EXPOSICIONES ORALES

                                           III UNIDAD

EXPOSICIONES ORALES

CONCEPTUALIZACIÓN

Discurso oral.

Es la composición oral  o el texto que se pronuncia a viva voz ante un auditorio, con ciertos métodos y fines determinados. Implica la utilización del código lingüístico oral como también de elementos no lingüísticos que complementan el mensaje (gestos, movimientos, entonación de voz, ayudas audiovisuales).  

Un expositor bien preparado intentará que su discurso oral sea claro y ordenado; sin embargo, muchas veces los expositores presentan en sus discursos muletillas, oraciones incompletas o redundancias.  El buen expositor fija su mirada en el auditorio, se desplaza con soltura, utiliza adecuadamente los movimientos de las manos, aplica énfasis a través de la modulación de voz cuando sea necesario.  En cuanto al aspecto físico el varón toma la posición de descanso y la dama con una postura femenina.

Existen diversos tipos de exposiciones orales puede ser predominantemente informativa, narrativa, descriptiva o argumentativa.

Estructura

1. Exordio o introducción. Sirve para presentar el tema de una forma atractiva, prepara brevemente al ánimo de los oyentes, y señala los puntos que se tocarán en la exposición. Según las circunstancias el exordio puede ser de tres clases:

• Simple o legítimo, cuando directamente anuncia el tema y empieza a desarrollarlo sin otros preámbulos.
• Insinuante, cuando en forma cortés llama la atención del auditorio, anuncia el tema y exalta la importancia, especialmente cuando el auditorio se muestra contrario al orador.
• Impetuosos y exabrupto, es el que comienza en forma violenta y patética, tocando el sentimiento y las pasiones del auditorio.

2. Proposición. Es el desarrollo o enunciado breve, precisa y completa del asunto que comprende el discurso. Puede ser:

• Simple, si comprende un solo punto global que no necesita ser dividido en partes.
• Compuesta, cuando abarca un tema complejo que debe ser dividido en partes.
• Explicativa o ilustrada, cuando para mejorar su comprensión requiere la exposición de ciertos hechos, aclaraciones, ilustraciones complementarias.

3. La confirmación. Es la parte principal del discurso en la que el orador expone las pruebas para demostrar la evidencia de la proposición, mediante ella se logra lo que se propone el orador. Se debe tener en cuenta el orden de las pruebas y del modo de exponerlas, los argumentos deben ser clasificados y seleccionados, desechándose los confusos e innecesarios, el orador emplea todos los recursos y argumentos propios y ajenos para demostrar los diferentes detalles de la exposición, así como refutar las tesis contrarias.

4. Epílogo.  Es la parte final o conclusión en la que se resume todo lo expuesto en una síntesis de los argumentos fundamentales por medio de una recapitulación clara y precisa.

Cómo preparar  y realizar una exposición oral

Para preparar una exposición oral conviene tener en cuenta los siguientes aspectos:

1. El tiempo con que se cuenta para desarrollarla. Normalmente se cuenta con unos 40 0 50 minutos.
2. El tipo de auditorio al que va  dirigida: no es lo mismo dirigirse a jóvenes que a gente mayor. Hay que eliminar o tratar brevemente las informaciones que presumiblemente ya conoce el auditorio, y evitar el uso de un léxico aburrido y monótono, o muy técnico.
3. Es conveniente utilizar un pequeño guión que sirva como auxiliar de la memoria.

La exposición debe estar perfectamente preparada para no fracasar. Veamos ahora qué factores hay que tener en cuenta para lograr nuestro objetivo:

• La audición debe ser clara, es decir que debe intentarse que todo auditorio oiga claramente lo que se está diciendo. Para ello es necesario vocalizar adecuadamente, realizar las pausas oportunas, etc.
• Intercalar ejemplos y anécdotas sirve para amenizar la exposición, además de tener un valor ilustrativo de la misma. Hay que pensar en dosificarlas de modo que no parezca que se hace un chiste continuo, pero tampoco que se convierta en un sermón fúnebre.
• Es conveniente realizar recapitulaciones progresivas, es decir resumir lo más brevemente posible lo que se ha dicho hasta el momento para evitar que el oyente se pierda en el desarrollo de la exposición.

El oyente en una exposición

El oyente debe prestar atención a todos los aspectos del contenido del discurso para poder discernir sus aspectos positivos de los negativos. Evaluar el contenido de la exposición si es coherente con los objetivos planteados por el orador.

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