EL ROL DE GENERO
Enviado por 1edith • 28 de Abril de 2013 • 2.366 Palabras (10 Páginas) • 6.138 Visitas
EL ROL DE GÉNERO
Objetivo: Analizar, y reflexionar en cuanto a las ideológicas que dictan el rol que “deben cumplir” los hombres y mujeres en sociedad, originando las desigualdades de género, en su ejercicio.
Actualmente pareciera ser que la lucha por conseguir una nueva identidad humana a partir del hecho biológico, esta alcanzado, sin embargo; en realidad lo que es difícil es poder llegar a comportarse y ser considerados como seres humanos, con la misma oportunidad de desarrollo y libertad… tanto para las mujeres como para los hombres.
Si bien en todas las sociedades se estructura y construye la cultura en torno a la diferencia sexual de los individuos que la conforman, pareciera ser que determina también el destino de las personas, atribuyéndoles ciertas características y significados a las acciones que unas y otros “deberán” desempeñar, y que se han construido socialmente; lo cual implica un reto fuerte, para su abolición.
Vale la pena diferenciar el sexo del género, para entender con mayor fiabilidad el objetivo de este trabajo. Pues si bien el sexo se refiere a las diferencias y características biológicas, anatómicas, fisiológicas y cromosómicas de los seres humanos que los definen como hombres o mujeres; son características con las que se nace, universal e inmodificablemente; el género es el conjunto de ideas, creencias y atribuciones sociales, que se construye en cada cultura y momento histórico con base en la diferencia sexual. Sin embargo en ambos, las sociedades se han preocupado más por marcar diferencias que similitudes.
De aquí surgen entonces las funciones, las oportunidades, la valoración y las relaciones entre mujeres y hombres. Es decir, el género responde a construcciones socioculturales susceptibles de modificarse dado que han sido aprendidas (INMUJERES, 2004). En consecuencia, el sexo es biológico y el género se elabora socialmente, de manera que ser biológicamente diferente no implica ser socialmente desigual (aparentemente).
Los roles de género son conductas “estereotipadas” por la cultura, por tanto, pueden modificarse dado que son tareas o actividades que se espera realice una persona por el sexo al que pertenece. Por ejemplo, tradicionalmente se ha asignado a los hombres el rol productivo y a las mujeres el reproductivo, aun si lo miramos en otra esfera como la profesional, donde las ciencias duras son con mayor frecuencia ocupadas por hombres.
Lamas (2002) señala que “el papel (rol) de género se configura con el conjunto de normas y prescripciones que dictan la sociedad y la cultura sobre el comportamiento femenino o masculino. Aunque hay variantes de acuerdo con la cultura, la clase social, el grupo étnico y hasta el estrato generacional de las personas, se puede sostener una división básica que corresponde a la división sexual del trabajo más primitiva: las mujeres paren a los hijos y, por lo tanto, los cuidan: ergo, lo femenino es lo maternal, lo doméstico, contrapuesto con lo masculino, que se identifica con lo público. La dicotomía masculino-femenino, con sus variantes establece estereotipos, las más de las veces rígidos, que condicionan los papeles y limitan las potencialidades humanas de las personas al estimular o reprimir los comportamientos en función de su adecuación al género”. Según Lamas, el hecho de que mujeres y hombres sean diferentes anatómicamente los induce a creer que sus valores, cualidades intelectuales, aptitudes y actitudes también lo son. Las sociedades determinan las actividades de las mujeres y los hombres basadas en los estereotipos, estableciendo así una división sexual del trabajo.
Debo rescatar para este trabajo una parte que me parece esencial: no se nace mujer, se llega a serlo. Beauvoir afirma la no coincidencia de la identidad natural y la del género, el género se halla desalojado del sexo. Para Beauvoir llegar a ser mujer es un conjunto de actos intencionales y apropiativos, la adquisición gradual de ciertas destrezas, un “proyecto” en términos sartreanos, para asumir un estilo y una significación corporales culturalmente establecidos.
Si lo pensamos podremos reconocer que al conocer el sexo biológico de un recién nacido, los padres, los familiares y la sociedad suelen asignarles atributos creados por expectativas sociales. Si es niña, esperan que tenga ciertas características y me atrevería a decir que hasta se propician; igualmente si es niño. Se vive toda una dinámica cultural y social en el desarrollo de los niños y las niñas, que va desde los juegos y juguetes más “adecuados”, los colores, las actividades; hasta lo que está permitido y no; donde poco a poco se va involucrando a las niñas con las labores domesticas que más adelante reproducirán en un hogar. Si reflexionamos un poco, esta interferencia por parte del mundo externo, forman parte del rol de género esperado en sociedad tanto para mujeres como para los hombres en su vida adulta.
Es por ello que la idea de que de algún modo nosotros elegimos nuestro género plantea un rompecabezas ontológico, ¿qué sentido tiene decir que elegimos lo que ya somos?
El género es una forma contemporánea de organizar las normas culturales pasadas y futuras, una forma de situarse en y a través de esas normas, un estilo activo de vivir el propio cuerpo en el mundo.
“Uno elige su propio género”. La concepción que tiene Beauvoir del género, se inspira en la doctrina sartreana de la elección prerreflexiva y le da esa estructura epistemológica abstracta un significado cultural concreto.
Las normas de género atribuyen distintos roles productivos y reproductivos a mujeres y hombres a través de las construcciones sociales de masculinidad y feminidad (roles y comportamientos “apropiados” para mujeres y hombres respectivamente) que varían de acuerdo a la clase, etnicidad, sexualidad y edad en cada sociedad, y aunque este no sea el objetivo de este trabajo, vale la pena enfatizar las variables extras que se ponen en juego, y solo en el rol de género.
El género prescribe un grupo de cualidades y comportamientos que la sociedad espera de una mujer u hombre. Los roles de género se aprenden y pueden estar afectados por una serie de factores como educativos o económicos. Los mismos varían inmensamente dentro y entre las distintas culturas.
También dentro del campo de la psicología los estudios de género han sido responsables de una serie de nuevos cuestionamientos. La ortodoxa visión freudiana del drama edìpico. Existe ahora una importante escuela de pensamiento que argumenta a favor de un análisis explicito del desarrollo psicológico de las mujeres (D.W. Winnicott y Melanie Klein). Otra escuela de psicoanálisis, asociada con el posestructuralismo y el teórico francés Jacques Lacan, ofrece la visión más radical
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