Desarrollo de las emociones
Enviado por Alexa Garcia • 20 de Octubre de 2022 • Documentos de Investigación • 1.758 Palabras (8 Páginas) • 69 Visitas
DESARROLLO DE LAS EMOCIONES
Introducción
Como inicio, introduciremos un poco a lo que es una emoción. Una emoción es una reacción psicofisiológica que sucede debido a un estímulo externo. Puede ser llamado un impulso a actuar o sentirse de cierto modo al vivir una situación. Dentro de este reporte de investigación se describen las 6 emociones básicas del ser humano, explicando a detalle el concepto o significado de cada una.
Podemos encontrar la importancia del buen desarrollo de la gestión y/o control de cada una de ellas para contar con un control emocional completo buscando lograr que se entienda de manera clara y concisa los puntos presentados aquí.
También se pueden encontrar distintos ejemplos de cómo vivimos emociones en nuestra vida cotidiana y el cómo las podemos vivir en nuestra vida laboral. Estos ejemplos son útiles para reconocer a qué emoción nos estamos enfrentando en situaciones determinadas y a partir de su identificación o etiqueta, saber cómo encontrar la forma de gestionarla o controlarla.
El desarrollo de este Reporte de investigación tiene como objetivo dar a conocer las emociones básicas e invitar a buscar más respecto a cómo gestionarlas.
¿Qué es la sorpresa?
Según la Coordinación del Programa Institucional de Tutoría de la Facultad de Psicología, UNAM, La sorpresa es una emoción primaria, una alteración emocional causada por algo inesperado, por algo imprevisto, novedoso o extraño, cuya principal consecuencia es desviar toda nuestra atención hacia lo que lo causó.
A partir de esta definición, podemos interpretar que la sorpresa es una reacción/emoción causada por un estímulo que altera la forma del entorno y llama nuestra atención en consecuencia de ello. Posterior a esta emoción, pueden tomar control otras, de la sorpresa pasar a la felicidad es el ejemplo más relacionado a la sorpresa, esta emoción puede ser una reacción positiva o negativa, según el estímulo que la provocó..
Ejemplos
Por ejemplo, cuando una persona recibe una noticia de un ascenso en su trabajo, primeramente tiene la emoción de la sorpresa, seguida de la felicidad que su nuevo trabajo, sueldo y oportunidades le traerán.
De igual forma, puede ser seguida por otras emociones, como la tristeza. Por ejemplo, cuando se informa del fallecimiento de un familiar, usualmente lo primero que se nos viene a la mente es la tristeza, pero anterior a ella está la sorpresa. La noticia causa un impacto en nuestro entorno y se convierte en tristeza posteriormente
¿Por qué es importante gestionarla?
De acuerdo al artículo “Sorpresa” publicado en discapnet, cuando nos sorprendemos sentimos que no controlamos la situación y que no podemos predecir lo que va a pasar. Al sorprendernos se nos queda “la mente en blanco”.
El gestionar la sorpresa es necesario para mantener control y estar consciente al 100% de lo que sucede a nuestro alrededor. Las acciones que realizamos posterior a la recepción de un estímulo que genera sorpresa son dependientes de nuestra capacidad de gestión de esta emoción. Por ello, el gestionar la sorpresa es importante. Nos es necesario controlar nuestra forma de actuar o lucir ante una situación inesperada.
¿Qué es el miedo?
Llamamos miedo a un sistema de alarma de nuestro cerebro que se activa cuando detecta una posible amenaza real o supuesta, presente, futura o incluso del pasado. Se trata de una respuesta útil y adaptativa que conlleva cambios en el funcionamiento de nuestros comportamientos, pensamientos y cuerpo.
El miedo es un esquema cerebral de adaptación al entorno y constituye un mecanismo de supervivencia y de defensa, el cual le permite a la persona responder ante situaciones adversas con rapidez. En ese sentido, es normal y beneficioso para todos los seres vivos tener miedo. El estudio de las bases neurobiológicas del miedo se ha centrado en una región concreta del cerebro llamada la amígdala; la cual es una pequeña estructura alojada en el seno del sistema límbico, es decir, nuestro cerebro emocional. Esta área desempeña un papel clave en la búsqueda y detección de señales de peligro. Se podría decir que trabaja de forma análoga a un detector de humo: permanece inactiva hasta que el más mínimo estímulo amenazante la pone en marcha. Si no tuviéramos amígdala, probablemente no sentiríamos miedo. (Imbanaco, 2019)
Ejemplos:
Un ejemplo en la vida cotidiana sería el miedo que se tiene al salir por las noches cuando las calles están vacías, incertidumbre de lo que pueda ocurrir, de las personas que nos podemos encontrar, como la ocasión donde tuvimos toque de queda y teníamos que resguardarnos en nuestra casa.
En la perspectiva de la vida laboral un ejemplo podría ser de que se puede llegar a tener miedo cuando la empresa está haciendo recorte de personal y nuestro trabajo peligra, una situación parecida es lo que sucedió en la pandemia donde muchos perdieron su trabajo o negocio.
¿Por qué es importante gestionarla?
La importancia de gestionar la emoción del miedo de acuerdo con Mariano Chóliz, en Psicología de la emoción, se puede resumir en los siguientes puntos:
● Facilitación de respuestas de escape o evitación de la situación peligrosa. El miedo es la reacción emocional más relevante en los procedimientos de reforzamiento negativo.
● Al prestar una atención casi exclusiva al estímulo temido, facilita que el organismo reaccione rápidamente ante el mismo.
● Moviliza gran cantidad de energía.
El organismo puede ejecutar respuestas de manera mucho más intensa que en condiciones normales. Si la reacción es excesiva, la eficacia disminuye, según la relación entre activación y rendimiento.
(Chóliz, 2005)
En el miedo se generan una serie de respuestas ante un estímulo de peligro el cual puede estar presente en el ahora o a futuro; es algo natural y debemos reconocerlo como un sistema de protección. El problema es cuando se genera miedo y su respuesta no es la adecuada o genera cambios conductuales y/o limita nuestras actividades diarias, en este caso podríamos decir que no se está presentando un caso de protección sino una evidente limitación ante algunos estímulos, y para estos episodios sí se debe tratar de controlar y reconocer con ayuda de un profesional el por que de esta respuesta anormal.(Imbanaco, 2019)
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