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Campo Pedagógico. Filloux.


Enviado por   •  10 de Junio de 2014  •  1.959 Palabras (8 Páginas)  •  358 Visitas

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Campo pedagógico y psicoanálisis de J. C. Filloux.

Dos excesos deben evitarse en la educación de la juventud; demasiada severidad, y demasiada dulzura. Platón.

Filloux nos da la oportunidad de comprender la necesaria relación entre la actitud clínica que permite mirar a un sujeto en su singularidad y la teorización hacia la generalidad, diferenciándola de la ley general. Esta cuestión es de n importancia para quienes trabajan con el aspecto humano, pero al mismo tiempo atendiendo al sufrimiento individual.

Uno de los peligros a que estamos expuestos es, precisamente, confundir la exigencia de tender a abarcar, de la generalidad, transformando lo provisorio en ley general para todos los sujetos. Pensando aquí en primer plano dos cuestiones que se entrelazan con la clínica: una que hace a la ética y otra que se refiere a la lógica, al modo de pensar.

En cuanto a la ética, la falta grave que se desliza es transformar al "enfermo" en "enfermedad", y a la enfermedad en un "abstracto", definitivo y cerrado, desgarrado de la salud.

En cuanto al modo de pensar, pierde la provisoriedad necesaria a todo pensar, las observaciones descriptivas y particulares se utilizan como si fuesen explicaciones de lo universal. Lo devastador de tal modo de pensar, alcanza no sólo a los sujetos observados, y así transformados en objetos, sino también a quien los observa, ya que puede confundir "abuso de poder" con pensamiento.

Pensemos en algunos enunciados:

¿Qué diferencias se encuentran entre los "porque" de los enunciados A. B. y C? Parece que esta es una de las cuestiones que un psicopedagogo (aquél que, entre otras cosas debe pensar en los modos de pensar) no puede eludir.

Se queda abierta como cuestión, pero sin dejar de señalar lo siguiente:

El "porque" del enunciado A asocia un particular con otro particular, por lo tanto no confunde.

El "porque" del enunciado B asocia un particular con un singular, lo cual desliza una confusión que, si bien no es grave por el contenido enunciado, sin embargo dificulata la posibilidad de que Juan se reconozca autor de su acto generoso.

El "porque" del enunciado C (generalmente es el modo como llegan a los motivos de consulta) transforma una serie de particulares en un general: dice "se mueve mucho" en lugar de "en tal situación se movió mucho", y no dice cuándo, cómo, donde ni con quién.

¿Qué sucede cuando delante de enunciados como el C el psicopedagogo en lugar de abrirse a tales preguntas u otras que lo pudieran conducir a la singularidad de Juan, negando sus conocimientos, su saberes y sus autorías apela a un rótulo que transforma lo singular en explicación general como en el enunciado D?.

Vale la pena detenernos para tratar de saber cuál es la manera en que los métodos de enseñanza y las prácticas educativas obtienen un beneficio de las investigaciones del psicoanálisis y de qué manera se pueden medir; cómo y cuándo aplicar las distintas corrientes que surgen dentro de este terreno y el educativo. Habrá casos en que la tarea del pedagogo se vea influenciada por los logros psicoanalíticos y habrá casos en que quizá sea al revés.

La pedagogía psicoanalítica fue pensada para constituirse en rama autónoma del psicoanálisis, ya sea que se trate de psicoanalistas, como Fritz Redl y Heinrich Meng, o de pedagogos como Oscar Pfister o Hans Zulliger. Si la idea general es utilizar conocimientos alcanzados por el (o por un) psicoanálisis para crear nuevos métodos educativos, la forma de utilizarlos revela diferentes vías, de las cuales algunas pueden hacer pensar en el prólogo de un verdadero viraje en la concepción del proceso de aplicación.

Al lado de textos que se refieren a problemas planteados por el análisis de niños, la sexualidad infantil y su educación, la terapia de diversos problemas de niños, formando un conjunto de experiencias a nivel de la familia, de jardines de niños y de escuelas, otros textos van más lejos y comprometen una exploración analítica de la relación del educador y su proyecto educativo.

En principio se trata sobre todo de teorizar la idea de un educador psicoanalítico, avalado por medios que le permitan ser más sensible a la realidad educativa e inventar técnicas de ayuda educativa.. Pero después es la propia personalidad del educador (del pedagogo) lo que se convierte en objeto de estudio. En un artículo de 1936, Ruth Weiss apunta que la evolución del trabajo de los colaboradores de la Revue va de un interés por la psicología del estudiante a un interés creciente por la psicología del educador. “¿Cómo se convierte uno en pedagogo?” Tal es, por ejemplo, la pregunta a la cual puede contribuir a contestar el psicoanálisis, y cita a este propósito algunos textos de Willy Kuendig y Ernst Schneider que pueden ser suscritos bajo la rúbrica “inconsciente del pedagogo”.

Entre 1909 y 1912, la educación es vista como un factor de vocación, virtual o realmente patógeno, en la medida en que la represión social de las pulsiones es un factor de neurosis. Pero esta puede ser incitadora: una ayuda en el dominio del principio del placer por medio de la adaptación y la sublimación.

Al mismo tiempo, Freud señala el aspecto educativo del proceso terapéutico, siendo una especie de educación tardía, de post-educación. En 1913, educación y terapia son consideradas como complementarias; es testimonio de esto la “Introducción” al libro de Pfister. La educación debe ser profiláctica y tener como objetivo evitar la formación de neurosis; la psicoterapia corrige una evolución patológica por medio de su acción reeducadora. Una orientación psicoanalítica de la educación debería evitar en gran medida la formación de neurosis.

En un texto de 1913, publicado en la revista italiana 2Scientia” sobre el tema del interés del psicoanálisis, se lee:

Una

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