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ENSAYO SOBRE DEMIAN


Enviado por   •  7 de Junio de 2013  •  2.430 Palabras (10 Páginas)  •  6.456 Visitas

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ENSAYO SOBRE DEMIAN

DE HERMANN HESSE.

Hesse, en la introducción al libro señala: “...He sido un hombre que busca y lo soy aún, pero no busco ya en las estrellas ni en los libros: comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí. Mi historia no es grata, no es suave ni armoniosa; no es como las historias inventadas; sabe a insensatez y a confusión, a demencia y a sueño, como la vida de todos los hombres que no quieren seguir mintiéndose a si propios...” (Demian, Hermann Hesse- obras completas-II, Pág. 670).

Demian es una obra alemana escrita por Hermann Hesse; trata acerca de la vida de Emil Sinclair, un chico con una forma de pensar distinta a la generalidad de la gente, sintiéndose confundido pues no encuentra el objeto de su estancia en vida. A través de sus personajes, logra plasmar la intuición de revelaciones arquetípicas, o más bien, porciones de realidades psíquicas, que fuera de él constituyen los guías de su camino.

Los dos mundos que se mencionan en el inicio de la historia muchas veces se confunden y se entrelazan con el fin de ir desarrollando cuestiones que nos atañen a todos como las contradicciones de la vida, la armonización de los opuestos, la dualidad de lo bueno y lo malo, entre otros temas importantes que nos induce a comprender que “El cambio empieza por uno mismo”.

Es la aparición de Kromer, un niño que pertenece al otro mundo, la que marca el comienzo del proceso de crecimiento en el protagonista. Este personaje, a partir de una mentira de Sinclair, le induce a una serie de tareas que debe realizar a condición de no ser delatado. Estas tareas le introducen pues, a descubrir la parte suya que pertenece a ese mundo oscuro, que hasta entonces conocía tan solo superficialmente y le parecía ajena.

“Tuve que presenciar, con el corazón helado tuve que presenciar, cómo se iba transformando en pretérito y se desligaba de mí todo aquel mundo, toda mi anterior existencia dichosa y buena, mientras me sentía preso ya dentro del otro universo oscuro e ignorado, con nuevas raíces que me sujetaban a él y absorbían su savia ponzoñosa. Por vez primera paladeé la muerte. Tenía un sabor amargo. Pues la muerte es nacimiento, es angustia y miedo ante una novación aterradora” (Demian, Hermann Hesse- obras completas-II, Pág. 682).

Según Jung, el espíritu puede presentarse en la figura de un niño o jovencito. En los hombres puede ser positiva y tiene entonces el sentido de una personalidad “superior”, pero también puede ser negativa y significa, en este caso, la sombra infantil. No se puede afirmar que las figuras de los espíritus sean moralmente buenas, pero hay ocasiones en la que estos no solo son de dualidad, sino de malignidad. Sin embargo, Jung insiste en que las bases generales, sobre las cuales se edifica la vida inconsciente de la psique, son tan poco firmes, que no podemos nunca saber cuánta maldad se necesita para atraer la bondad, ni cuánta bondad es capaz de inducir a la maldad.

Franz Kromer, y que pertenece al mundo malo se acerca al protagonista que pertenece, según su propia división del mundo basada en la consideración que tiene la sociedad de lo moral y religiosamente correcto, al mundo bueno. Por una mentira infantil y fanfarrona, Franz Kromer empieza a chantajear a Sinclair amenazándolo con contar su secreto. El protagonista vive, durante las extorsiones de Kromer, unos días de fuerte angustia por los remordimientos por mentir a sus padres y el miedo a que la verdad se descubra. Llega a pensar que el mal vive dentro de él y que está condenado a pertenecer, ya para siempre, al mundo no permitido, a lo prohibido.

Ante la fatalidad y la revelación de este mundo tenebroso, aparece un nuevo guía, llamado Max Demian, todo cambia. Al principio y sin saber porque, Sinclair se siente fuertemente integrado y atraído hacía este misterioso y callado compañero hijo de una viuda rica, un nuevo espíritu, también con aspecto juvenil, pero ahora, manifestando el aspecto positivo. Empiezan a entablar conversación y Demian, sin que se descubra como, consigue que Franz Kromer deje de molestar a Sinclair. Pronto se hacen amigos, y Demian empieza a explicarle curiosas interpretaciones, de entre otras cosas episodios bíblicos, que escandalizan al protagonista, aunque que en el fondo le atraen y superior del arquetipo que antes habíamos mencionado.

“El fin de aquel suplicio y la liberación me llegaron de donde menos lo esperaba. Con uno y otra entró en mi existencia algo nuevo, algo que hasta hoy ha continuado actuando sobre mi vida (...). Se llamaba Max Demian.” (Demian, Hermann Hesse- obras completas-II, Pág. 688).

A través de la historia de Caín y Abel, Demian se presenta a Sinclair, con cuestionamientos nuevos de aquello que para él hasta entonces había representado una verdad incuestionable. Caín un hombre noble y Abel un cobarde!, La marca de Caín una distinción! Todo esto parecía no tener ningún sentido para el niño, sin embargo, reconocía cómo, él habiendo sido una especie de Abel, y ahora hundiéndose profundamente en “lo otro”, llevaba la señal en su frente. Su perversidad y desgracia le hacían sentir superior a su padre, quien ahora aparecía como un ser ingenuo, despreciable y exclusivo del mundo luminoso, lejos de él.

Aunque estas nuevas imágenes aparecen en el mundo consciente del niño como difusas y contradictorias, es el inconsciente, a través de los sueños, el que revela el sentido oculto de tales disertaciones. Sinclair describe uno de sus sueños:

“Kromer afilaba un cuchillo y me forzaba cogerlo; nos escondíamos tras los arboles de una avenida y acechábamos a alguien para í desconocido, (...) vi que era mi padre” (Demian, Hermann Hesse- obras completas-II, Pág. 694).

El homicidio del padre, representa de nuevo la muerte de aquella parte interiorizada que debe ser abandonada, dejar morir al padre bueno significa ahora una nueva tentativa de descubrir la sombra.

“De no haber obrado de aquella suerte, hubiera tenido que acudir a Demian y confiarme a él (…). Pues Demian hubiera exigido de mí luego mucho más de lo que exigieron mis padres (...). Demian se hubiera esforzado en convertirme en un muchacho independiente (...). Hoy he comprendido ya que nada en el mundo nos repugna tanto como seguir el camino que ha de conducirnos hasta nosotros mismos” (Demian, Hermann Hesse- obras completas-II, Pág. 704).

En este momento se presentaba ante Sinclair el conflicto entre los dos factores psíquicos fundamentales, por un lado, la conciencia que intenta defender su razón y protegerse, y por el otro, el inconsciente que lucha por fluir libremente y establecer su dominio. Su reflexión hace referencia a lo tenebroso e incierto viaje hacia sí mismo, a su inconsciente, al caos, en donde los

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