Circulo Magico

El juego como un círculo mágico

El juego es una actividad fascinante de los seres humanos, presente en todas las culturas y todas las edades del hombre. , la división entre el juego y el trabajo muchas veces relegó lo lúdico al ámbito de “lo no serio” con la consiguiente descalificación del juego, como si se tratara de “cosas de niños”.

El juego es a la realidad lo que los agujeros negros son al universo. Esta es la característica más importante del juego porque éste se posibilita gracias a la condición simbólica del mundo del hombre: al suspender la realidad del aquí y ahora, pasado, presente y futuro se trastocan; lo imaginario surge y se hace posible el pensar.

El poder del juego como actividad es enorme y fundamental en el desarrollo del sujeto humano. En el trasfondo del pensamiento y de la creatividad humana, está el juego.

Si el juego es un espacio que se instaura como un espacio cerrado, formado por sus propias reglas, una totalidad significativa en sí misma, entonces es un espacio que se crea como un paracosmos, una realidad paralela a la lógica del orden de lo habitual.

Uno puede medir sus propias fuerzas jugando sin necesidad de un combate o sin que importen mucho las consecuencias; uno puede ser otra persona y actuar como quisiera ser.

Una realidad paradójica, el juego se ubica en una frontera entre el yo y el no yo, por ello la creatividad y la libertad del ser pueden expresarse con todo su potencial y el sujeto puede encontrarse consigo mismo con una nueva mirada.

El juego siempre exige un orden absoluto en función de ciertas reglas, de lo contrario no es posible moverse en su propia frontera; esto hace que en el juego la persona sea capaz de transformar una idea o sentimiento confuso, un dolor o una ira, en un entendimiento provisional y limitado.

El significado social del juego: El juego como un intercambio, un encuentro.

Roger Renaud reflexiona sobre las concepciones del niño sobre el juego y los juguetes y afirma el niño no distingue entre actividades serias y no serias, entre trabajar y jugar. Ellos quieren compartir nuestros juegos de adultos y nos admiten con gozo en los suyos.

El juego es una declaración espontánea de amor, un acto de participación total en lo que rodea al niño. Cuando el niño satisface su exigencia de enriquecer su relación con otros y con el mundo en general, se consagra totalmente a lo que hace.

Es mucho más serio que los adultos en la entrega que tiene a la actividad que le interesa. Es una búsqueda para asociarse con el mundo y con los otros, no sólo de compartir, sino de mostrar sus habilidades, conocimientos y deseos.

El juego tiene un lugar importante en la adquisición del sentido social. No es únicamente producción libre, individual, sino que

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