ESTUDIOS DE GENERO

¿Cómo se construye la identidad femenina, qué elementos la constituyen, cómo se condiciona tal identidad, qué modifican la condición femenina, qué significa la feminidad, como es o se deja de ser femenino o masculino en tiempos y espacios diversos?

Para tales pregunta se busca respuestas interdisciplinarias a partir de las ciencias sociales: como lo es la economía, la sociología, la historia, la crítica literaria y, desde luego, la antropología han enfocado la multiplicidad de aspectos implícitos en la problemática de la mujer y han emitido algunas propuestas para su revisión.

Las inquietudes de carácter general referidas han desembocado en análisis cada vez más profundos y cuidadosos, mismo que han generado una nueva categoría; el concepto de género como el conjunto de relaciones sociales que, establece y reproduce las diferencias entre hombres y mujeres. La variedad de puntos de vista obedece a que la teoría del género; por ej, crítica al ordenamiento jerárquico de las sociedades.

Los conceptos utilizados para diferenciar a hombres y mujeres en términos de valor social suelen ser idénticos a los que se estilan para jerarquizar individuos del mismo género. Por ello, las naciones culturales de género y de sexualidad cambian de una cultura a otra. El sistema mayor de prestigio masculino se sustenta en la manera en que están organizados las mujeres, la esfera doméstica dominadas por ellas y las relaciones entre los sexos.

Leacock, no se detienen en la repetición del argumento marxista, sino que señala la necesidad de criticarlo por cuanto que la subordinación femenina es un fenómeno histórico.

Orther, también concluyen que hace falta una nueva teoría del intercambio que permita analizar como las relaciones capitalistas de producción han alternado la situación de las mujeres en las sociedades del Tercer mundo.

De Laurelis, demuestra que el feminismo es una crítica de las formas de vida cotidiana y que el significado de las diferencias sexuales se inscribe en la oposición clásica entre cultura y sociedad.

En términos de una visión general, válida para cualquier momento y espacio, las estructuralistas, en su afán por identificar las características que daban unidad a las categorías del género, toman como piedra angular la idea de que las dominación masculina era universal, fruto de la división sexual del trabajo en virtud de la cual los roles de la mujeres se limitaban a la esfera doméstica, y eran por ende excluida de la pública. En última instancia, en la idea de que el universo femenino se relaciona con la naturaleza en tanto que el masculino se relaciona con la cultura.

Esta ecuación mujer-naturaleza, hombre-cultura da sustentado a la división de los roles privados y públicos. Desde una perspectiva histórica-política, la dominación masculina es un fenómeno regional.

Otro de los cuestionamientos importantes que la corriente

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