El Desarrolllo Del Perro Tlacuache

Treinta y nueve años después del inicio del siglo veinte se repitió la historia y miles y millones de personas perdieron la vida por un conflicto bélico entre varios países europeos, asiáticos, africanos y americanos. Este conflicto fue la tan nombrada Segunda Guerra Mundial en el cual una gran crisis económica y tratados internacionales que bloqueaban el progreso de Alemania los llevo a desarrollar un gobierno totalitario en manos del partido Nazi. El partido Nazi estaba encabezado por Adolfo Hitler. El totalitarismo Nazi se baso en la erradicación o eliminación de todas aquellas personas que no contribuyeran a la creación de una raza pura o aria, como es que ellos la llamaban. Millones de judíos fueron exterminados por los nazis, de manera injusta, pues ninguna persona merece morir simplemente por su raza o creencia. Los alemanes idolatraban a Hitler y su Tercer Reich, pues los alemanes después de la Primera Guerra Mundial habían perdido mucho, y su futuro era difícil por la recesión de 1929. No quedaba más opción que crear una economía militar. Hitler y su partido Nazi poco a poco se apoderaron de las mentes, almas y actividades del pueblo alemán, y la gran mayoría respondieron positivamente. Es ahí donde se encuentra la clave de esta reflexión. “La gran mayoría respondieron positivamente.” Eso significa que no todos los alemanes estaban de acuerdo con la maquina asesina en la que se había convertido su hermosa patria. Es por eso que las apariencias no siempre muestran las creencias. Aunque por fuera eran güeros, altos y fuertes, muchos alemanes también eran buenos y solidarios por dentro. Este tipo de alemanes no cedieron ante las locuras que proponía su gobierno. En situaciones como estas en cuando nos damos cuenta que tan buenas personas somos. Podemos descubrir el calibre de nuestra humanidad, es decir, que tan servibles somos para el resto del mundo. Es un poco irónico que los alemanes asesinaban a otros para crear una raza aria, cuando en realidad ellos eran los que no debían existir. No es posible que ellos creyeran ser una raza perfecta cuando sus corazones estaban llenos de odio y desprecio hacia sus fieles hermanos seres humanos.

Muchos alemanes estaban dispuestos a arriesgar sus vidas para poder apoyar a otras personas. Existen muchos ejemplos, como el de un famoso oficial que estaba a cargo de un campo de campo de concentración. Este oficial se preocupaba por la salud de los judíos e incluso gastaba de su salario para comprar un poco de medicinas para los presos que estaban enfermos. Durante la guerra también había alemanes que resguardaban judíos en sus hogares para que no fueran descubiertos.

En resumen, podemos concluir que aunque existieron muchos alemanes que estaban llenos de odio en su corazón, existían otros que estaban interesados en tratar de ayudar a los demás. Las apariencias no siempre muestran lo que es una persona en realidad, y el ejemplo perfecto es del

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