Conductual

Kelly delimita claramente este concepto, y su repercusión educativa del modo siguiente:

“Por tanto, la orientación escolar puede definirse como la fase del proceso educativo que consiste en el cálculo de las capacidades, intereses y necesidades del individuo para aconsejarle acerca de sus problemas, asistirle en la formulación de planes para aprovechar al máximo sus facultades y ayudarle a tomar las decisiones y a realizar la adaptaciones que sirvan para promover su bienestar en la escuela, en la vida y en la eternidad. Así como proceso destino a ayudar al individuo en su adaptación presente y en su planificaciones

Ayudar al desarrollo y formación de la personalidad de los escolares es el primer objetivo de la orientación, cuyo proceso influye en el valor de las habilidades, conocimientos, conceptos y aptitudes que aquellos adquieren. La orientación relaciona, relaciona, dirige y coordina las experiencias del escolar con sus necesidades y diferencias intelectuales, físicas, sociales y emocionales. Como el niño se desarrolla y se ajusta social y emocionalmente puede tener mucha más importancia para el que las habilidades y conocimientos que adquiere. La escolaridad es importante, pero posee significado real y duradero cuando se basa sobre la orientación y tiene en cuenta todas las necesidades del ser en desarrollo

La orientación es, necesariamente, un proceso continuo, porque está íntimamente relacionada con el desarrollo. Debe ser un aspecto integrante de las experiencias suministradas cada niño cada día. El crecimiento no dirigido puede llevar a fallos, a la formación de patrones de conductas inaceptables y a la perdida de recursos y potencialidades de los niños. La orientación, como proceso, ayuda a las escuelas a desarrollar al niño entero de acuerdo con su patrón individual de necesidades y diferencias. Es esencialmente un proceso cualitativo.

La orientación, para merecer su nombre, debe ser positiva y constructiva en todo momento. Es dinámica y progresiva. Es un proceso de moldeado que afecta a todos los niños continuamente.

Todos los niños tienen potencialidades que desarrollar, interés que descubrir, problemas que resolver. La orientación es un proceso de ayuda a cada niño para descubrir y desarrollar sus potencialidades. De ello se sigue que la orientación debe preocuparse de los aspectos positivos del desarrollo de la personalidad y del fomento d e una buena salud mental entre todos los niños. El de la orientación es un proceso complejo y continuo, y los elementos personales y ambientales incluidos en el están constantemente sujetos a cambio.

Un crecimiento no dirigido puede llevar al desarrollo de personalidades negativas y desajustadas. Durante el paso de estos niños por los varios niveles de la escuela, y después, en la edad adulta, muchos experimentaran fracasos, no solo en las satisfacciones personales que deben normalmente pertenecerles, sino también, parcialmente o por entero, en sus contribuciones al bienestar de la sociedad.

b. CONSEJERÍA ESCOLAR

Conjunto de estrategias, que deben llevarse a cabo con un enfoque holístico, sistémico, integral y dinámico, con el propósito decidido de mejorar la calidad de vida de todos los educandos, facilitando competencias para su desarrollo personal y ciudadano, y la puesta en práctica de las mismas en el ámbito personal, familiar, escolar y comunitario, manteniendo coordinación y participación intra e interinstitucional.

Taylor (1982), describe un modelo de la consulta familiar en un entorno escolar. Subrayando los dilemas que experimenta el niño al actuar como “intermediarios” entre la familia y la escuela, teniendo que negociar diariamente las transiciones entre casa y escuela.

2. MARCO TEÓRICO

a. CARACTERÍSTICAS DE ORIENTACIÓN ESCOLAR

i. La orientación debe servir a todos los niños, no solo aquellos que tengan serios problemas. Todos los alumnos tiene necesidades de orientación. Si al niño que crece y cambia se le da una orientación continua, tendrá más posibilidades de conseguir una madurez equilibrada, una autosuficiencia y confianza de las que carecerá si no le damos aquella. El conocerá así sus fuerzas y debilidades, y se acercara a la vida y se adaptara a la sociedad con sentimiento de confianza y seguridad.

El crecimiento sin orientación, o pobremente orientado, da lugar a patrones de conducta que incluyen actitudes mentales malsanas, y que pueden ser devastadoras para la personalidad total del niño. Este se hallara entonces en una extrema necesidad de orientación y debe procurarse todas las medidas para proporcionársela. Debe haber, necesariamente, algún remedio. Hay que encontrar las causas de la inadaptación y eliminarlas. Luego, las cicatrices, tanto como ello sea posible, deben ser borradas por medios terapéuticos. Ese proceso puede hacer necesarios los servicios de un especialista y requerir mucho tiempo.

ii. La orientación es un proceso continuo. A la orientación le concierne el desarrollo de los niños. Hopkins afirma que: “El desarrollo es un proceso. Cada individuo es un proceso. Toda la vida es un proceso.” La orientación debería comenzar cuando el niño entra por primera vez bajo la dirección de la escuela o incluso antes de realizar su

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