CAMBIO Y DESARROLLO DURANTE LA ADULTEZ Y LA VEJEZ

20. CAMBIO Y DESARROLLO DURANTE LA ADULTEZ Y LA VEJEZ.

1. Edad e influencias sobre el desarrollo.

La edad suele ir asociada a una serie de circunstancias y cambios que si tienen capacidad explicativa; pero las relaciones entre edad y conducta son de tipo correlacional, no de tipo causal: en el proceso de desarrollo psicológico, determinados cambios son más característicos de unas edades que otras.

Los agrupamientos de edades que permiten hablar de adultez temprana (típicamente, desde los 25 años a los 40 años), de adultez media (típicamente de los 40 años a los 65 años), de adultez tardía o vejez inicial (típicamente, de los 65 a los 75 años) y de vejez tardía (típicamente, por encima de los 75 años).

Birren y Renner (1977) les dan diferentes significados a las edades como:

• Edad cronológica: se refiere al número de años que han transcurrido desde el nacimiento de una persona.
• Edad bilógica: es una estimulación del lugar en que una persona se encuentra respecto a su potencial de vida; se relaciona, con la salud biológica.
• Edad psicológica: tiene que ver con la capacidad de adaptación que tiene una persona, es decir, sus posibilidades para hacer frente a sus demandas del entorno.
• Edad funcional: integra los conceptos de edad biológica y de edad psicológica, y se hace frente a las demandas del entorno.
• Edad social: tiene que ver con los roles y las expectativas sociales asociados a determinadas edades; forma parte de esas expectativas que a los 30 años se esté trabajando, las experiencias tienen importancias que ocurren fuera de los márgenes habituales.

La distinción propuesta por Baltes, Reese, Lipsitt (1980) entre influencias normativas relacionadas con la edad, influencias normativas relacionadas con la edad, influencias formativas relacionadas con la edad, influencias normativas relacionadas con la historia e influencias no normativas .

Las influencias normativas relacionadas con la edad tienen que ver con factores que afectan el desarrollo psicológico en relación relativamente estrecha con la edad haciendo predicciones racionalmente aceptadas sobre algunos de sus procesos evolutivos.

Las influencias normativas relacionadas con la historia afectan a todas las personas que viven en una época y una sociedad determinada, su perfil es fuerte. Las influencias no normativas hacen referencia a experiencias que tienen un carácter idiosincrásico o cuasi-idiosincrásico; se tratan de experiencias no normativas, de experiencias por las que se sabe que no pasan todos los que tiene una determinada edad o los que pertenecen a una determinada generación.

2.1 Envejecimiento primario y secundario.

El cuerpo humano alcanza su madurez entre los 25 y 30 años, etapa que se considera caracterizada por los mayores niveles de vitalidad y salud. Resulta difícil decir cuando comienza el envejecimiento biológico porque no se trata de un proceso unitario que ocurra simultáneamente en todo el organismo si no de un proceso asincrónicamente distribuido entre las distintas funciones biológicas y distintos órganos corporales.

Existe un amplio consenso en distinguir entre el envejecimiento primario y lo secundario;

-El envejecimiento primario: se refiere a los procesos de deterioro biológico genéticamente programado, procesos que ocurren incluso en las personas con mejor salud y sin enfermedades importantes.

Las células de nuestro organismo están programadas para envejecer, como lo muestra el hecho de que no se pueden dividir infinitamente para producir nuevas células nuevas, sino que la capacidad de regeneración celular es limitada.

El envejecimiento secundario: se refiere a procesos de deterioro que aumentan con la edad y que se relacionan con factores controlables, tales como la nutrición, el ejercicio físico, los hábitos de vida y las influencias ambientales. Hay personas que pueden vivir sin experimentar todos o algunos de los efectos de este tipo de envejecimiento, que es, por tanto, prevenible, evitable y no universal.

Algunos autores proponen la existencia de un envejecimiento terciario relacionado con la hipótesis del llamado: “bajón terminal”.

Estos tres tipos de envejecimiento interactúan entre si y añaden sus afectos mutuos.

El envejecimiento primario produce una identificación del procesamiento de la información, el envejecimiento secundario hace que las perdidas y decrementos se incrementen y tanto más cuanto mayor sea la edad.

2.2 Los cambios y su repercusión sobre el funcionamiento psicológico.

Por la acumulación de los efectos del envejecimiento primario y secundario, nuestro organismo envejece. Envejece por ejemplo: nuestro cerebro, nuestras neuronas, dando lugar a una perdida en su número y aun deterioro en su arquitectura y en su conectividad a través de la sinapsis.

La mayor parte de las personas que padecen Alzheimer tienen más de 65 años, incrementándose el riesgo tanto más cuando más se viva, lo que tal vez explique la mayor incidencia de la enfermedad entre las mujeres, dada su mayor longevidad.

En el proceso de envejecimiento normal. Un cerebro viejo pero sano es capaz de servir de soporte a un funcionamiento psicológico normal, permitiendo un adecuado desarrollo de actividades cotidianas y la adquisición de nuevos conocimiento y habilidades, además, el mantenimiento de la actividad intelectual contribuye poderosamente a conservar una buena capacidad de funcionamiento cerebral.

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