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Enviado por camila82 • 8 de Agosto de 2012 • 23.414 Palabras (94 Páginas) • 476 Visitas
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Psicología infantil y del adolescente
Indice
1. Introducción
2. Trastornos de la infancia
3. Conclusiones
4. Trastornos de la adolescencia
5. Bibliografía
1. Introducción
En el presente trabajo nos daremos cuenta de que estamos entrando a un mundo nuevo, probablemente desconocido por muchos hasta ahora. Estamos seguros que si muchas padres hubiesen poseído los conocimientos que en este trabajo se podrán apreciar muchos problemas que actualmente se ven habrían sido solucionados sin mayor problemas; ya sean conflictos y sufrimiento tanto de niños como adolescentes.
Lo plasmado en estas páginas son los diversos trastornos que cualquier ser humano no esta libre de tener, en este caso niños y adolescentes (que pueden persistir hasta la edad adulta). Informamos el origen de ellos, sus causas y en algunos casos pequeñas indicaciones que nos ayudarán a ver las cosas de otro modo, estando en mejores condiciones para resolver los problemas que se plantean en el desarrollo de niños y adolescentes.
En este trabajo queremos dar cuenta de lo peligroso que prescindir de los conocimientos de la psicología ,pues el sólo hecho de pensar que se trata nada menos de construir todo el bienestar futuro de nuestros hijos, hermanos, primos a personas a quien tanto amamos.
Con la ayuda de estos conocimientos podemos lograr mejores resultados con menos equivocaciones y esfuerzos.
De este modo no sólo los niños y adolescentes tendrán un mejor desarrollo sino también que lo tendrá la familia, bien unida, como una piedra fundamental en la sociedad; una familia mas perfecta, más feliz; en la cual daremos bien empleado todos nuestros esfuerzos.
2. Trastornos de la infancia
La Infancia
Cada niño nace en el centro del seno de su familia. El íntimo contacto precoz entre la madre y el niño, inmediatamente después de su crecimiento tendrá un elevado significado emocional para la necesidad mutua de intercambio.
La madre tocas las manos y el cuerpo de su hijo recién nacido, acaricia cariñosamente la cara del neonato. De cierta manera mantiene una conversación directa con su hijo cara a cara. Por su parte el niño respira una sensación visible de tranquilidad cuando capta sobre el pecho de su madre el latido cardiaco y la voz, que le resulta sumamente familiar por su experiencia prenatal.
Está etapa esta comprendida entre los 3 años ( primera infancia) hasta los 10 años ( infancia tardía – edad escolar básica) en la cual el niño vivirá miles de experiencias en al interior del hogar, escuela y comunidad.
En la cumbre mundial de la UNICEF, en septiembre de 1990, mas de 60 jefes de estado y de gobierno hicieron la solemne promesa de instaurar, desde su ámbito de responsabilidad, las medidas necesarias y oportunas para erradicar la desnutrición masiva, enfermedades evitables y el analfabetismo hasta el año 2000. El programa unificado será inspeccionado por la Naciones Unidas y se controlará regularmente, un signo de esperanza para los niños de la tierra.
Los niños no son pequeños adultos sin embargo, necesitan la relación con personas adultas que comprendiendo su condición de niños, les acompañen y ofrezcan cuidados, seguridad y estimulación efectiva.
El nacimiento de un niño supone simultáneamente el nacimiento de una familia.
Enfoque de los trastornos psicológicos
El estudio de trastornos psicológicos es el estudio de problemas de la vida y dicho con sencillez, comprende el estudio de patrones de conducta que en la sociedad se consideran como “anormales”.
El funcionamiento humano eficiente o “normal” es en parte la ausencia de patrones anormales de acción, conocimiento y emoción.
1. Trastornos del sueño
De 0 a 12 meses
Cada niño posee un ritmo propio de sueño que, habitualmente, no coincide con el requerido por la madre o por los hábitos sociales. El niño tiene sus propios métodos para realizar el tránsito del estado de vigilia al de sueño, por ejemplo mediante actividades autoeróticas. Sin embargo el desconocimiento de las necesidades naturales del bebé puede crear las primeras dificultades con le funcionamiento normal de los procesos de satisfacción de los impulsos y/o necesidades.
Antes del año, el bebé una vez satisfechas sus necesidades corporales y cuando no interfieren otros problemas, puede quedarse rápidamente dormido, ya que el sueño va íntimamente ligado a la impresión de saciedad. Durante los primeros meses, el despertar está estrechamente vinculado a la sensación de hambre, y el adormecimiento a la de satisfacción. A fines del primer año los estados de vigilia son frecuentes ya que se amplían los intereses de los niños, quien se torna cada vez más activo.
Se entiende que los trastornos del ritmo habitual del sueño suelen estar relacionados con dificultades en la alimentación o con trastornos de relación.
Durante el primer trimestre de vida, pueden darse dificultades en conciliar el sueño a causa de varios factores:
σ Inadecuada aplicación del régimen alimentario
σ Rigidez en los horarios
σ Tomas mal compaginadas con las necesidades del niño
σ Falta de estimulación en general.
También puede darse una sobreestimulación que provoque en el bebé un estado de hiperexcitabilidad que le impida dormir. Un ausencia del contacto incidirá igualmente en el trastorno.
Algunos niños, sobretodo los hiperactivos, tienen más dificultad que otros para conciliar el sueño, y necesitan, por ello, y ambiente más acogedor y tranquilizante, pero con todo debe tenerse en cuenta los factores anteriormente citados.
A partir del tercer mes la falta de estimulación general y de contacto afectivo se convierten en causa primordial de los trastornos del sueño.
De 12 A 24 Meses
Independientemente de que durante el primer año de vida el bebé halla establecido un buen ritmo de sueño producido sin problemas, a lo largo del segundo año aparecerán dificultades para conciliar el mismo.
El niño suele estar excitado ante el nuevo campo de posibilidades que le ofrecen sus recientes adquisiciones, sobretodo las relativas al dominio de la marcha: surgen también inquietudes relacionadas con la problemática de la individuación. Ante este estado de cosas, dormir ya no es la solamente la respuesta automática a una necesidad corporal, sino que el niño precisa abstraerse de sus intereses para conciliar el sueño. Como esto no es fácil y produce un grado importante de ansiedad, el niño trata de mantenerse despierto utilizando todos los medios a su alcance.
La incapacidad para soportar el comienzo
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