EL CUESTIONARIO DESIDERATIVO.
Enviado por Claudia ♡ • 30 de Octubre de 2016 • Resumen • 14.936 Palabras (60 Páginas) • 1.093 Visitas
EL CUESTIONARIO DESIDERATIVO
Esta técnica no solo posibilita inferir la fortaleza o debilidad del Yo, el bagaje defensivo y el tipo de relaciones objetales del entrevistado, sino también los conflictos básicos del sujeto, las fuerzas pulsionales en juego en dicho conflicto, las defensas con las que el Yo lucha contra aquellas, la autoestima y autoimagen, etc.
Presenta varias ventajas:
- Economía de tiempo, ya que la aplicación del test requiere de alrededor de 10 o 15 minutos.
- El amplio espectro de población a la que se lo puede aplicar: desde niños pequeños, preescolares, hasta personas de la tercera edad pueden responder al cuestionario sin dificultad.
- Las características de la consigna hacen posible su aplicación a personas pertenecientes a diferentes culturas o grupos sociales, dada la simplicidad de las preguntas y la no incidencia de la cultura o el conocimiento.
- Por ser un test de estímulo y producción verbal, puede incluso ser respondido por personas con discapacidades físicas, tales como ceguera, o dificultades motoras, ya que las mismas no interfieren en la comprensión de la consigna y la formulación de la respuesta.
- No requiere el desarrollo de destrezas específicas (motrices, sensoriales) para poder responder a él. En el caso de personas afectadas en su capacidad auditiva, también es factible administrarlo por escrito.
Todas estas ventajas lo convierten en una técnica valiosa y útil para el diagnóstico. Sin embargo, en contraposición a la simplicidad de su aplicación, el proceso de interpretación requiere de un gran bagaje teórico y práctico.
Características:
- OBJETO DE ESTUDIO
Según Bell, “las fantasías de deseos constituyen una muestra muy expresiva de la personalidad”. Las fantasías desiderativas se pueden obtener por vía directa o por vía indirecta. En el primer caso, se opera más en el nivel de la realidad, sometiendo al examinado a un interrogatorio franco y personalizado acerca de “cuáles son sus deseos con respecto a…”.
En el segundo caso, de forma indirecta, tal como sucede en las Técnicas Proyectivas, se recurre a la creación de un marco ficticio, a menudo bajo la forma de un cuento, para inducir la proyección de los deseos sobre otros, o a movilizar la proyección masiva de fantasías sobre personajes.
El interrogatorio no previene al examinado sobre los objetivos de la investigación y permite, de manera disfrazada, acceder a las fantasías desiderativas más expresivas de los estratos profundos de la personalidad.
- ANTECEDENTES
El antecedente más cercano es el “Test Desiderativo” de Pigem y Córdoba (1946). Consiste en preguntar al sujeto: “¿Qué desearía ser si tuviera que volver a este mundo no pudiendo ser persona?”. Para el análisis de las respuestas, se tomaron como marco teórico los sistemas de valores de Spranger. El símbolo elegido se denomina “símbolo desiderativo”. La consigna plantea al sujeto la situación de transfigurarse imaginativa y electivamente en cualquier otra cosa diferente de su condición de persona. El símbolo elegido es considerado representativo de los deseos del sujeto.
El test promueve la movilización de las fantasías desiderativas y su comunicación, simbolizada e intelectualizada. El análisis e interpretación estarían destinados, entonces, a comprender, partiendo de los símbolos y su racionalización, la dinámica subyacente de la personalidad.
- EL CUESTIONARIO DESIDERATIVO DE BERNSTEIN
En relación a su antecedente, el “Test Desiderativo”, se modifican tanto los fundamentos teóricos como la técnica de administración e interpretación. Jaime Bernstein aporta para el test un marco teórico psicoanalítico, entendiendo cada elección o rechazo del sujeto como un símbolo, que debe ser interpretado desde los puntos de vista universal, cultural y personal.
Las modificaciones técnicas incluyen la ampliación de las preguntas a 6 (antes 1): 3 elecciones (catexias positivas) y 3 rechazos (catexias negativas), cada una de ellas investigando por la positiva y la negativa de los reinos animal, vegetal e inanimado (incluye también los elementos de la naturaleza: agua, fuego, aire, nubes, etc.).
Por otro lado, en cada elección o rechazo se pregunta el por qué. La racionalización, es decir, la explicación que el sujeto da como fundamento de su respuesta, resulta esencial al dar cuenta del significado personal que el símbolo elegido adquiere para él. Tanto por medio del símbolo como de la racionalización el sujeto transmite cómo simboliza y significa la realidad. La simbolización permite, entonces, la emergencia de aspectos reprimidos del sujeto.
A partir de esto, el test puede ser administrado, para Bernstein, en personas que hayan adquirido capacidad de simbolización, es decir, desde el momento en que el niño usa la palabra como símbolo, como representante de otra cosa. Esto se ubica alrededor de los 4 o 5 años. Desde la cátedra, se considera más rica su implementación en adultos.
A partir del contenido de la consigna, no se cree conveniente aplicar el Cuestionario Desiderativo a sujetos que sufran amenaza real y concreta de su integridad física.
Fundamentación teórica
Desde el punto de vista teórico, según Bernstein, la respuesta del examinado puede ser analizada desde los siguientes enfoques: adleriano (situaciones placenteras y temidas), freudiano (la simbolización permite la emergencia de aspectos reprimidos de la personalidad, puntos de fijación libidinal, identificaciones, ansiedades frente a exigencias del Ello), kleiniano (objetos protectores y frustradores), teoría del campo (valencias positivas y negativas del campo psicológico del examinado, barreras y conflictos).
El test basa su interpretación en el significado de los símbolos. En sentido extenso, el simbolismo es un modo de representación indirecta y figurada de una idea, conflicto o deseo inconsciente. En este sentido, en psicoanálisis, podemos considerar simbólica cualquier manifestación sustitutiva, como por ejemplo una palabra.
Freud, en “La interpretación de los sueños” habla de “la simbólica” como el conjunto de símbolos de significación constante que pueden descubrirse en variadas producciones del inconsciente.
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