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DISCRIMINACIÓN DE GÉNERO


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2014  •  2.351 Palabras (10 Páginas)  •  186 Visitas

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Las mujeres constituyen más de la mitad de la población mundial, pero sólo están representadas en una quinta parte de las decisiones políticas del mundo. Están infrarrepresentadas en la vida política formal y con frecuencia tienen poca voz en la toma de decisiones en los espacios políticos importantes, también en el hogar y en su lugar de trabajo. La falta de acceso a la educación y los recursos las pone en gran desventaja en la esfera económica. Cada día, las mujeres de todo el mundo se enfrentan a la discriminación, la pobreza, la violencia y el abuso.

Esta situación se acentúa en las que ya están marginadas: discapacitadas, indígenas, infectadas con el VIH, trabajadoras sin contrato y mujeres migrantes.

Periódico The Guardian

INTRODUCCIÓN

La violencia contra las mujeres adopta diversas formas, incluyendo, pero no exclu¬sivamente, la violencia doméstica, la agresión sexual y el tráfico de mujeres y niñas para la prostitución forzada.

La violencia contra la mujer es polifacética y se encuentra vinculada a normas de gé¬nero desiguales y a estructuras de poder socioeconómico, tanto en el ámbito público como en el privado, que contribuyen a reforzar y perpetuar la desigualdad de género. De esta manera, la violencia contra las mujeres, es una cuestión clave para abordar la desigualdad de género y la discriminación contra la mujer, así como para enfocar de forma eficaz las cuestiones clave de su desarrollo, como son la salud y la pobreza.

Gracias a la presión continua por parte de mujeres y organizaciones de derechos humanos en todo el mundo, se ha luchado para incluir la Violencia contra la mujer en la agenda de Derechos Humanos.

En los últimos años, las encuestas nacionales sobre las condiciones de trabajo han demostrado una incidencia creciente de los problemas de salud relacio¬nados más con factores psicológicos que con causas físicas. La violencia psicológica está constituida por distintas formas de violencia, como son el acoso sexual y moral.

Muchos estudios muestran que las mujeres están en especial riesgo de violencia en el medio laboral. De hecho, un trabajo de investigación de la Fundación Europea para la Mejora de Vida y de las Condiciones de Trabajo 2 encontró entre los encuestados de 31 países europeos, incluyendo los 27 estados miembros, que las trabajadoras están significativamente más expuestas al acoso moral laboral que sus colegas hombres. La diferencia es aún mayor en el acoso sexual, donde las mujeres declaran por encima de tres veces más que los hombres, haber sufrido acoso sexual en los últimos 12 meses.

Las razones para explicar este fenómeno son varias. En primer lugar, las mujeres están más presentes en muchas de las ocupaciones de «alto riesgo» (enseñanza, tra¬bajo social, enfermería y otros trabajos de atención sanitaria, entidades bancarias, tiendas, hoteles, restaurantes y fábricas) y en trabajos con bajos ingresos y en puestos jerárquicamente inferiores, mientras que los hombres predominan en aquellos mejor pagados, los de mayor reconocimiento y puestos de supervisión. Por último, diversos factores relacionados con el trabajo pueden estar asociados con la violencia y el aco¬so. Estos incluyen las difíciles condiciones de trabajo (sobrecarga, ritmo intenso, etc.), los diversos aspectos del contexto de trabajo (recortes, falta de apoyo del empresario, etc.) y algunos elementos relacionados con la organización del trabajo (formas de gestión que fomenten la competitividad entre los empleados, etc.).

MARCO TEÓRICO

La cultura dominante, a lo largo de la historia, ha dado a las mujeres un papel de subordinación en una visión masculina que las deja sin derechos, poder y prestigio. Se les ha conferido la responsabilidad única de la reproducción y el cuidado familiar.

Las sociedades modernas se identifican con los ideales democráticos de igualdad y libertad, sin embargo, en el espacio familiar funcionan principios tradicionales que sirven como ancla de formas autoritarias y discriminatorias. Estos valores que se aprenden dentro de la familia, se practican y reproducen fuera de ella, dando una continuidad acrítica a la dominación del hombre en contra de la mujer

Es claro que las mujeres no se han limitado a ser víctimas. Han logrado resistirse y rebelarse, pero desgraciadamente las consecuencias de estas prácticas conducen a una discriminación que se manifiestan en todos los ámbitos de la vida. Se les agrede de forma física, verbal, emocional, sexual, económica. Se les siguen negando derechos económicos y laborales al recibir sueldos inferiores a los de sus pares hombres, al no tener acceso a todos los puestos de trabajo. Padecen maltrato, humillación, marginación, educación interrumpida.

Dejar fuera a las mujeres alimenta la idea equivocada de que las diferencias de género son naturales. Refuerza la idea de que hay espacios para hombres y otros para mujeres, que ellos se dedican a la producción, al trabajo, a lo público; que ellas a la maternidad, a la procreación, a lo privado. Son las sociedades, la cultura, la historia y no los genes ni la herencia, los que fomentan las ideas que llevan a una discriminación sistemática que coloca a la mitad de la población que representan las mujeres en situación de vulnerabilidad.

En el mercado de trabajo actual, cada día más global y competitivo, los factores asociados con la violencia en el ámbito laboral son cada vez más comunes. Las encuestas nacionales han encontrado que entre el 40 y el 90 por ciento de las mujeres encuestadas han sufrido algún tipo de violencia u hostigamiento a lo largo de sus vidas laborales. Sin embargo, violencia y acoso son conceptos problemáticos. Según la Organización Mundial de la Salud, los esfuerzos para la recopilación de datos que midan el alcance y la magnitud de la situación de vio-lencia y acoso contra las mujeres, se ven obstaculizados por una serie de factores, entre ellos:

• La influencia de las normas sociales y culturales en la determinación de lo que constituye la violencia, lo que impide un consenso universal sobre una definición de violencia contra la mujer y.

• b) los cambios en las tasas de denuncias por violencia según la definición utilizada, la forma en que se hacen preguntas, el tipo de población objetivo, y el contexto de la entrevista (intimidad, familiaridad del ambiente, etc.)

Por tanto, la violencia y el acoso son entendidos en general como «fenómenos ocultos» lo cual hace que sea difícil ser consciente de ellos. Como resultado, no se reconocen y por lo tanto, no se informa de muchos inciden¬tes graves de violencia y acoso.

A nivel individual, el sufrimiento y la humillación que aparecen como conse-cuencia de haber sufrido violencia y acoso suele llevar a las

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