El análisis de los libros "Infancia es destino"

Señala, con ahínco, en el transcurrir de la infancia en los niños mexicanos, cómo el rol de la mujer en su hogar y ante sus hijos juega una doble situación, pues por una parte la mujer “está hecha” para las labores domésticas y por otra es objeto de la adoración de los hijos… quienes finalmente buscan mujeres que se asemejen a sus madres para casarse… esta situación es todo un tema cultural, pues las pautas del comportamiento se aprenden muy temprano y tanto las niñas como los niños “aprenden” su manera de ser.

Cuando se refiere a la relación madre-hija, Ramírez explica que mientras más temprano se dé la identificación entre ellas es más positivo, pues las tendencias naturales pasivas se volverán activas, obviamente mientras estemos hablando de una madre femenina, buena y equilibrada.

Éste fenómeno es bien visto en la clase media y específicamente en algunas culturas, y esto permite que la mujer crezca sanamente y libre de culpas, aunque en contraposición hay culturas como la judía que la hija es utilizada por su madre para reivindicar su posición inferior, de manera frustrada y con gran resentimiento, y todos estos sentimientos descargados sobre la hija generan que la niña desarrolle su feminidad sometida a su madre y viviendo bajo un sentimiento de culpa.

Como reflexión: Una buena familia necesita ser triangular, debiendo descansar sobre la base de una buena relación sexual. Ya que la madre en la organización familiar del mexicano ha sido desexualizada.

Es de relevancia e importante el sexo tan importante como tener hijos. En el área triangular refiriéndose a la necesaria relación madre-hijo-padre, en donde cada vértice está compuesto por una relación dual, madre-hijo, hijo-padre y madre-padre.

Es decir que aprenda que el papel genital no esta en contradicción ni tiene por qué oponerse al papel maternal.

El autor señala a la angustia como señal de alarma que utiliza el yo enfrente del mundo externo, los objetos, los impulsos o el superyó. A su vez enfatiza sobre el fortalecimiento del yo en el proceso terapéutico y la importancia de la transferencia del trabajo psicoterapéutico, siendo este el meollo de la psicoterapia tomándola como un indicador. El autor al respecto nos dice “…en lugar de reprimirlos, los observa, estará en condiciones de analizar la emociones, afectos y sentimientos que el paciente moviliza en sus relaciones interpersonales”.

Por último, la rebeldía juvenil y el cambio de generaciones se encuentran determinados por los troqueles por la que fue sometida la personalidad en su proceso de desarrollo. Como consecuencia de las situaciones vivida. Hoy en la actualidad a los jóvenes le interesa lo real no lo estereotipado. Es vital importancia de reanudar el dialogo, el contacto, la ternura, la fe y la esperanza que el hombre perdió en su seudoverdad. Esto le toca a la nueva generación juvenil reanudarlo.

Conclusión:(Santiago

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