL (Programación Neuro Lingüística) distingue 3 tipos de personas según el canal de preferencia para percibir el mundo y aprender. Está claro que todos usamos todos los canales, pero siempre hay uno que prevalece, e incluso diría que al igual que los subtipos del eneagrama, también hay otro que está entre medias y un último que es el menos desarrollado
VISUALES
Perciben el mundo a través de imágenes. Piensan en imágenes y escenas, a veces incluso al escuchar música o una conversación. Captan mucha información a la vez, la cual no la organizan de forma lineal o secuencial, sino más bien como en los mapas mentales. Hablan muy rápido, y mueven mucho las manos al expresarse. Necesitan mantener un contacto visual con la persona con quien hablan (si no es muy probable que no te estén prestando atención porque estarán más centrados en sus imágenes mentales o donde estén mirando en ese momento).
AUDITIVOS
Perciben el mundo a través de sonidos. Mientras piensan, les vienen conversaciones, música y sonidos en general. Son metódicos y secuenciales, hacen una cosa después de haber terminado la otra y no a la vez. Generalmente no captan la información tan rápido como los visuales pero la tienen más ordenada. Escuchan a la persona con quien hablan pero a veces sin necesidad de mirarles o de contacto.
KINESTÉSICOS
Perciben el mundo a través de sensaciones. Recuerdan las situaciones mediante las sensaciones que experimentaban. Perciben mucho la temperatura, el tacto, el olor, etc. Tienen una memoria más "muscular", son más lentos para asimilar información, pero una vez que lo consiguen es difícil que se les olvide. Les gusta tener contacto con quien están hablando. Este tipo de personas a veces tienen fracaso escolar, no por falta de inteligencia, ni mucho menos, sino más bien porque en la escuela (a partir de primaria y mucho más en secundaria), casi los únicos canales de aprendizaje son: el visual (mediante libros), y el auditivo (mediante las explicaciones del profesor/a). Un viaje a El Escorial
Aplicación en la Educación:
COMO NARRAR UNA MISMA EXPERIENCIA DESDE LOS TRES SISTEMAS PRINCIPALES DE REPRESENTACIÓN EN PNL
(ejemplo).
Un viaje a El Escorial
1. Visual:
La mañana del 24 de marzo una silueta se dibujó en mi ventana. El día amaneció con una luz dorada sobre el majestuoso monasterio de El Escorial. El cielo -de brillante azul- estaba totalmente despejado, sin nubes que impidieran al resplandeciente sol brillar sobre las grandes cúpulas esféricas, rectangulares y en forma de triángulo e iluminaran los espléndidos campanarios de color gris con imponentes cruces que se elevan hacia el cielo. Los árboles, que en otra estación del año son verdes y frondosos, dejaban ver sus ramas descoloridas por el invierno con algunas incipientes hojas que comenzaban a aflorar. A lo lejos, las curvilíneas montañas de la Sierra Madrileña lucían un apagado color marrón, clamándole a la primavera, que les trajera pronto un poco de verdor. Admirando las calles de piedra y la absoluta belleza del lugar, veo cuando algunos transeúntes señalaban hacia alguna dirección. Desde mi ventana contemplaba la escena con los ojos bien abiertos, varias aves blancas y otras negras volaban en perfecta formación y se posaron sobre algunas de las innumerables ventanas de forma rectangular.
A las 11 de la mañana, la vista del monasterio desde la ventana era un poco diferente. La luz había cambiado su color, ya no era dorada, ahora parecía totalmente blanca. Podía ver que algunos árboles comenzaban a mostrar algunas hojas más verdes y el follaje de la grama parecían de colores marrón y verde. Observé una pared color ladrillo que antes no vi, pues estaba absorta en los colores dorados y la luminosidad del lugar. Los faroles proyectaban sombras y los tejados del monasterio se veían de un gris más claro. Seguía siendo hermoso, pero nada se comparó a la visión de las 6 y 30 de la mañana.
Con esa imagen en mi memoria, regreso a mi hermosa habitación.
2. AUDITIVO:
La mañana del 24 de marzo escuché a lo lejos el despertador con su estruendoso sonar que asemeja a la señal de un submarino. El agua de la ducha se oía en el baño mientras intentaba descifrar el sonido que provenía del exterior. Era el viento.
Al abrir la chirriante ventana sólo se escuchaba el silencio que susurra en los alrededores de El Escorial, pero en pocos minutos el ambiente se alborotó con el tañer de las campanas del monasterio que anunciaban el amanecer. A veces graves, otras más agudas, las campanas cantaban distintas melodías como canciones de cuna. Las aves cantaban con su trino melodioso, mientras las hojas de los árboles crujían como cascadas.
Escuché a algunos transeúntes saludar y decir “buenos días”, otros preguntaban una dirección. De vez en cuando, el silencio lo interrumpía el ruido de un auto, otras veces una ruidosa corneta, o el timbre de las bicicletas.
Era sábado, y no había clase, por lo tanto no se oían las voces de los niños que van a la escuela del monasterio y que suelen llenar el ambiente con sus risas, gritos y algarabía.
El sonido de unos pasos y unas voces llamaron mi atención: era el novio y sus hijos que hacían un alboroto porque las campanas anunciaban que muy pronto era la hora de la boda.
Se escuchaban los cantos gregorianos en el monasterio, era como música para mis oídos en un día muy feliz.
3 KINESTÉSICO
La mañana del 24 de marzo se sentía fría en mi habitación, pero cálida debajo de las mullidas almohadas y edredones sobre los que descansé luego de una noche de celebración.
Al poner los pies sobre el suelo de madera, estaba más blando de lo que pensé, pero opté por caminar sobre la alfombra rugosa que bordeaba la cama. Temblando un poco, busqué otro abrigo antes de lanzarme a la aventura de sentir la brisa matutina al abrir la ventana. Sería tan fría que anestesia o un poco más suave? Lo intenté despacio, y junto a la ventana y detrás de las espesas y pesadas cortinas se desplegó el espectáculo…la calidez de los rayos solares del amanecer acariciaban las rugosas paredes del monasterio de El Escorial.
Las aves movían sus alas en acompasados movimientos antes de tocar las húmedas ventanas. La brisa rozó mi piel como las hojas bailaban sobre los secos árboles.
Algunos transeúntes caminaban de la mano, lentamente, otros paseaban en bicicleta ataviados con ligeros guantes y abrigos. Un señor agitó su mano en señal de hola o adiós. Él sonrió, yo sonreí y volví a mi confortable habitación.
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