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EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD EN LA ADULTEZ Y LA VEJEZ


Enviado por   •  25 de Mayo de 2015  •  1.590 Palabras (7 Páginas)  •  248 Visitas

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EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD EN LA ADULTEZ Y LA VEJEZ

La edad adulta es una edad cambiante y no de inmovilidad psicológica. En ella siguen produciéndose procesos significativos que afectan a la personalidad y. la transforman. Eventualmente, hay hechos críticos y crisis personales que han de afrontarse como tareas o desafíos que la vida y la realidad traen consigo

En esos cambios y procesos se da también maduración, desarrollo, crecimiento, y no sólo conservación o mero deterioro asociado al progresivo envejecer. Se dan procesos positivos, en la dirección de una mayor madurez y plenitud humana, incluso en la adultez tardía y en la tercera edad.

Destacados procesos de la maduración adulta aparecen determinar dos por factores socioculturales, pero también por el curso de las propias acciones, cada vez más influyentes a

medida que transcurren los años.

Como consecuencia del peso de las propias acciones en la propia vida, los adultos difieren entre sí más que los niños y los adolescentes, pero sobre todo son relativamente dueños de su destino. Bajo condiciones de un bienestar objetivo básico, y al margen de accidentes azarosos de la existencia, en la vida adulta y cada vez más con los años, cada cual viene a tener la vida y las experiencias, más o menos felices o desdichadas, que se ha venido procurando con sus propios actos.

La vida Adulta ocupa la mayor parte de la existencia humana, alrededor de los dos tercios de la duración total media. El momento de su comienzo es muy variable e impreciso.

El cambio entre la juventud y la adultez no viene señalado así como la pubertad, pero la entrada de la vida adulta se produce a través de un proceso menos perceptible y más dilatado que la entrada de la adolescencia. En la sociedad hasta hace poquito tiempo se decía que al casarse o al abandonar la casa paterna y formar un hogar y familia ya se era adulto y también para el varón era el momento del primer trabajo. Hoy en día lo que marca la transición a la edad adulta es: el trabajo remunerado, la autonomía económica, la salida de la familia y hogar en que se nació, el matrimonio o emparejamiento con voluntad de permanencia, la formación de una nueva familia

En los últimos decenios las relaciones sentimentales y sexuales se desarrollan con frecuencia al margen del matrimonio e incluso

sin una convivencia en hogar propio.

Casi cualquier descripción de su comportamiento lleva una restricción sociocultural, que suele ser de los países desarrollados del occidente.

La vida adulta trae consigo mayor diferenciación interindividual, los adultos se parecen entre si menos que los niños. Las diferencias interindividuales se acrecientan típicamente con el paso del tiempo, o mejor; con la acumulación de experiencia, por lo tanto; la edad comporta un efecto progresivo de mayor heterogeneidad entre las personas, desarrollarse es indiferenciarse.

La vida adulta tiene sus vectores de desarrollo, sus figuras específicas. Existe una morfología y topografía comportamental adulta con formas y escenarios típicos de conducta en esta edad: en la familia, en las relaciones afectivas elegidas, en el mundo de trabajo. La edad adulta se ha vuelto llena de cambios, de nuevos desafíos; yo con eso se ha tornado también mas difícil y problemática. Por otro lado, las demandas y desafíos constituyen verdaderas tareas de desarrollo según el concepto de Havighurst. Destacan que amar y trabajar satisfactoriamente es lo que cabe esperar de un ser humano desarrollado con normatividad.

Donde se plantean tareas de desarrollo pasa a primer plano lo que en definitiva constituye el gran tema y evite el comportamental de todo adulto: la adaptación y en su caso el afrontamiento del medio de la realidad circundante y de las adversidades que esta trae consigo.

La adaptación

es necesaria siempre ante situaciones nuevas; y se hace tanto más decisiva cuanta más novedad haya en el entorno.

Hay adultos que se adaptan a las circunstancias nuevas y que afrontan las adversidades, los conflictos y problemas de manera positiva y constructiva: personas competententes, bien integradas, que gozan de la vida y establecen relaciones calidas y afectuosa, consientes de sus logros, de sus fracasos y sus proyectos, con una actitud vital activa, optimistas, orientada al futuro, con autonomía y autoestima alta, capaces de disfrutar no sólo del sexo y del ocio, sino también del trabajo.

Pero también hay personas que en cambio que ven su entorno como amenazador. Están a la defensiva en un comportamiento rutinario, convencional, conformista con las pautas sociales, bajo un gran control de sus propios sentimientos y emociones. Temen no tener quehaceres y tratan de cumplir con una agenda repleta de actividades donde se encapsulan y con las que intentan distraerse no ya solo del tedio, sino también de afrontar en verdad sus problemas. Suelen poseer un elevado afán de logro, que tratan de satisfacer a toda costa. Pero muchas de sus conductas incurren de lleno en una psicología patología de baja

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