El suicidio en las personas mayores
Enviado por fmarty • 17 de Abril de 2017 • Ensayo • 7.943 Palabras (32 Páginas) • 345 Visitas
El suicidio en las personas mayores
El suicidio es el acto por el que una persona de forma deliberada se provoca la muerte. Por lo general es consecuencia de desesperación, derivada o atribuible a una enfermedad física, enfermedad mental, como la depresión, el trastorno bipolar, la esquizofrenia, el trastorno límite de la personalidad, el alcoholismo o abuso de sustancias. A menudo influyen en él diversos factores estresantes como dificultades financieras o problemas en las relaciones interpersonales
El suicidio es siempre una tragedia para el individuo, para su familia y amigos y para las comunidades de las que forma parte. A nivel de población, el suicidio constituye también un importante problema de salud pública, que comporta más de 34.500 muertes al año en Estados Unidos y se estima que un millón o más en todo el mundo.
El número más elevado de suicidios es el que se produce en adultos jóvenes y de mediana edad, y las muertes por suicidio de jóvenes y adultos jóvenes son las que captan la mayor parte de la atención de los medios de comunicación. Sin embargo, el suicidio a una edad avanzada de la vida debe ser motivo de gran preocupación y justifica que se centre en ello la atención de los investigadores, de los profesionales de la asistencia sanitaria, de los responsables de la toma de decisiones políticas y de la sociedad en general.
En la mayor parte de los individuos la edad avanzada se caracteriza por una serie de pérdidas de distinto tipo que pueden provocar depresión y exponer al sujeto al riesgo de suicidio. A menudo no es el episodio aislado lo que conduce al deseo de morir, sino la suma de varias causas.
El suicidio de las personas ancianas generalmente se contempla, de forma absolutamente nihilista, como la muerte de una persona que ya no es productiva en el sentido social y económico y que por otro lado ha vivido ya sus días. Se considera, por tanto, un acontecimiento mucho menos trágico que la muerte de un joven.
La falta de interés por el suicidio del anciano puede por tanto deberse a la diferencia entre una situación en la que el suicidio es la segunda o tercera causa de muerte y situaciones, como la del anciano, en las que el suicidio se halla enmascarado por problemas cardiovasculares y respiratorios.
Por otro lado, en contraposición a su baja frecuencia como causa de muerte entre los ancianos, el índice de suicidios se mantiene en realidad constante, frente a una reducción general de fallecimientos por otras causas. A ello hay que añadir la opinión ampliamente extendida según la cual el suicidio puede ser una elección “racional” en ciertas situaciones existenciales de la vejez, así como, por ejemplo, en presencia de graves enfermedades crónicas o de serias limitaciones de la independencia personal.
Existen, en cualquier caso, numerosas y válidas razones para prestar una mayor atención al problema del suicidio en los ancianos. El suicidio es siempre un acontecimiento traumático para la familia de la víctima y su importancia epidemiológica constituye un válido índice del dolor y de la infelicidad de los sujetos ancianos. Ahora bien, es muy importante recordar que el suicidio de la persona anciana puede considerarse una causa de muerte potencialmente evitable.
1.1Factores de riesgo de la conducta suicida en la vejez
Hay una serie de factores de riesgo, es decir de condiciones de orden personal o circunstancial que pueden dar indicios sobre la posibilidad de que se dé una conducta suicida en un individuo, Sin embargo, y si queremos ser realista, es difícil por no decir en muchos casos imposible, predecir el suicidio. No obstante, para poder hacer un diagnóstico precoz y prevenir el suicido en los mayores, los clínicos y profesionales de la salud deben conocer y saber evaluar todos estos factores.
Edad Avanzada
En los países industrializados, las tasas de suicidios consumado se incrementan con la edad, siendo las personas mayores de 65 años, edad “oficial” de la jubilación y por tanto de consideración de “anciano” la que mayor número de suicidios presenta.
Por ejemplo en España, la franja de edad comprendida entre 60 años y más, es la que mayor tasa de suicidios consumados presenta con respecto a los otros grupos de edad.
Sexo Masculino
Cerca el 80% de los suicidios son efectuados por hombres. Por cada suicidio femenino se producen tres o cuatro en varones. Sin embargo, son las mujeres las que presentan un mayor riego de intentos de suicidio, siendo tres veces superior a la de los hombres (Kaplan, SadocK, Grebb 1994).
No existe ninguna teoría que explique de forma satisfactoria esta diferencia, aunque hay autores como Miller (1979) que defienden que en las sociedades industrializadas la jubilación y el deterioro físico son vividos de forma más negativa y destructiva por el hombre que por la mujer.
Antecedentes Familiares Suicidas
La existencia de suicidios de personas cercanas o en el núcleo familiar aumenta el riesgo de suicidio. Este riesgo parece ser el resultado de heredar un trastorno psicológico, especialmente afectivo y sobre todo puede ser el producto de un aprendizaje familiar en el que se aprenden unos modelos determinados: el riesgo de suicidio aumenta por el antecedente familiar de “suicidio positivo”, es decir, utilizan el suicidio como una forma adecuada para resolver los problemas.
Viudez reciente o Pérdida de un ser querido
La muerte de familiares, personas muy cercanas y sobre todo de la pareja puede funcionar como precipitante de la conducta suicida. Las circunstancias que rodean la muerte de la persona y el tipo de relación que se guarda con ella va a determinar cómo se experimente el proceso de duelo. Si el duelo se complica surgiendo una depresión mayor aumenta el riesgo de suicidio.
El riesgo de suicidio en los viudos es 3´3 veces mayor que el de los casados. Mientras que en la viudas no se encuentra una puntuación significativa frente a las casadas. Esto hace que el grupo de viudos ancianos sea un objetivo principal en la prevención del suicidio, sobre todo el primer año de viudez.
Vivir solo
Estudios de Catell y Jolley (1995) demostraron que el 49% de los mayores que se suicidaron vivían solos. Barraclough (1971) defendió que la variable social que mejor correlaciona con la conducta suicida era vivir solo. No obstante, muchos mayores viven solos y no se suicidan. Esto es porque además de vivir solos parecen determinantes las condiciones de vida del mayor y la protección social que tiene.
En nuestro país, el número de ancianos que viven solos es todavía inferior al resto de los países, pero el número se va incrementando notablemente en los últimos años con
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