ETAPAS DEL APRENDIZAJE

2. Autonomía vs Vergüenza o Duda.

     Desde el primer año de vida hasta los tres años tiene lugar la segunda etapa que menciona Erikson. Con el desarrollo de habilidades perceptuales y musculares, el niño consigue una creciente autonomía de acción. Dos formas de enfrentarse a su ámbito se vuelven maneras dominantes de comportamiento: aferrarse a las cosas y desprenderse de ellas. Así, aferrar puede llegar a significar retener o restringir en forma destructiva y cruel, y puede convertirse en un patrón de cuidado: tener y conservar. Así mismo, soltar puede convertirse en una liberación hostil de fuerzas destructivas o bien en un afable “dejar pasar” y “dejar vivir”.

     Este paso es importante para afirmar el ego y a menudo las demandas del niño se oponen a las de los demás. Su inmadurez tal vez lo haga en extremo vulnerable a los sentimientos de vergüenza y duda. En este caso, vergüenza significa el sentimiento de ser inaceptable para los demás, mientras duda es el temor a la autoafirmación.

     El niño puede generar un sentido de duda en sí mismo, al luchar por satisfacer las demandas del ambiente, se encuentra con frecuentes fracasos, frustraciones y rechazos. La provocación excesiva de vergüenza no lleva al niño a una corrección genuina, sino a una secreta decisión de tratar de hacer las cosas impunemente, sin que nadie lo vea.

     La conciencia proporciona una fuente de control interno y un modelo de conducta deseable. Antes de desarrollarse, domina las regulaciones y los controles externos. Si se obedece estas fuentes de control internas y externas, puede en gran medida evitarse dudas, vergüenza y culpabilidad.

     El impulso de autonomía compite con la voz de la conciencia, por ejemplo, en la terquedad y la rigidez, en la toma de decisiones o en los rasgos sanos como la cooperación y  la conformidad con las expectativas.

     Algunas actitudes fundamentales se forman durante la segunda etapa, cuando la necesidad de autonomía crea una crisis. Esta formación depende del grado de éxito con que se resuelva la crisis y cómo salga de ella el ego. Por lo tanto, si una persona desarrolla un sentido de autonomía a un grado inusitado, demostrará las virtudes de valor, autocontrol y poder de la voluntad.

     Esta etapa, por lo tanto, se vuelve decisiva para la proporción de amor y odio, cooperación y terquedad, libertad de autoexpresión y su supresión.

     Los resultados positivos en esta etapa son: el ejercicio de la voluntad, dominio de uno mismo, ser capaz de escoger.

     Los resultados negativos en esta etapa son: estricto, conciencia excesiva, indeciso, cohibido, vergüenza.

4. Laboriosidad vs Inferioridad.

     Se refiere a la niñez media, desde los seis hasta los doce años, etapa que corresponde a la freudiana de latencia. Freud la denomina la etapa de latencia porque los impulsos violentos están normalmente inactivos.

      En ellas las fantasías e ideas mágicas de la infancia ceden el paso a la tarea de prepararse para papeles aceptables en la sociedad. Desarrolla un sentido de laboriosidad, esto es, se adapta a las leyes inorgánicas del mundo de las herramientas. El niño se va familiarizando con ese mundo en el hogar y en la escuela.

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