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Día De Mi Vida


Enviado por   •  13 de Julio de 2014  •  Ensayo  •  2.969 Palabras (12 Páginas)  •  217 Visitas

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18 de junio de 2014

He decidido escribir esto porque no encuentro mejor manera de desahogarme que haciéndolo con letras, en quienes confío plenamente porque nunca van a traicionarme y jamás revelarían los secretos que he escrito con ellas. En serio, las letras son lo mejor: te dan la libertad de expresarte como querrás, no se asustan de ti aunque escribas lo más bizarro y oscuro de tu ser. Ellas sólo están ahí, apoyándote siempre y haciendo lo que vos decís, o mejor dicho, escribiendo lo que vos pensás. Lo cierto acá es que las personas son todo lo contrario a las letras: una mierda, sí, eso son y no lo digo porque esté frustrada o porque me hayan lastimado, yo también soy persona y es lo único que necesito para saber que son una mierda (porque yo lo soy también). ¿Has tenido la sensación de que no le importás a nadie? ¡Bienvenida/o al club! Eso es exactamente lo que estoy sintiendo ahorita y no lo digo sólo por unas cuantas personas; estoy aburrida de lo mismo TODOS LOS DÍAS: preguntarle cosas de su vida a la gente que en verdad me importan un carajo, sonreír aunque esté completamente aburrida, fingir que todos me caen bien cuando en verdad lo único que pienso es que son una bola de pendejos que sólo piensan en sexo y drogarse y tomar alcohol, y otros (una minoría) piensan en cómo ser el mejor de la clase, en cómo hacer que todos piensen que él es el más inteligente, o cómo harán la tarea de sociales para que la profesora los felicite. En lo personal, me agradan más los segundos porque al menos ellos son personas pensantes, los demás son simplemente adolescentes calenturientos y drogadictos sin un maldito futuro. Gracias.

Ahora, a lo que venía: a quejarme como la adolescente mísera y sin vida social que soy. Pero primero, voy a presentarme un poco, creo que es justo y necesario: Me llamo Joan (sí, soy niña) tengo dieciséis años, estoy cursando primer año de bachillerato, me gusta leer, a veces tengo pensamientos que me asustan, no soy la mejor estudiante, pero tengo lo mío; alguna vez practiqué gimnasia rítmica y desearía poder seguir haciéndolo, mis sueños frustrados son aprender a tocar el violín y actuar (sé que muy pronto lograré el último), no tengo muchos amigos, de hecho, no tengo ningún amigo, me refiero, uno verdadero; me gusta el indie, el pop, el rock y la música de los años 60’s a los 90’s. Listo, una breve (muy breve) descripción de lo que soy (o lo que creo ser). Muy bien, ahora que ya nos conocimos un poco, vamos a mi parte favorita: la parte en donde reniego como nenita por la vida que tengo que sobrellevar. No me mal interpreten, amo estar viva y estoy conforme con lo que tengo, lo que hace de esto algo ‘’miserable’’ son las personas que tengo que aguantar y la rutina que debo seguir CADA PUTO DÍA DE MI VIDA. Estoy aburrida de lo mismo, muchas veces me dan ganas de ya no seguir y mandar todo a la mierda y es gracioso porque siempre termino convenciéndome de que todo en esta vida tiene un ‘’por qué’’, un ‘’por qué’’ que quizá jamás lleguemos a conocer en lo que nos resta de existencia, pero de igual manera nos lo seguimos creyendo y seguimos pensando que todo lo que hacemos hoy, mañana valdrá la pena (boludeces, puras boludeces), pero así es la vida, ¿no? Y en lo que a mí concierne, quiero seguir pensando de esa manera, porque aunque suene monótono es lo que me mantiene con entusiasmo y ganas de seguir adelante con cada cosa que hago.

Me gusta pensar que soy un ser extraño y que no pertenezco a esta raza, que soy un ente que está aquí por simple error o que soy un experimento con el cual quieren demostrar si puedo sobrevivir en un sitio al cual no pertenezco ni un poquito. Un pensamiento digno de un esquizofrénico, pero soy una adolescente, ¿no? Y es casi lo mismo. Los adolescentes somos eso: una bola de esquizofrenia, miedo, pensamientos extraños y hormonas, una ENORME bola de hormonas. No podemos besar o abrazar a alguien del sexo opuesto porque ya sentimos cosquilleo en las partes íntimas y capaz nos imaginamos ‘’nuestra primera vez’’ con él/ella. No se hagan los desentendidos, yo sé que saben de lo que hablo.

Aunque no lo parezca, todo este tiempo me he estado quejando, todo lo que he escrito hasta hoy son puras quejas, quejas, quejas; algunas más estúpidas e insignificantes que otras, pero son quejas de todos modos.

26 de junio de 2014

Esto es muy raro, lo que voy a contarles es muy extraño y un poco (muy) absurdo. El asunto es que en el tiempo que ha pasado (desde el 18 de junio hasta ahora) he tenido una actitud un tanto mediocre, ¡qué digo mediocre!, me siento vacía, como si no tuviese sentimientos, como si ni siquiera existiera y déjenme decirles: sentirse vacía es lo peor. No sabes si estás bien o estás mal, si estás feliz o triste, si sólo estás cansada o quieres desaparecer para siempre. ¡No sientes absolutamente nada! Y sentir nada es peor que estar deprimida porque al menos si te sentís deprimida SENTÍS QUE EXISTÍS, en cambio, sentir nada es prácticamente dejar de existir, es ser nada. Sos nada y no te sentís ni vos misma, porque estás muerta en vida. Muertos tus sentimientos, tus emociones, pensamientos, ¡todo! Absolutamente todo en vos está muerto y sé que ‘’muerte’’ es una palabra muy fuerte y seria, pero sinceramente no encuentro otra palabra para poder describir lo que siento y me imagino que al morirnos dejamos de sentir, de percibir, dejamos de existir. Y así me siento yo, como muerta, como un cadáver.

No lo tomen a mal, no escribo eso porque esté deprimida, es sólo que ya no siento nada, ya todo me da completamente igual y lo único que me interesa es NADA. Lo que pasa a mi alrededor me importa un carajo, incluso, lo que me pase a mí ya no me importa; no es que quiera morirme. NO. Es sólo que siento que mi cuerpo está hueco, vacío e insípido. Ya ni siquiera siento aburrimiento, estoy tan acostumbrada a la misma rutina de siempre (que antes me aburría) que ya ni siquiera me importa seguir haciéndola, porque como dije antes ya todo me importa un carajo.

Sé que es difícil de entender (o tal vez no), pero no estoy triste, no estoy deprimida, no me siento “mal”, pero tampoco estoy feliz, ni estoy “bien”. Lo único que siento es que simplemente no existo, me siento inexistente para los demás y hasta para mí misma; y me asusta… y a la vez es una sensación exquisita repleta de vacíos, vacíos que juntos no hacen más que llenarme de nada (qué ironía).

“¿Cómo puedo cambiar esto?” la pregunta del millón, a quien me la responda ¡juro que le hago un altar! Y no exagero. Como dice la frase: “lo único sé es que no sé nada”, pues lo único que YO sé es que no siento nada. O tal vez sí, tal vez esté sintiendo demasiadas cosas al mismo tiempo que no puedo diferenciar una

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