Capacitacion

Basada en hechos reales de la vida y obra del fallecido poeta (1999) Mark O´Brien, particularmente en su artículo “On Seeing a Sex Surrogate”, este filme nos muestra la historia de un hombre que desea poder experimentar uno de los instintos primarios del hombre, su sexualidad, tanto a nivel físico como mental y espiritual, teniendo como su más grande obstáculo el polio, que ha tenido desde su infancia, a su cuerpo paralizado del cuello para abajo.

En su búsqueda encontramos diferentes personajes que conformaron parte de su vida diaria, entre ellos un sacerdote y una sustituta sexual, que a su manera le aportan un punto de vista respecto a su principal objetivo de perder la virginidad.

El filme fue dirigido por Ben Lewin, quién logra con éxito la proyección de un tema enternecedor, reflexivo y a veces contradictorio a ciertas creencias, gracias a que aporto su corazón en la dirección, impregnando no sólo la historia de O’Brien, sino también su propia historia sobre la lucha contra el polio, una enfermedad que le es familiar en carne propia. Aunado a esto, encontramos el apoyo actoral de John Hawkes, Helen Hunt y William Macy, entre otros.

Sin duda, creo que la empatía con el filme, mucho tiene que ver con la dedicación personal que Lewin le aportó a la historia. Además de ser sumamente interesante ver de manera tan vivencial lo que en la mente de O’Brien pudo haber cruzado al momento de reflexionar sobre su vida y las experiencias que logró satisfacer con el deseo de sentir libertad en su mente, y creo yo, no es su cuerpo. Asimismo, la cinta no sólo tiene una carga reflexiva, como uno imaginaría al inicio, sino que también está llena de un humor entre líneas, ya que a veces es tan pesimista que resulta hasta irónica.

En cuanto a las actuaciones, estas me sorprendieron bastante. Son sumamente honestas, aunque Hunt deja mucho que desear cuando su personaje, la sustituta sexual Cheryl, entra en conflicto consigo misma. En contraste, quien se lleva mis respetos es Hawkes, quién llega a dar la impresión de que ha sido víctima del polio toda su vida, representando a O’Brien de tal manera, que es imposible no sentir cariño por el personaje. Sobre todo, a diferencia de Hunt, en sus escenas de conflicto, que traen consigo sentimientos encontrados en dónde uno sólo se puede imaginar si podría tener la fuerza y la visión de O’Brien para enfrentar el día a día.

En pocas palabras, la película está llena de emociones mixtas que te hacen reír y a la vez callar, aunque nada dramática y con la ausencia del clásico glamur de Hollywood; factor sumamente visible en la aproximación que Lewin y los actores le dan al tema sexual, ya que logran una profundización realista y no sólo un buen uso de luces, zooms y edición. Aquí todo es muy orgánico, por lo que en ello reside la recomendación para esta singular trama, que llegó a las salas mexicanas el pasado 29 de marzo.

Recomendable

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